La actitud del gobierno, principal promotor y defensor de la Protesta Social en Colombia, puede estar sepultándola definitivamente.
Después de cuatro días de la protesta social con motivo del alza desmesurada del ACPM, no se observa ninguna salida para un denominado “Paro Camionero”, por las posiciones inamovibles de un gobierno que basó su programa político en la protesta social, una de ellas por el mismo motivo de la posible alza de combustibles, que fue casi que la base de su campaña electoral.
Sin embargo, contrario a lo que todos pudieran esperar, en especial quienes votaron por ellos, pensando que era un gobierno que iba a oír la protesta social, buscando soluciones humanas a los problemas esbozados por los manifestantes – en este caso principalmente los camioneros, a pesar que la inflacionaria alza nos afecta a todos-, parece increíble hoy que en una actitud por demás soberbia, no muestran la más mínima alternativa a su posición inicial, presentando una completa inflexión al reclamo de los manifestantes, que piden lo mismo que ellos reclamaban, cuando estaban del otro lado de la barricada.
La protesta hoy es precisamente por el incumplimiento de promesas de campaña y si estas no hubieran sido explicitas, quedaban más que tacitas después de su movilización en el gobierno pasado, en el paro de tres meses a la economía del país, donde quienes hoy son gobierno consideraban el alza de combustibles un cruel golpe, en especial contra los más pobres, su caballito de batalla.
Ahora, cree el gobierno, antes manifestantes, que pueden esgrimir nuevamente el tema de los más pobres para justificar semejante alza; diciendo que si no se hace, los supuestos subsidios a los más necesitados no se podrían dar, perjudicando a los más pobres, a los que de protestantes dañaba irremediablemente el alza de los combustibles. A sabiendas, como lo dije en un blog anterior, de que el mejor programa social, el más holístico, el que más beneficia a todos, es mantener un precio del combustible coherente con el poder adquisitivo de los colombianos. El subsidio a los combustibles, si es que existe, beneficia a todos los colombianos, pero más a los más pobres, cualquier otro programa social solo beneficia a unos pocos, uno, dos, o tres millones, la diferencia es que el gobierno de turno acomoda para beneficiar a quienes ellos creen que se vuelven sus seguidores incondicionales.
Una de las consecuencias de los disturbios que dirigieron en el gobierno anterior, fue la promesa del desmonte del Esmad, para no ´maltratar´ a justos manifestantes. Lo cumplieron, ya no les mandan el Esmad, ahora les envían la UNDMO (Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden) a que mantengan el orden, con los mismos elementos
La realidad en nuestro país, es que si ya es duro para quienes ganan un salario colombiano, en pesos, pagar un combustible en dólares, a niveles de países donde el salario es entre dos y cinco veces el que se recibe aquí en Colombia, ahora imagínense los que no reciben salario pagando ese combustible para sus vehículos, o el efecto del mismo transmitido al costo de alimentos, de la canasta familiar y de productos de primera necesidad, todos transportados con combustible, dos veces más caro que el que recibió este gobierno. El gobierno que se eligió con el pueblo como objetivo principal de sus políticas, es el que según ellos, es el único gobierno responsable, que les aumenta todo para una supuesta necesidad del país, que los gobiernos «oligarcas» o de «derecha» según el estado de ánimo, manejaron sin tener que hacer semejante daño a los colombianos, en especial a los más pobres.
Uno de los argumentos principales del gobierno, para mantener la intransigencia que lleva ya 4 días de paro, cada vez aproximándose más a un Paro Nacional, es que llevan un año en mesas de negociaciones y que los camioneros asistieron; lo que no dicen en sus declaraciones es que en ese año no han cedido un peso, incluso creo que hasta lo han aumentado, a medida que el gasto excesivo les está demandando más recursos, la conversación la han centrado en que si los $6000 los reparten en tres contados, en seis o por cuotas iguales 18 meses y dicen que supuestamente los camioneros habían dicho que les convenia en tres cuotas de $2000, que para que no sonara tan fuerte dejaron $1904, seguramente, ya entrados en confianza la tercera será de más de 2000 para completar los $6000.
El gobierno no se molestó en buscar alternativas, ni la más mínima para reducir el aumento total, que de manera tozuda se fijaron y no quieren analizar la más mínima posibilidad de variación de esa cantidad, que se les ocurrió que era la indispensable, la inamovible, ¿que significa una mesa de trabajo de un año, donde la cantidad inicial nunca cambió, o incluso aumentó? Además, durante dos años, incluido el año de la mesa de trabajo, han hablado de modificar la fórmula utilizada para calcular el precio de los combustibles en Colombia, reduciendo la incidencia del precio internacional del crudo y la tasa de cambio (dólar) en la fórmula, dado que Colombia es un país productor de petróleo, los dos años no le alcanzaron y ahora enfrentan un bloqueo nacional por incumplir esta otra promesa también. Ni siquiera se habla en las negociaciones de disminuir los impuestos incluidos en esa formula, de manera que según ellos impuestos como el impuesto nacional, la sobretasa, el impuesto al carbono y el IVA al distribuidor, aumentan el precio del ACPM, en otras palabras ellos mismos se crean su propio hueco fiscal. Lo cual se ve directamente en el presupuesto de la nación, cuando sus dependencias pagan un combustible más caro, por sus propios aumentos y no les alcanza, en septiembre ya gastaron lo presupuestado.
Evidentemente la formula no la quieren cambiar, se han dedicado más a fortalecer el imaginario que hay que levantar el supuesto subsidio (creado el concepto de subsidio sobre la existencia de la misma fórmula que no representa la realidad colombiana, ni la necesidad del país y menos de sus habitantes). Al ser un país productor de petróleo, y que la formula busca que cuando Ecopetrol venda afuera sea acorde al precio internacional, no se tiene en cuenta que al aplicarla dentro es como si se estuviera subsidiando un precio mucho mayor del real de producción, cuando el valor para consumo interno debiera ser acorde a lo que le cuesta al país producir un galón, que según algunos entendidos (ex-funcionario del mismo gobierno) aducen que es de U$20 mientras el precio internacional puede estar entre $70 y $100, de manera que el supuesto subsidio, no es sobre el costo de producción, es sobre el potencial de venta en el exterior, que tendría ese combustible si lo vendiera a países, donde sus ciudadanos tiene el triple, o más, de nuestro poder adquisitivo y que además no son productores de combustible.
Otro argumento del gobierno es que las finanzas del estado se tambalean si se paga el supuesto subsidio, creado por la irreal fórmula, pero no muestra ninguna otra preocupación para sanear esas finanzas, no hablan de disminuir el despilfarro, los viajes excesivos de funcionarios, disminuir la burocracia u otros factores.
Hablando de burocracia, preguntémosles a los colombianos ¿que prefieren?:
– un Ministerio de la Igualdad con una gasolina y/o ACPM a $15.000, o,
– cerrar Ministerio de la Igualdad y las embajadas que van a crear y tener una gasolina y/o ACPM a $8000
Un argumento más, es que el aumento de la gasolina solo afectaba a los dueños de camionetas cuatro puertas y el del ACPM a los grandes empresarios de transportes y en general a los más ricos del país, esta absoluta y completamente desvirtuado, cuando en la calle hay camiones de propietarios independientes, volquetas, buses, etc participando en la protesta; y además, muchas organizaciones dirigidas por los denominados “riquitos blanquitos”, como Fedesarrollo, la SAC, algunos noticieros, hacen eco del supuesto subsidio, del riesgo de las finanzas, y toda esa carreta de respaldo al alza de combustible y hasta han tomado partido, solamente pidiendo cordura a los camioneros, pero ninguna pidiendo al gobierno que retire el desproporcionado decreto, conociendo de sobra la perversa formula y los impuestos que contiene.
También llama la atención la falta de análisis de estas asociaciones, de muchos economistas y de la prensa en general, decir que el ACPM solo sube $6000, de a $2000 suena bastante insignificante y muestra la simplicidad y pereza del análisis. Otra cosa es mostrar la realidad, ninguna tractomula tanquea un galón, con un galón de vainas lavan el motor; para ser más realista y aterrizado, deberían hablar de cuanto afecta una tanqueada. De acuerdo con la capacidad de una tractomula, que puede llegar a cargar 300 galones (dos tanques de 150 galones), si le suben $2000 el aumento real es de $600.000 por tanqueada, imagínense lo que necesita un camionero aumentar el flete si cada tanqueada aumenta eso! Bueno, pero el plan es aumentar hasta $6000, eso quiere decir que al final de los aumentos, al alcanzar esa cantidad, la tanqueada habrá subido hasta $1.800.000, imagínense el impacto en los productos Y LOS ALIMENTOS transportados al cobrar $1.8M más por cada transporte! Eso afecta por completo el bolsillo de los colombianos y los eruditos económicos eso no lo muestran, los honestos economistas deberían hablar de cuanto sube cada tanqueada (promedio, ya que hay muchos camiones y tracto mulas de diferentes capacidades).
Pésima contribución a la solución de semejante problema. Si todos satanizan a los camioneros y no abordan el perjuicio que esto causa a todos los colombianos sin cuestionar al gobierno, prácticamente están favoreciendo a una de las partes, perjudicando a los colombianos y fomentando una postura cada vez más intransigente de parte de quienes además tienen el poder. En última instancia, esto contribuye a que el paro no solo se prolongue, sino que también se extienda, afectando a más sectores y cada vez más a la población. Se requiere mayor responsabilidad, el mejor corredor humanitario es reversar el decreto de aumento del ACPM, cuanto antes.
Por otro lado, a los camioneros no se les puede exculpar total y olímpicamente, miraron para otro lado mientras nos aumentaban la gasolina a los taxis y particulares, porque no era su problema y pensando que no los iban a tocar, a pesar de que les habían avisado que sí. Si hubieran hecho esta protesta social en apoyo a los particulares que no tenemos asociaciones fuertes como ellos y de los taxistas que se dejaron embolatar con el cuento de los medios alternativos de transporte de aplicaciones, no estarían hoy viendo que sus negocios con los nuevos precios del ACPM su negocio se vuelve inviable, a menos que suban mucho los fletes, afectando gravemente a los colombianos, pero también disminuyendo la cantidad de carga que les llegará.
¡EL MANDATO POPULAR! El aumento de los combustibles es algo que no prometieron en campaña, incluso prometieron o sugirieron que iban a hacer lo contrario. Para algunas reformas presentadas en el congreso el gobierno esgrime de manera, a veces violenta, el argumento que el pueblo los eligió con ese “mandato” pero ahora no mencionan que quienes votaron por ellos, si es que lo hicieron, lo hicieron por no subir los combustibles, acorde con las protestas sociales donde habían dicho que eran innecesarias las alzas, que los combustibles eran insosteniblemente muy caros, que éramos unos tontos de aceptar pagar eso y como siempre el énfasis en que era un abuso contra los más pobres ¡ese es el mandato popular! ¿Que no aumenten el precio de los combustibles!
Esta incoherencia en los argumentos de cuando fueron opositores o candidatos, contrastada con la posición y acciones de hoy como gobierno, desvirtúa totalmente la protesta social que dirigieron, muestran que sus consignas para la protesta social fueron solo palabras para llevar a los idiotas útiles a sus manifestaciones, no son argumentos reales en favor del pueblo, fueron solo excusas para causar desordenes y esto unido a la posición de hoy de intransigencia y soberbia, de no oír, ni ceder un peso a los justos reclamos de los manifestantes y no hacer el más mínimo esfuerzo de cambiar la cantidad del aumento, se constituyó en el florero de Llorente de la actual protesta social. Al no querer entrar a buscar soluciones alternativas, desvirtúan completamente la protesta social, que así no quede prohibida por ley, en la practica la deja en estado de completa inutilidad.
Mientras se opusieron a una ley que reglamentara la protesta social y defienden el derecho a la misma de palabra, con su actitud soberbia, de ser los únicos dueños de la razón, prácticamente le están dando una estocada final a la Protesta Social en Colombia y pasan a la guillotina nuestro actual estilo de vida, el cambio será cada vez más para empeorar.
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