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Que se le voló al novio, que estaba de parranda, que sí la drogaron, que una abducción extraterrestre… la historia de Fanny Lorena Pérez, hoy por hoy la desaparecida más famosa del momento, dejó de ser una más del común (pues aca en este país mucha gente se pierde y no se arma alboroto) para acaparar la atención de los medios y poner en la picota pública a familiares y amigos de la joven, con un tratamiento a lo Lindsay Lohan verdaderamente exasperante.

El que sea precisamente esta la historia urbana del momento será un enigma. Lo rescatable de la barahúnda desatada por la aventura de Fanny tiene más que ver con las situaciones en donde usted o yo hemos terminado enlagunados, sin memoria alguna de lo sucedido, o en medio de una sarta de mentiras generada por una canita al aire.

Analicemos el primer escenario. Rumbear en cualquier parte del mundo, incluso en sitios exclusivos, puede resultar un ejercicio peligroso si se está solo o con gente que apenas conocemos. No es un misterio que en Bogotá, sectores como Chapinero o la Primero de Mayo, por mencionar algunos, operan bandas dedicadas exclusivamente a ‘paseos millonarios’ a ingenuos solteros y solteras ilusionados con el levante de la noche. Ante una atractiva sonrisa aceptan bebidas o alimentos con sustancias que alteran la conciencia y la voluntad, quedando a merced de su fatal compañia.

Estos casos se multiplican por cientos, dado que poco se denuncian por falta de indicios o pruebas que revelen la identidad del acompañante. A esto se suma la vergüenza que implica dar explicaciones a sus seres queridos sobre cómo resultó uno en tal lugar con un desconocido.

En el segundo caso, la situación es a otro precio. Nada resulta más retorcido que inventar una historia para justificar una escapada y darse un gustico con alguien. No hay contemplaciones de nada: cuadrar a los amigos para que apoyen mentiras, esconder celulares, hacer gastos, ensayar la cara de no-sé-que-hice y al final, con toda la sangra fría, jurar que no se tiene idea alguna de lo que le están hablando. Mentir requiere una alto grado de histrionismo y otro poco de suerte para que las cosas salga a pedir de boca.

Si Fanny o alguno de sus cercanos amigos lee este blog solo diría que pasaste a la posteridad…disfruta el momento sin que importe realmente si atravesaste por una amarga experiencia y quieres que nadie la repita o si estabas gozando de lo lindo pero no querias que se descubriera. Bueno, ahora todo un país tiene los ojos en tí, y se inspirará en tu odisea para llamar la atención de una forma u otra.

Para los que me leen, en cualquiera de los dos casos, ¿qué situaciones reales han vivido por cuenta de una enlagunada o una escapada? ¿Han metido la pata en serio? ¿Cómo salieron del embrollo?

juanchopara@gmail.com

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