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Cuando me propusieron motivar a la gente a hablar de sexo en la campaña 48 horas por la vida, cuya tercera edición se realizará la próxima semana (invitados todos a participar acá) comencé a escarbar en los imaginarios más comunes. Para mi sorpresa aún entre los más jóvenes encontré ideas que yo ya creía superadas, como la justificación de un comportamiento machista (lo hacemos cuando yo diga) o no quiero perderlo (por eso me someto) ¿Dónde lo vieron? ¡Pues en una telenovela!

En Latinoamérica la educación sentimental tuvo como maestros héroes y heroínas de radionovela, ensalzados luego en la televisión, con dramas donde consignas como «el amor lo puede todo» o » hay que sufrir para amar» dieron lugar a miles de historias cuyo común denominador era la inocencia contra el pecado, la ingenuidad contra la culpa y el triunfo sobre las dificultades. Mujeres y hombres soñaban con esa pareja perfecta, éterea y ASEXUADA, pues hablar del tema era ir derechito al confesionario del sacerdote de turno. Más allá de lecturas sobre el abordaje de la sexualidad desde la óptica de ciertos recursos dramatúrgicos (que luego se volvieron estereotipos) lo cierto es que permearon la cultura sexual de la sociedad, algunas veces para mal. Y si asumimos que las telenovelas más que entretener EDUCAN, entendemos el lío que se nos vino encima.
Precisamente por eso, y agradeciendo de antemano la ayuda de colegas, libretistas y comentaristas de TV, esbozo cinco mitos del sexo reforzados por las telenovelas que, por increíble que parezcan, subsisten aunque de manera velada en algunas producciones actuales. Existen muchos más, pero nuevamente los invito a comentarlos en la jornada del 28 y 29 de septiembre inscribiéndose en www.48hxvida.org
1. El verdadero amor es «casto y puro»
 
Aquellas historias donde los protagonistas «sólo han estado con una persona» y juran que «solo estarán con esa persona» fueron la ley durante generaciones. La experiencia sexual era poco menos que una una afrenta a ese sentimiento -leer con acento mexicano- que carcome las entrañas del alma. Aunque llegaran a tener parejas diferentes (para crear conflictos) levitaban soñando que estaban con su «verdadero amor» quién sí merece la total entrega (o sea, gozar todo ese cuerpecito, pero un día de estos) Por ende, la virginidad de las mujeres era el tesoro más codiciado. Y si quedaban embarazadas fue «porque así lo quiso Diosito» En cambio, si tenían sexo con otra persona «fue un error» o «una violación» ¡Vaya teoría!
2. El sexo con amor hace felices a los protagonistas
Esta es clásica: para que goces en el sexo debes estar profundamente enamorado. Una premisa polémica en épocas de libertad sexual (y a veces irresponsable) pero no por eso debe convertirse en la máxima. A ver ustedes ¿han disfrutado del sexo sin estar enamorados? ¿Se han sentido mal por ello? No soy un enemigo acérrimo del romanticismo, pero el principio de realidad debe primar ante las ganas.
3. Justificar la violación
Desde Leonela, que planteó una relación amorosa entre un violador y su víctima, los derechos sexuales y reproductivos eran una metáfora del primer mundo. Si era dentro del matrimonio, era un derecho del marido, y si ocurría «por ahí» era culpa de la mujer que se vistió provocativamente «como una cualquiera». La violación generaba culpa y se reducía al silencio. Diana Campos, del portal www.todotnv.com hace una interesante disertación sobre la violación que recomiendo leer. Aunque los tiempos han cambiado un poco, todavía persiste el mal ejemplo frente a cómo actuar al respecto.
4. Las villanas son mujerzuelas (y merecen lo peor) Si son experimentadas, mayor castigo
 
Las antagonistas son caprichosas, perezosas, volubles y maquinadoras. Algunas hasta sexosas. Por eso tendrán éxito en todos sus planes hasta el penúltimo capítulo de la historia. Lo curioso es que su perfil sexual se ligaba a la obsesiva idea del status al fijarse en el protagonista, el embarazo (fingido o no) como una manipulación y ser de mala entraña hasta con sus hijos. Era la vitrina de  lo que no se debía hacer, pero se repitió tanto el discurso una y mil veces en varias telenovelas que evidentemente marcaron pauta en la realidad. Curiosamente si tenían destellos de actualidad, eran aún más vilipendiadas.
5. Muchos pétalos y sábanas blancas pero ¿Dónde está el condón?
Por alguna curiosa razón todavía se hacen telenovelas donde el sexo entre protagonistas es un ideal armonioso, lleno de pétalos que caen de un cielo inexistente, música romántica de moda, cámara lenta, planos cerrados de manos y rostros (algunos pies) y desde luego, la desnudez cubierta a medio trapo. Por contraste, el sexo con antagonistas es sucio, guarro, salvaje. En cualquier caso no hay asomo de protección por algún lado. Sí, ya sé, es un recurso dramático, no obstante muchas personas y, sobre todo, muchos jóvenes siguen pegados a la televisión buscando alguna respuesta a sus inquietudes. Si se encuentran con eso…
Evidentemente hay más tela de donde cortar, pero esta es una puntica. Espero sus comentarios sobre más mitos que al día de hoy se vean anacrónicos y pueden hasta matar de risa. Por eso los invito a expresarse en esta campaña de 48 horas por la vida, para hablar de estos mitos de la sexualidad. 28 y 29 de septiembre. Una campaña de Sexualizatic con apoyo de Ministerio de Salud y Fondo de Población de las Naciones Unidas. Esta es la invitación
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@juanchoparada
juanchopara@gmail.com 

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