Los resultados se conocieron a través de encuestas y un estudio realizado a 6.200 migrantes, de los cuales a 4.500 se les encontró que están contagiados con el VIH. Y lo más grave, la propagación la siguen duplicando a través de las actividades sexuales, lo que ha despertado la alarma en el sistema de salud de Colombia al conocer que 18.500 hombres y mujeres están viviendo en nuestro país con el virus, muchos de ellos, por no decir que la mayoría, sin saber que son portadores, según estudios de la Universidad de Johns Hopkins.
Otros, según los estudios, tienen sífilis y gonorrea, enfermedades de transmisión sexual. De los 2,8 millones que están viviendo en Colombia, 22 mil están contagiados.
La Organización RED SOMOS lanzó el S.O.S. como una urgencia de la salud pública en nuestro país. Las xerografías médicas no son posibles en la mayoría de los casos por la situación de los migrantes que están ilegalmente en Colombia y no acuden a buscar una afiliación, o no les interesa, y otros ignoran que sus cuerpos y su sangre están contaminadas y que representan un riesgo para la salud pública.
La preocupación que surge hoy es el grado de desconocimiento y la impotencia médica de realizar los diagnósticos de los portadores, y no tener un reporte oficial de cuántos son los migrantes venezolanos y dónde se encuentran, por su vida nómada en la que recorren todo el país, por ciudades, municipios y los departamentos de Colombia.
Otro de los graves problemas que se ha encontrado es el grado de ignorancia y desconocimiento de parte de los migrantes de que son portares de esta grave condición de salud.
El aseguramiento médico en su situación de ilegales, en la mayoría de los casos por desconocimiento, no les permite buscar la ayuda médica.
Se ha encontrado en venezolanas y venezolanos fallecidos en suelo colombiano que son portadores del VIH, sífilis y gonorrea después de las necropsias realizadas a sus cuerpos. Muchos de sus hijos son portadores del virus.
Las denuncias que prenden las alarmas las dio a conocer un estudio de la Universidad Johns Hopkins, RED SOMOS, Ministerio de Salud, Ministerio del Trabajo, Ministerio de Relaciones Exteriores y delegados de la ONU, que advierten que este flagelo en una preocupación latente para la salud de los colombianos.
Nuestro país mostraba cifras exitosas en la última década en el control, prevención y educación sobre el VIH, reduciendo y controlando con buenos resultados la propagación del virus.
Las ciudades más afectadas son Barranquilla y Cúcuta, zona fronteriza de Colombia con Venezuela, y capitales como Bogotá donde se han detectado casos, con mayor concentración en zonas de prostitución.
En los últimos ocho años, la presencia del VIH, con la llegada de los migrantes venezolanos disparó en Colombia la proliferación de la enfermedad, duplicando el contagio. Ahora no solo de los ciudadanos venezolanos, sino de los colombianos.
Una de las razones es la precaria prestación del servicio de salud en Venezuela: pasan la frontera sin ningún requisito de estado de salud o identidad, en medio de la ilegalidad total.
La alarma de las entidades de salud colombianas para detener, disminuir o controlar el aumento de los casos de SIDA es casi imposible, por no tener ningún tipo de registro. Sin datos estadísticos es muy difícil poner en funcionamiento un plan de emergencia que permita el tratamiento, el diagnóstico oportuno y la asistencia para controlar la enfermedad y poder ponerle freno a la convivencia diaria de los migrantes con el virus para prevenir el contagio.
Y la solución a esta grave situación no está ni a corto ni a largo plazo. La migración ha convertido a Colombia en un país de paso de los 7 millones de venezolanos que abandonaron su país para establecerse o quedarse o seguir hacia otros países de América Latina.
Hoy, Colombia enfrenta un gran reto en términos de salud pública, mientras el paso de migrantes continúa sin parar por nuestro país.
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