Padres de ficción: de Homero Simpson a Fabián Danubio – Distractor
¿Recuerdan algún consejo especial que sus padres les hayan brindado en alguna ocasión? Desde luego, no tan estimulantes como los del abuelo Simpson al pequeño Homero:
“Homero, eres tonto como una piedra y feo como una blasfemia. Si un extraño ofrece llevarte… ¡te subes!”
Con la proximidad del Día del Padre el próximo 16 de junio, respaldado por la Copa América que se inicia en Brasil y el debut de Colombia en el Mundial con la vieja rencilla del enfrentamiento entre Colombia y Argentina, los papás del mundo recuperan un poco la dignidad de la fecha, curiosamente sin tanta violencia como la que vive en la fecha de su contraparte y con la posibilidad de recibir más cerveza que en un día ordinario.
Frases como las del abuelo de mi eterno Bart Simpson me obligan a escudriñar en la herencia de los 30 años de la creación de Matt Groening, un clásico de la televisión y un sello indeleble de la cultura popular que ha aguantado el paso del tiempo justamente con las remembranzas de sus primeras temporadas, las más divertidas y entrañables para muchos.
Claro, ante el curioso desconcierto de su evolución que la perciben como una serie más preocupada por ser políticamente correcta que recalcitrante e incómoda, es incuestionable su legado. Tres generaciones a lo sumo. Sin descuidar sus retorcidas líneas en el show de Mary Tyler Moore antes de tomar cuerpo como una emisión extendida, tan razonable como demente, tan exagerada como cínica, quiero rendir homenaje a Los Simpson con la relación más conflictiva de la familia: la de Homero y Bart.
La nueva temporada que inició en Latinoamérica el pasado 2 de junio es condescendiente con los amantes de la filosofía bartiana. Él es el eje del primer episodio que vimos, un Bart travieso que hace creer a Springfield sus visiones del cielo y del mismo Jesús tras cumplir un desafío que sale mal. Además de la consabida crítica detrás de la industria de la fe, casi como un Hollywood bíblico, nuevamente tenemos ese momento “pequeño demonio” con su padre tratando de estrangularlo.
https://www.youtube.com/watch?v=RpMmiqKLICQ
Reducir todo a que Homero y Bart se quieren a su manera es un resumen inepto. Manteniéndonos en el retrato caricaturesco que la serie presenta de las relaciones humanas, ese recurrente gag del padre que descarga su ira con su hijo de esa manera admite muchas lecturas ¿Una frustrante paternidad? ¿Envidia por la irrefrenable anarquía que siembra Bart en su entorno? ¿La resignación ante un caso perdido?
Como sea, en 30 años Los Simpsons no son unidimensionales en su relato de los vínculos entre padres e hijos varones. Si Homero cruza límites de locura, los demás padres sí que no salvan la patria: desde el pusilánime Kirk Van Houten o el descuidado jefe Gorgory hasta el ausente progenitor de Nelson Muntz, que hizo célebre la excusa de “voy por cigarrillos” para huir de sus responsabilidades.
Aunque la serie ha compensado sus faltas con acciones nobles, que incluyen saltos a peligrosos abismos, ascensos a altas montañas o exóticas fiestas de cumpleaños, lo cierto es que ha reflejado con acierto el temor de una generación de hombres que no siguió sus sueños por asumir un inesperado rol en la mayoría de los casos. Esa melancolía de lo que no fue hace que veamos a Homero perderse en aventuras que lo han llevado al mismo espacio exterior o recorrer las profundidades del océano en un submarino, el cual salvó por los pelos del desastre gracias al pendiente que le quitó a su rebelde vástago. Al final del día Homero Simpson llega a casa y sabe que en el fondo Bart lo admira por ser un valiente de gigante trasero. No un hermano mayor. Y esa es solo una de cientos de herencias que nos quedarán de la familia más amarilla del mundo cuando ya no tengan nada más que contarnos. Por ahora, traten de disfrutar la nueva temporada cada domingo en la noche por FOX Channel.
El Jardín de Bronce 2: Fabián Danubio no vive en paz
La temporada de estrenos de verano nos trae de regreso la segunda temporada de la serie producida por HBO Latinoamérica en Argentina, que fue todo un suceso en su emisión en el 2017 y de la cual evocamos la generosa entrevista que nos concedió la maravillosa actriz Norma Aleandro, que interpretó a Doris en la adaptación de la novela homónima de Gustavo Malajovich.
En un movimiento más que oportuno por parte del canal, HBO junta en su cita dominical a dos producciones que comparten más de una coincidencia. Al unir “El Jardín” con Big Little Lies (de la que hablaremos posteriormente) no solo apuestan por el drama y el suspenso en la era post Game of Thrones. En ambos casos sus creadores agotaron el material literario que las sustentaba en sus primeras temporadas, por lo que continuarlas entrañaba el riesgo de autoinmolarse si llegaban a caer en excesos o incoherencias.
Por fortuna eso no parece ocurrir. Para el caso de “El Jardín” la historia habla de ese después, tras el agridulce final de la historia anterior. Fabián Danubio, interpretado nuevamente por el efectivo Joaquín Furriel, desea reconstruir el vínculo afectivo con una adolescente Moira, que aún padece las secuelas de su secuestro, al tiempo que se verá involucrado en un nuevo caso de desaparición con la “ayuda” de su amigo, el detective Doberti, quien no alcanzó a resolverlo por su repentina muerte. Hablamos telefónicamente con Furriel, gracias a la gentil invitación de HBO Latinoamérica y esto nos contó:
Juancho Parada: El Jardín de Bronce entró en la era post Game of Thrones y hace tándem con Big Little Lies, ¿cómo se siente abordando esta nueva temporada en esa coyuntura?
Joaquín Furriel: Creo que justamente lo interesante de la programación de HBO es cómo ellos van orquestando la segunda temporada de ambas series que comparten como género algunos aspectos. Y lo que sí va a sorprender de la segunda temporada de El Jardín de Bronce es que, si en la primera se veía una Buenos Aires arquitectónicamente impactante, en esta temporada veremos zonas más marginales, empieza a ponerse todo mucho más complejo y Fabián tendrá que entrar en ello para poder resolver su caso.
JP: ¿Qué cambios veremos en la historia con respecto a la etapa anterior?
JF: En definitiva, esta segunda temporada termina siendo la verdadera identidad de El Jardín de Bronce, de un investigador amateur, con todos los conflictos de esa hija que encontró, que no es su hija biológica, y los problemas que hay entre ellos dos. También veremos las barras bravas del fútbol, varios grupos urbanos y conoceremos una Buenos Aires que en la anterior parte no vimos. Es muy adrenalínica. Además, hay incorporaciones de talento argentino que hacen unos personajes buenísimos.
JP: Comparte con su personaje la casualidad de ser padres de una niña. En esta nueva etapa de Fabián Danubio ¿cómo traslada esa experiencia personal a las nuevas circunstancias de su papel, esa desconexión que hay con Moira tras su secuestro?
JF: El vínculo que tiene Fabián con Moira es muy diferente al que tengo con mi hija, en nuestra historia no hay grandes conflictos entre nosotros por suerte. Lo que sí puedo decirte es que cuando mi hija de 11 años está con su celular puedo decir que ese nivel de desconexión que tiene ella con su teléfono, yo con el mío y veo que los dos estamos con los teléfonos, cada uno en su mundo, no es muy diferente a veces del mundo de desconexión que mantienen Fabián y Moira y algo de eso pude aprender, cuándo conectarse uno y desconectarse.
JP: HBO ha buscado la variedad en las producciones que realiza en América Latina. De hecho, ya viene el estreno de Mil Colmillos, hecha en Colombia ¿Cómo valora el aporte que hace el canal a ese interés de mostrar otras realidades de nuestra región y a la cultura audiovisual del mismo?
JF: En principio todo el equipo de producción de HBO, Luis Peraza, Roberto Ríos y Paul Drago, un venezolano, brasilero y mexicano, toman las decisiones de qué tipo de ficción se produce en para HBO Latinoamérica, son todos latinoamericanos, conocen mucho la región y trabajan directamente con los realizadores locales. Me comentaron entusiasmados de cómo fueron las grabaciones de Mil Colmillos en Colombia y cómo estaban quedando. Lo mismo que pasó acá, trabajaron con una productora que es la más importante de ficción que hay en Argentina, Pol-Ka, que cumple 25 años y es muy interesante cómo fue ese trabajo con HBO. Ellos habían hecho Epitafios que fue la primera serie hecha en Latinoamérica y casi 15 años después repitieron con la primera temporada de El Jardín de Bronce y ahora estamos presentando la segunda temporada. Me parece que eso enriquece a la industria y el vínculo entre ustedes y nosotros, todo el resto de la región. Veo las producciones hechas en Brasil, México, Chile y Uruguay y estoy muy expectante de esta ficción que se hizo en Colombia. Somos hermanos latinoamericanos y ahora estamos hermanados por HBO Latinoamérica.
El Jardín de Bronce 2 presenta su temporada de ocho capítulos cada domingo a las 7:00 p.m. en varias de las señales de HBO y en la plataforma de HBO GO. Disfruten con sus padres ese día.
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