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Este mes de septiembre ya es una especie de apéndice de la Semana Santa. Después de 31 años, nuevamente un máximo representante de la Iglesia Católica pisa suelo colombiano y en unas condiciones muy diferentes a las de esa época.

Los recuerdos de la última visita son innumerables, especialmente por el sobrecogedor momento en que el Papa Juan Pablo II elevó una oración ante el lugar donde se erigía el templo del municipio de Armero, afectado por la avalancha, que personalmente fue el que más me impactó.

Hoy, todos los medios de comunicación del país medirán fuerzas para ofrecer diversos ángulos (si eso es posible) de este acontecimiento, pero con enormes diferencias a 1986. La tecnología jugará un papel fundamental en manos del ciudadano de a pie, que registrará lo que no entre en las salas de edición, y todas las situaciones posibles saldrán al exterior en forma de tuits, memes, videos, denuncias o chascos, así que más que recomendar el cubrimiento de un canal o un periódico determinado, invito a pensar en el papel que jugaremos desde cualquier rincón del país para contar nuestro (des) interés durante el recorrido. Seguramente aflorarán crisis en este apartado digital, por lo que la reacción también será objeto de análisis.

De todo lo que puede pasar ¿a qué habría de prestársele atención? Principalmente los ojos estarán puestos en las precisiones que hará Francisco I sobre su apoyo a la paz. Puede atizar más el fuego a la ya menguada gobernabilidad del presidente Santos o darle un espaldarazo en sus últimos meses de mandato. El diálogo intra e interreligioso en torno a la figura del llamado Santo Padre, tras las discusiones sobre su legitimidad ocurridas en el propio seno del catolicismo local, estará sobre la mesa y no podemos evitarla. La política buscará su figuración al lado de los reclamos de grupos étnicos, sexuales, feministas, campesinos y otros más, lo que augura movimiento en todos los frentes. Hasta la intrascendente farándula ocupará balcón.

A nivel de producción la red de medios estatal se pondrá a prueba con su cobertura full time, la oportunidad perfecta para analizar sus fortalezas y debilidades frente a la que realicen los medios de origen privado. Mejor dicho, un festín para dar y convidar. Que no nos saturen con exceso de detalles “de color” como si el Papa se puso sombrero ‘vueltiao’, le hizo el feo a un mondongo o se quedó viendo de más a alguna bailarina. Registrar lo que de verdad importa.

Para ustedes ¿qué momento cumbre debemos conservar de esta visita papal?

Game of Thrones ¿el punto más alto?

He leído de todo sobre el fenómeno causado por esta temporada. De que traicionó sus orígenes para estar al servicio del fandom y sus resoluciones vía deus ex machina, hasta delirantes observaciones sobre cómo resolverá todos los conflictos planteados desde su primera temporada en seis capítulos. Aunque todos tengan algo de razón en sus apreciaciones, lo innegable es que esta producción de HBO ya pasó a la historia. En el top de mejores series de todos los tiempos ocupará los primeros lugares por un buen rato, y pone en problemas a toda la industria para igualar su éxito en todos los frentes. Desde luego, ganaremos como espectadores si las propuestas venideras (independientemente de su inversión) alcanzan el mismo nivel. The Walking Dead ya va de salida, así que la sucesora debe reunir las virtudes alcanzadas por la adaptación de la saga de George R.R. Martin y poner de su propia cosecha para hacer el escalón más alto ¿Y en Colombia? Bien, gracias.

Próxima semana, un recorrido por centros alternativos de promoción de cultura. Esperamos que el Papa nos dé espacio.

@juanchoparada

juanchopara@gmail.com

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