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Por: Diego Rodríguez  [Angeólogo de La Casa de Los Ángeles y coach terapeútico, director de Inyectar Vida, terapeuta certificado en Integración Emocional]

Etimológicamente la palabra ángel proviene del latín ‘angĕlus’, que a su vez deriva del griego ἄγγελος ángelos, que quiere decir “mensajero”. En hebreo se escribe מֵלְאָךְ. Finalmente, se definen a los ángeles como mensajeros de la luz, del reino celestial o de Dios.

Los seres humanos recibimos casi como verdad absoluta que los ángeles son seres sobrenaturales con forma humanoide y alados, una construcción muy católica que vemos reflejada en numerosas obras de arte y representada cotidianamente en diversos templos del mundo, pero en verdad los ángeles van más allá de un concepto popular y conveniente.

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Ángeles = Energía

Según la Kabbalah, los ángeles se encuentran en todo lado, son energía pura y sus vibraciones emanan del reino celestial. Se habla entonces que los átomos y en general las partículas que conforman el universo son ángeles, por tanto vivimos en un dinamismo angélico constante, sin embargo la discusión es extensa y la explicación es compleja para plasmarla en este post.

Lo que considero erróneo es que los seres humanos invoquemos a los ángeles para que nos otorguen elementos materiales, nos curen un mal de amor o una enfermedad física. Si los ángeles son energía pura en movimiento no conocen el dolor, tiempo, espacio, dinero o el amor de la forma en que lo percibimos los humanos; en resumidas cuentas, los ángeles no nos sanarán de un cáncer por obra mágica de hechizos o invocaciones, sino que su función radica en inspirarnos para que tomemos acción en dicha enfermedad, sanemos las emociones que son causales de nuestras dolencias físicas y tomemos conciencia sobre el estilo de vida que estamos llevando, los alimentos que debemos consumir, los vicios que tenemos que eliminar o regular, los cuidados a accionar y las virtudes a realzar; al igual que nos empujan o invitan a honrar la enfermedad como proceso para lograr aprender de ella.

El poder mágico de los ángeles se refleja en el equilibrio entre luz y oscuridad. Para percibir la luz de manera adecuada requerimos de la sombra, para honrar dicha sombra requerimos de la luz. Si llenan destellos exagerados de luz a nuestros ojos, científicamente nos encandilamos, por tanto no podremos observar detenidamente lo que sucede a nuestro alrededor; de igual manera si nos encontramos en la oscuridad infinita la observación será mínima. Es por eso que requerimos del equilibrio.

 

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Invocar el poder mágico de los ángeles

Entiéndase magia como el arte de reunir conocimientos ancestrales bajo la sabiduría misma en pro de lograr un cambio o evolución espiritual.

Cuando realizamos una invocación angélica es preciso conectar desde nuestra conciencia y desde el amor, dejando atrás el ego y las pretensiones del tener, enfocándonos directamente hacia lo esencial: nuestro ser.

La inspiración que nos otorgan los ángeles depende del proceso que estamos asumiendo en el ahora, y la forma en que venimos afrontando dicho proceso. Muchas veces necesitamos ese empujón que nos permita eliminar la pereza para realizar un deporte, reducir la gula para consumir alimentos de calidad, o equilibrar nuestra vanidad dejando de utilizar productos que afectan nuestra piel y que nos podrá generar un cáncer posteriormente.

También en un caso de ruptura o duelo los ángeles nos aportan con la virtud de la aceptación, el agradecimiento a lo vivido y aprendido; y por supuesto la responsabilidad y compromiso que tenemos con nuestro ser.

Un ejemplo claro: los ángeles no accionarán su poder celestial para que la persona que amamos y con la que hemos sufrido una ruptura amorosa retorne a nuestro lado gracias a peticiones y rituales; lo que harán los ángeles es que entendamos el para qué de esta situación, inspirándonos a evolucionar y llegar a una versión ultra mejorada de nosotros mismos y honrando lo que vivimos con nuestra anterior pareja, sanando y accionando lo que conocemos como soltar. Sin embargo, si aún quedan más aprendizajes por vivir, el amor incondicional permitirá que en algún instante nos encontremos con dicha pareja y continuemos un camino más estructurado espiritualmente, más sano y consciente, un camino que podrá inspirar a otros seres que estarán viviendo situaciones similares. Entonces la magia de los ángeles estará activa en nosotros y nuestras acciones, ese es su más grande poder.

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Que el universo, la vida, el padre celestial, los dioses, los ángeles, y los espíritus de la naturaleza te protejan. Amor vital para tu ser.

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