Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

«Yo, ¿dejarme pegar? ¡Ni loca!» «Mi esposo muy normalito, nada aberrado» «Eso es pura locura de los gringos» «Solo es pura vaca muerta, vaca muerta, vaca muerta» «Nalgaditas o amarrarse, pero no más».

La colección de expresiones proferidas por mujeres cuando se les pregunta si les gusta el BDSM (Bondage, Dominación, Sadismo y Masoquismo) puede ser abrumadora. Con o sin sonrojo, atendieron un pequeño llamado para consultarles si en su intimidad es válida esta práctica, solo para hacerme una idea del interés femenino por añadir emociones fuertes a la hora de tener relaciones sexuales. En un país donde la violencia de género es pan de cada día suena extraña la idea de que ellas busquen ese placer y acepten sus condiciones de sometimiento y dolor. Incluso aún, que ellas sean dominatrices. Pero el furor de la novela 50 Sombras de Grey y su versión fílmica que se estrena este 12 de febrero (casi coincidiendo con la fiesta del amor, el Día de San Valentín) casi que exige indagar por esa realidad ¿Cómo exploramos el deseo? ¿Qué fantasías eróticas carcomen nuestra imaginación? ¿Hasta dónde ambos géneros se permiten libertades de esa naturaleza? ¿Realmente hace falta vivir esas sensaciones?

Comencemos por el fenómeno, que para nada es nuevo. Ya se ha derrochado tinta en explicar el origen de la novela de E.L. James, la controversia que ha generado en buena parte del ámbito literario mundial (que admite calificativos como «porno para tías solteronas») y los dimes y diretes por su adaptación al cine, desde su exhaustivo casting hasta los rumores de su versión final, más cercano a un sexo telenovelero aséptico que a un desfile de imágenes que enardezcan los sentidos. La indiferencia inicial dio paso a la histeria por devorar la trilogía, comentar sus pasajes más candentes y auscultar con paciencia de cirujano la fidelidad en cualquier puesta en escena. Los medios de comunicación han servido de tribuna para armar debates sobre la insatisfacción de las colombianas, la burla de los hombres ante su reacción y la duda de lo que hay qué hacer para redondear el libreto del «mejor amante», redefiniendo de paso el romanticismo y el poder en las relaciones actuales.

Para brindar un panorama de lo cerca que estamos ante una decisión consciente sobre la comisión del BDSM lo primero que encontré (como los icebergs, mera punta) es el temor a aceptar que existe. Basta revisar los resultados de una encuesta realizada por el Centro Nacional de Consultoría en el 2008 para Caracol Radio y TV y El Espectador.  Siete de cada diez colombianos no cree en el sexo sin amor, 87 de cada 100 no acostumbra a tener más de una pareja sexual y solo un 10% de la muestra aceptó haber experimentado con el intercambio de parejas, las orgías, el uso de juguetes sexuales o pastillas para la impotencia.

Como para corregir y contrastar esta revisión, la revista Semana efectuaría una encuesta similar para su informe especial «El Sexo según los colombianos» en el 2011, una revisión que hacen con cierta regularidad. En ella buena parte de los encuestados se consideraron «Vanguardistas» y abiertos a todas las opciones. La coincidencia que encontré en ambas encuestas fue el rechazo al sadomasoquismo. En efecto, en la encuesta de Semana «Filmarse mientras tienen relaciones sexuales es la fantasía más común de los colombianos. El 89 por ciento rechaza el sadomasoquismo». 

En ese contexto ¿triunfará la curiosidad por ver la arrebatadora relación entre Anastasia Steele y Christian Grey? No dudo que sea un éxito taquillero, así como reciba la varilla de la crítica más recalcitrante. Pero apenas estamos corriendo la cortina.

El BDSM es real en nuestro país. Ya se ha celebrado un festival de látex y cuero y la oferta de los populares sex shop abarca toda clase de productos: látigos y geles solo son peluches frente a lo que se puede encontrar.

De hecho, en el comercio sexual hay personas y sitios que ofrecen este servicio. Me llamó la atención el despliegue brindado a la historia de «la ama Claudia», una dominatriz que vive cerca al estadio El Campin de Bogotá y que lleva ocho años dedicada a esta labor. La primera aproximación que hallé fue el relato de Virginia Mayer para el portal Kien y Ke , la cual se complementa con un reportaje gráfico (las imágenes pueden herir la susceptibilidad de algunos lectores) realizadas por Vice Colombia en el 2013. En cuanto a sitios se encuentra la referencia del bar nudista gay Dark Club, donde se practica el sexo explícito y se organizan fiestas con temática BDSM. El local fue allanado por la Policía Metropolitana de Bogotá el año pasado pues al parecer «servía de fachada para la fabricación, tráfico y venta de drogas ilícitas»  Por el tema swinger las conexiones son muchas pero destaco la crónica del fallecido Ernesto McCausland para la Revista Soho y el debate que encendió dicha nota hace ya más de diez años.

Amplifiquemos esta tendencia con la popularidad de las redes sociales, el uso del smartphone y veremos que las encuestas se quedan lejos de lo que realmente sucede al momento de ir más allá de lo convencional en la sexualidad en Colombia. Hay un lado salvaje en esta historia que pocos se atreven a reconocer, pero con el que convivimos a diario y está allí, dispuesto a que nos dejemos llevar por él en alguna oportunidad. En nuestra coherencia interna está la respuesta a la intención de identificarnos o no con esta forma del placer.

Para finalizar, comparto la opinión del blog de Diana Garcés, una gran profesional y amiga, que habla sin miramientos de su interés por la literatura erótica y las razones que da para ver la película. Y un buen análisis de lo que es erótico en la escritura lo encontré en este artículo de Mariana Guzzante para el diario Los Andes de Argentina

¿Tres películas con diversas perspectivas sobre la búsqueda del placer?

Las edades de Lulú – Bigas Luna (1990)

Cruising (1980) de William Friedkin con Al Pacino

Secretary (2002) que me parece la protohistoria del fenómeno de hoy

Este será el tema para el inicio de la segunda temporada de Radio Distractor, con entrevistas, música, relatos y mucho más. Próximamente @radiodistractor solo en Stereo Joint Radio.

juanchopara@gmail.com

@juanchoparada

 

 

 

 

Compartir post