Según informaron ciertas fuentes dignas de crédito, el fiscal general, por tratar de darles a los proveedores de la Fiscalía una Navidad de ensueño, acaba de soltar una medida tan inteligente como audaz, y tan innovadora como legal.
En la Fiscalía se llama proveedor a aquel ciudadano de bien que humilde y cristianamente se dedica a cometer delitos de calidad irreprochable, y a ponerlos luego a consideración de la entidad, que los recibe y le sirven de excusa para dar a entender que sí trabaja.
Pero, ¿en qué consiste exactamente la determinación que tomó Barbosa?
En que, por cada delito entregado por el proveedor a la Fiscalía, Francisco Barbosa le obsequiará, en la próxima Navidad y como muestra de aprecio, las preclusiones o, lo que es lo mismo, cierres de la investigación que corresponda.
“A decir verdad, una pequeña propina que deja intacta mi dignidad de abogado egresado de la Sergio Arboleda, y también la dignidad del delito y la integridad delictiva del proveedor”, aseguró Barbosa.
Ante ciertas dudas, éste reconoció que lo que en últimas lo obligó a repartir preclusiones a manos llenas fue el descarado y mezquino proceder de las pruebas de los delitos.
“Misteriosamente, estas pruebas desaparecieron de la faz del País. Mis fiscales no las encuentran, y mis proveedores, que las producen, no las entregan. Por eso digo y confirmo que cuando faltan pruebas, buenas son preclusiones”, agregó.
Después entregó la lista de los requisitos que ha de cumplir el ciudadano para hacerse al gratuito regalo:
- Entrega de la cédula de ciudadanía.
- Poner cara de inocencia absoluta.
- Presentación de un certificado de garantía de esa inocencia, expedido por la célebre universidad Sergio Arboleda.
Aseguró enseguida que en la Fiscalía hay de sobra preclusiones para toda clase de delitos habidos y por haber, y prometió que ningún proveedor saldrá de la entidad con las manos vacías. “Si ocurriera, jamás me lo perdonaría”, afirmó.
Cuando le preguntaron si el expresidente Uribe está incluido en esta repartija, respondió:
“Para nosotros, el doctor Uribe es ejemplo de emprendimiento judicial y el más asiduo de nuestros proveedores.
“Las pruebas contra él también se esfumaron. Ofrecí diez millones de pesos a quien indicara el paradero de una sola de ellas. Los diez millones desaparecieron, y la prueba nunca llegó.
“Por tanto, él, de todos nuestros eficientes proveedores, es quien más merece la preclusión. Yo mismo se la entregaré. No le exigiré documento alguno. Me bastará con que, al momento de la entrega, él ponga esa carita de inocencia que nunca lo ha abandonado”, concluyó Barbosa.
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