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El Blogotazo

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Algunos me critican por ser demasiado cortés. Dicen que me excedo en ceremonias y protocolos innecesarios en medio de ciertas rutinas simples de vida, y que mi actitud es, incluso, rayana en la lambonería y la lisonja gratuitas, ambas igualmente caricaturescas y despreciables.(...)

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Que yo sepa –aunque tal vez ello se deba a mi condición de confeso desinformado– muy pocos medios o individuos se han ocupado de reparar en ello. Así es. Tal vez por omisión deliberada o consciente, o porque en definitiva el hecho terminó por(...)

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Yo acostumbraba a procurarme el refugio silente y cómplice de los lugares más oscuros. Desconocidos. Impenetrables. Esconderme solo en un armario o en un cuarto de trebejos me producía una seguridad no comparable con ninguna otra cosa de las que había a mi limitado(...)

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Este antiguo reloj Ansonia de péndulo y pared. Que hoy vive en Bogotá, conmigo. Que a veces no me deja dormir, con sus avanzadas inicuas. Que en simultánea es objeto de odio y admiración para quienes vienen hasta aquí a desesperarse con sus sutiles martilleos oscilantes, o a(...)

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No tengo compasión a la hora de ajusticiar a los electrodomésticos traidores con mis propios puños. Me duele que me fallen. Y reacciono en perfecta reciprocidad para con su proceder desleal. Es que invierto mucho en ellos. Y uno no puede andar por ahí dejando que los demás(...)

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En mi cuarto de niño vivían cientos de juguetes. Y no porque mi familia fuera adinerada, ni esclavista. Ni porque mis demandas fueran excesivas. Fue porque desde entonces, cuando mi existencia en la tierra era reciente, cultivé una compulsión medio enfermiza(...)

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A las 5:51 PM del lunes, las autoridades incompetentes declararon clínicamente muerto al arco iris del 28 de septiembre. Ningún ciudadano, en principio, intentó creerlo. Ninguno trató de notarlo. Los que habrían podido verle agonizar estaban demasiado alegres(...)

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