Cuenta la madre de Iván Duque que “mientras los otros niños jugaban a los bomberos, mi Ivancito jugueteaba a ser presidente”. Hoy Ivancito juguetea a lo mismo, y por eso este refrán: “Duque que juega torcido, no endereza jamás”.
Y también se afirma que el Centro Democrático lamenta no haber obligado al niño Ivancito a jugar a ser bombero, y no presidente de Colombia.
Aunque, mientras el partido lo deplora, el resto de Colombia lo celebra.
En el Centro Democrático creen, y de ahí su lamento, que fue Juan Manuel Santos quien, por desprestigiar a Uribe, le obsequió a Duque la Presidencia de la República.
Y que por esto, y gracias a este regalo, el Centro Democrático ha entrado en extinción, y lo único bueno que va quedando de él es la falsa monja paisa; y Duque, que nunca aprendió a ser presidente, dispone hoy de la amplia Casa de Nariño para continuar jugando a serlo.
Frente a ese falso positivo gubernamental que es Duque, cabe preguntar: ¿Qué hacer para que la Presidencia no le siga quedando a Iván tan grande como hasta ahora le ha quedado?
El infaltable Roy Barreras ha diseñado la solución política a este problema. La expuso así:
“A Iván la Presidencia le ha quedado grande, en efecto. Pero ¿por qué? ¿Tan enorme es ella? ¿Tan enano resultó él?
“En mi opinión, la crisis actual se debe a que en la Casa de Nariño hay abundancia de Presidencia y, por contraste, una visible escasez de Iván. Como quien dice: existe allí demasiada Presidencia y poco Iván.
“¿Qué hacer entonces? Esto: ocupar la parte de la Presidencia que Duque no ha sido capaz de llenar.
“Podríamos completarla con más Iván. Pero, lamentablemente, este quedó como quedó, y ya no alcanza para más: ni siquiera para eso.
“O podríamos minimizar la Presidencia y dejarla del tamaño de Iván. Pero, en este caso, Álvaro Uribe quedaría por fuera de ella. Y a Uribe, sin la Presidencia, solo le sirve la guerra. Tendríamos entonces que inventar una, y regalársela a él.
“Así las cosas, no veo otro camino que embutir en la Presidencia a estadistas con talla de políticos. Es hora de que Iván nos tienda la mano, puesto que nos hallamos muy desmermelados y, por tanto, en lamentable condición de empobrecimiento ilícito.
“Por eso le pido al Presidente que firme cuanto antes el pacto de gobernabilidad que le he propuesto, y he llamado Gran acuerdo nacional por la desuribización y restauración de la mermelada.
“Y por respuesta no aceptaré eso de “¡De qué me hablas, viejo!”. Porque viejo, lo que se dice viejo, no lo soy, y jamás lo seré, señor Presidente”, terminó advirtiendo Roy.
*Contenido satírico
Comentarios