La capital chilena se posiciona como uno de los epicentros latinoamericanos del turismo. Aquí le cuento cómo me fue recorriéndola.
Viajé a Santiago a través de la nueva aerolínea JetSmart, que tiene unos súper precios y vuelos directos desde Bogotá y Medellín. Ante la novedad de tener nuevas alternativas low cost, no me contuve y me decidí a conocer Santiago.
El hotel donde me alojé fue el Courtyard Marriott, ubicado en el exclusivo sector de Las Condes. Estaba decidida a moverme por el mundo gourmet santiaguino, así que esta zona me pareció perfecta, pues está bastante cerca de los barrios gourmet de la capital chilena.
Además, su desayuno buffet es uno de los más completos que he visto. Tiene una amplia barra de platillos veganos, innumerables panes, distintas frutas, huevos al gusto y hasta jugos verdes que el personal de cocina prepara minutos antes de que usted los consuma.
Santiago gastronómico
Justo al lado del hotel Courtyard Marriott Las Condes está la recién inaugurada propuesta gastronómica S.O.G (Santiago Open Gourmet) un mercado de restaurantes que lleva el concepto de plazoleta de comidas a un nivel más sofisticado y acogedor, con espacios para tomar un refrescante cocktail con vista a Santiago desde las alturas.
De allí le recomiendo la taberna limeña El Bodegón, una propuesta informal que transforma los platos de la cocina tradicional peruana en propuestas súper llamativas y deliciosas. El toque picante en su punto. Una atención que se lleva las cinco estrellas. Y no se puede perder el pollo encevichado con arroz verde y huancaina de rocoto.
Si quiere salir del sector de Las Condes, puede pegarse una pasada por Isidora Goyenechea y comer en Aligot, un restaurante muy acogedor. El visitante se siente en un rinconcito de París, donde suena agradable música y se puede tomar los mejores vinos por copa. Si quiere comer, los bocados y tapas que ofrece el lugar son bastante generosos (nosotros pedimos varios pensando que eran las típicas tapas minúsculas). Le recomiendo el quiche Lorraine (con tocino y queso Emmental).
Y si usted es de los que prefiere comer en el hotel, para reposar en su habitación, tiene que probar el menú del restaurante The Bistro, dentro del Courtyard. Una amplia oferta de platos internacionales, entre los que se encuentran carnes, ensaladas, pastas y risottos. No dude en acompañar los platos con cocktails, pues son deliciosos y, además, puede tomarlos con calma en las exclusivas mesas con pantalla privada.
Parques y cordilleras
Me sorprendió de Santiago que sus amplias autopistas se complementan de forma perfecta con la vegetación, no sólo la de sus cordilleras a lo lejos, sino también la de los árboles plantados a lado y lado de las vías.
Como seguramente el paisaje le hará querer ver aún más naturaleza, no se puede perder la visita al Cerro San Cristóbal, a donde puede llegar fácilmente en Uber, taxi o incluso en el turibus de la empresa Turistik, que para al lado del hotel Courtyard.
Es una visita de un día completo (o dedíquele, al menos, medio día), porque el San Cristóbal es uno de los cerros pertenecientes al Parque Metropolitano de Santiago de Chile, el cual tiene más de 700 hectáreas y es el segundo parque urbano más extenso de Latinoamérica.
Si usted tiene buen estado físico y le gusta caminar, le aconsejo subir al cerro caminando o en bici, pues el parque cuenta con amplios senderos y unas zonas de contemplación natural envidiables.
Haga una parada en el Jardín Japonés, una isla de serenidad en donde puede meditar, mientras disfruta de la vista de la ciudad.
Más adelante puede hacer una segunda parada para refrescarse con un vaso de mote con huesillos, bebida típica chilena que sienta muy bien bajo el calor del verano. Se popularizó entre los turistas extranjeros porque la cantante Dua Lipa lo consumió en su vista al cerro, ¡y la verdad es que vale mucho la pena probarlo!
En la parte superior del cerro podrá conocer la famosa estatua de la Virgen María, que se ve prácticamente desde todo Santiago, así como la Capilla Vasca, entre otras atracciones.
Puede descender posteriormente en teleférico, para tener el gusto de recorrer las montañas con mayor comodidad y descansar las piernas. Si regresa agotado al hotel, puede hacer como yo y nadar un rato en la piscina del Courtyard.
Mucho más que Carmenere
Quien no visite un viñedo en Chile, se está perdiendo de uno de los mejores planes del mundo. Chile cuenta con innumerables viñas, la mayoría de las cuales ofrece tours para que los visitantes conozcan sus plantaciones, el proceso de vinificación y finalice con una cata.
Tuve la oportunidad de visitar varias viñas cercanas a Santiago y aquí le quiero compartir cuáles fueron mis favoritas.
Empecemos con la viña Casas del Bosque, la primera que conocí gracias a que tiene tour aliado con el hotel Courtyard, con transporte incluido. De hecho, incluso la viña es escenario para bodas y tiene precios especiales de alojamiento con el hotel. Una alianza perfecta para fomentar el turismo de bodas y el enoturismo.
Casas del Bosque es reconocida por brindar uno de los mejores tours premium del vino en Chile, ha ganado distintos reconocimientos de enoturismo y sus guías están perfectamente capacitados para realizar recorridos amenos y llenos de conocimientos.
Si quiere hacer este tour, Casas del Bosque está a una hora de Santiago.
El otro viñedo que visité fue el más famoso de Chile, nada más y nada menos que Concha y Toro. Esta viña va a tener un artículo completo, ¡qué experiencia!
No tiene precio poder visitar el lugar donde el mismísimo don Melchor guardaba las primeras botellas de Casillero del Diablo. Además, su tour está lleno de sorpresas creativas e increíbles, como poder comer las uvas con las que se hace el vino y caminar entre plantaciones de más de 10 cepas diferentes.
Concha y Toro está a una hora de Santiago, le recomiendo reservar su tour por la página web, pues es muy apetecido.
¿Se anima a visitar Chile? Entre copas de Carmenere, vasos de mote con huesillos y fotos con la cordillera de fondo, le aseguro que se enamora.
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