La delgada línea entre el acoso sexual y la relación consentida
Después del escándalo en medios, del supuesto acoso laboral y sexual, por parte del defensor del pueblo Jorge Armando Otálora, contra Astrid Helena Cristancho, su exsecretaria privada, es bueno reflexionar sobre esa línea delgada que se tiende, entre el acoso sexual y la relación consentida.
Sin referirnos explícitamente a la situación del Defensor y su exsecretaria, es bueno poner de presente otros casos que abundan en las empresas, y que pocos denuncian, y por supuesto la opinión pública poco conoce.
Siempre se habla de acoso sexual por parte de jefe hombre a subordinado mujer, pero nunca se habla al contrario, tampoco de acoso sexual, hombre a hombre, o mujer a mujer. (Ojo, que no suene a declaraciones de ex reina de belleza, porque en este caso nadie se complementa con otro).
Lastimosamente ha hecho carrera en la sociedad el acoso sexual en contra de mujeres por parte de hombres, y lo curioso del caso, es que se denuncia mucho después, no en el momento, y que generalmente, todos respaldan a la abusada, le dan crédito, y toman partido en contra del supuesto acosador, en muchos casos sin escuchar su versión. Los medios de comunicación se van lanza en ristre contra el acusado, le piden su renuncia, lo crucifican y lo condenan a muerte. Los movimientos feministas se solidarizan con la supuesta abusada y hacen un despliegue machista, (porque no hay nada más machista que un movimiento feminista), en contra del supuesto victimario. Adicional a eso, la acusación de una mujer tiene mucho más peso que la defensa de un hombre, el hecho, sin comprobar, causa repudio nacional antes de hacer, como dicen, una investigación exhaustiva.
Hoy en los medios solo se escuchaban voces en contra del Defensor pero pocas en su defensa. Sin pretender oficiar como abogados del diablo, ni salir a justificar cualquier abuso o acoso en el que haya incurrido el Defensor, nos parece que esa clase de temas, antes de salir a la opinión pública, deben ser investigados primero. Los periodistas no podemos oficiar como jueces, no podemos usar nuestras columnas, nuestros micrófonos o nuestras cámaras para salir a acusar y a condenar. Nuestra labor es informar hechos comprobados, o si se habla de opinión, opinar, valga la redundancia, pero sin pasar al extremo de injuriar o calumniar.
Solo pensemos lo siguiente, en caso que el Defensor sea inocente ¿quién le va devolver su honor y su honra? Eso ya no se puede hacer, siempre quedará en la retina y en el oído de la opinión pública que es un acosador y un abusador. Ahora bien, si es culpable, es la justicia la que debe condenarlo.
Otra cosa que nos parece cuestionable, ¿porque las denuncias vienen tarde?, ¿por qué aparentemente existen relaciones consentidas, aunque sean por temor?, ¿por qué se deja llevar todo a estos extremos? Si el miedo es perder sus empleos, finalmente los perderán, si el miedo es que nadie sepa, finalmente todos lo sabrán, y si el miedo son las represalias, pues al chantaje no se debe ceder nunca, pase lo que pase.
Un lector, que me pidió reservar su nombre, me dice que fue víctima de un acoso laboral, por parte de jefe femenino, con tinte de acoso sexual, pero tuvo la dignidad de renunciar. Y esa renuncia lo llevó a un descalabro económico, del cual, hasta ahora, se está recuperando. Hubiera podido denunciar, pero era claro que nadie le iba a creer. Era pelea, dice él, de tigre con burro amarrado, y era la palabra de un subordinado contra su jefe, y más aún, de una jefe, amiga íntima de la jefe de personal, pero no le siguió el juego ni consintió la relación, porque ahí es donde se pasa la línea, y luego ya es difícil diferenciar el acoso del consentimiento.
Si se es víctima de un acoso laboral o sexual, la persona abusada debe acudir directamente al Ministerio de la Protección Social para interponer una queja, explicar su situación, pero también, anexar las pruebas.
En los lugares donde no haya oficina del Ministerio de la Protección Social podrá hacerlo en la Alcaldía, en la Personería Municipal o la Defensoría.
No hay por qué esperar tanto, ni dejar que el miedo los lleve a situaciones más ‘embarazosas’. Como dice mi amigo Felipe Arias, «No se quede callado, denuncie».
¿Por qué esperar a que el acoso laboral y sexual pase al entorno del consentimiento, donde se confunden los sentimientos, y luego salir a cobrar? Eso hace perder credibilidad en el denunciante y la sociedad no debe aprovechar esos ‘escándalos’ para tomar partido a favor o en contra, y el periodismo no debe hacer de esa ‘noticia’ algo amarillista y sensacionalista, para llenar espacio en las ondas hertzianas o en los tabloides.
Ese tipo de cosas no se deben ventilar así, ni entregárselas a los medios, porque eso demuestra a las claras que se quiere hacer daño o tomar venganza. Y volvemos a lo mismo, ¿a quién se le cree más? ¿a una mujer supuestamente víctima de un acoso laboral y sexual o a un hombre ‘victimario’? ¿Será que el periodismo le daría espacio a ese episodio si fuera al revés?
Esa línea delgada de la que hablamos, entre el acoso sexual y el consentimiento la podemos evitar denunciando de inmediato, y no publicitando mucho después, dejando la sensación que se quiere algo a cambio.
Si el jefe propone el subordinado dispone, y si un jefe insinúa, ¡pues el subordinado denuncia, y ya! y de inmediato.
Nadie niega que el humorista Bill Cosby estuvo inmerso en casos de agresión sexual pero ¿cuántas mujeres se subieron después a ese bus solo por ganar dinero?
Este artículo es un llamado a la calma y a la sensatez, un rechazo al amarillismo y al sensacionalismo que hacen los medios, y una exigencia a las autoridades para que investiguen y juzguen, pero dentro de las instituciones, no en los micrófonos, no en el ‘Sistema Radial Acusatorio’.
Ninguno de nuestra sociedad tiene el permiso de juzgar a la ligera y de condenar sin pruebas, dejemos que la justicia opere, y luego damos la noticia, ¡no seamos tan irresponsables!
En esta sociedad colombiana hay muchos tabúes, hay doble moral y doble comportamiento, se pone a la gente en la palestra pública sin clemencia pero no hacemos auto reflexión. Y no estamos justificando ningún comportamiento abusivo por parte de alguien, pero si es bueno evaluar entornos, motivos, situaciones en general, sin entrar a juzgar a la ligera.
Nosotros llevamos 33 años en los medios de comunicación, y sabemos cómo se maneja este tipo de información, es carne de cañón, es comidilla del día, es material para titulares y es la de abrir, sabemos cómo los columnistas ‘preocupados’ que ‘denuncian’ este tipo de cosas, pasan factura y logran ser más leídos, y más reconocidos, pero los directamente involucrados no les importa, allá si se destruyen sus vidas, la consigna es la ‘chiva’, pase lo que pase.
Los directores de medios no deberían hacerle el juego a estos episodios, no deberían juzgar a priori, ni confundir a la opinión, el verdadero motivo de nuestra profesión de periodistas es informar responsablemente, servir y respetar la integridad de las personas. Y cuando se hace opinión, como lo hacemos en esta columna, se pueden fijar posiciones, pensamientos y derroteros, sobre el proceder público de quienes son motivo de nuestras columnas, pero su vida personal y su intimidad no nos compete.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
síganos en twitter @giovanniagudelo
lea más historias acá en La Sal en la Herida
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[…] Por: giovanniagudelomancera […]
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delgada línea?? se nota que ud y nadie de su circulo cercano ha sido victima de acoso sexual. Definitivamente la ignorancia es atrevida. Ojala que nunca le pase… pero por ahora documentese más sobre el tema, porque esto no es ninguna «delgada línea» como quiere usted reducir la discusión. Ud no se imagina la humillación y la verguenza que genera ser acosado sexualmente… además porque no siempre se es consciente de esta situación inmediatamente y menos cuando lo hace el que está a la cabeza de la entidad. Esto genera miedo. Denunciar acoso sexual no es lo mismo que denunciar el robo de un celular. Ya queda uno fichada como «problemática» por cualquier oficina de talento humano de cualquier proceso de selección. Es la carrera profesional de las personas, es su sueldo, es parte de su sustento y el futuro de los suyos. Esto no es ninguna delgada línea y otálora es culpable fuera o adentro de la defensoría.
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No es una delgada línea. Usted quiere plantearla como tal.
La relación consentida es consensual, requiere la voluntad manifiesta de ambas partes, quienes están interesadas y dan su aprobación para verse inmersos en situaciones de índole sexual.
En el acoso sexual una de las partes no aprueba los «galanteos», «piropos», «acercamientos», o cualquier eufemismo con el que personas como Usted quieran disfrazar la situación.
Para expresarlo en términos más prácticos: Usted quiere poner en la misma dimensión una compraventa de un vehículo, al robo del mismo. ¿Le parece a Usted que en este caso hay una delgada línea?
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estoy muy de acuerdo con usted, el periodismo, los telenoticieros, principalmente, no deben ser tan amarillistas, ni mediáticos con este tipo de situaciones., se convierten realmente en un sistema radial acusatorio, a priori, sin una investigación clara y veraz, que desde luego, es oficio de los jueces y abogados. parece que confunden el periodismo con el derecho; los jueces no son periodistas, los periodistas no son jueces. he dicho…
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Si fueras un periodista mujer… escribirias la misma columna?… o es tu columna una oda al machismo… ?
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El título del blog es equivocado, pués son dos cosas evidentemente distintas; quiso decir, entre el acoso y el galanteo … (?!)
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si el empleado es contratista no aplica el acoso laboral, nadie lo defiende a ud, si la chica es contratada por prestación de servicios el ministerio no lo defiende, ella se debe defender sola y por lo general tardiamente, investigue un poco mas
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No suelo comentar en los blogs pero esta entrada me tiene anonadado porque desconoce las más elementales dinámicas sociales. Querido bloguero, las mujeres denuncian tarde o nunca denuncian porque les da miedo afrontar el escarnio social que usted está haciendo, Daniel Coronell, quien denunció el acoso, es un periodista serio que tiene pruebas no sòlo de esta víctima sino de otras, en caso de que antes o después del acoso haya habido una relación consentida, no exonera al acosador de absolutamente nada. La relación consentida es una versión del victimario de la que no ha presentado pruebas mientras la víctima la niega rotundamente… Por otro lado se me hace que la entrada está escrita de manera apresurada y que su única pretensión es captar lectores en lugar de reflexionar sobre la situación. En fin, no hay una línea delgada entre el acoso y la relación amorosa, hay un abismo gigante que textos como el suyo niegan en detrimento de la dignidad de la víctima.
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cierto…y no soy antifeminista.. la mujer es lo mas bello del mundo…
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Creo que aunque me fascinan las mujeres no veo «esa delgada línea» entre el acoso
sexual y la relación consentida de la que habla el columnista. En realidad es una
gruesa línea que se llama «el arte masculino de conquistar», el cual
infortunadamente es poco conocido y practicado, y por lo visto de poco interés
para los hombres que ven a las mujeres como pedazos de carne o posesiones
materiales (por supuesto violentando sus derechos fundamentales). Para estos
personajes la mujer que no accede a sus pretensiones amorosas, de alguna manera
«Lleva del bulto». Sus víctimas tienen que aguantar agresivos embates que lejos de
alagar las suelen fastidiar y amedrentar. Es cierto que algunos hombres pueden
llegar a ser víctimas también, y necesitan su abogado del diablo para que los
defienda… Yo me sigo poniendo de parte de los millones de colombianas que en
lugar de escuchar un bonito alago o piropo, tienen que aguantar la grosería del
acoso diario de los abusivos sexuales.
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Primero cual justicia si toda es corrupta y segundo la prensa, radio y televisión es amarillismo puro
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Esto es pelea de «tigre con burro amarrado» un experimentado penalista vs una abogada común.No se necesita ser un investigador para ver que lo de la relación es parte de la defensa que el Defensor empleara como buen penalista. Si tuvieran una relación no la habría acosado laboralmente «elemental mi querido watson.».
Un personaje con estas calidades morales deben revisarle su trabajo. Lo importante es que los funcionarios cuente como es el manejo de los recursos de insistencia ante la Corte Constitucional. Acudí a la Defensoría del Pueblo para la insistencia de revisión de 2 tutelas y sigue el amangualamiento pasaron dos cosas: dejaron vencer los términos para insistir acudí al Juez de tutela y les pedí explicaciones buscaron cualquier justificación como por ejemplo que no informe el número de radiación de la Corte Constitucional, dato que les cuesta cuatro clic ron para enterarse , en otra solicitud manda un escrito firmado por siete abogados donde me manifestaron que no encontraron ninguna vía de echo, demostrando claramente ni miraron si quiera los argumentos del escrito de insistencia.
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Una columna farragosa y repetitiva. No plantea nada distinto a un galimatías, como tal inconexo.
Falta ritmo y donosura en un escrito que en otra redacción se iría al cesto.
33 años de ejercicio periodístico perdidos.
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Hasta hoy, nunca antes todo un Defensor del Pueblo le había enviado una foto de su pene a su secretaria para declararle su amor. ¿No será que Ud. también le jala a acosar a mujeres indefensas y quiere justificarse?
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Ud es un desperdicio de aire, un completo tarado, un im.bécil, una verguenza para su profesión, y si fuera Ud., me daría pena poner mi numerito de tarjeta profesional para mostrar el periodista varado que es, relegado a escribir un blog en un periódico ya que no puede conseguir un trabajo de verdad. En todos sus artículos Ud. muestra su ignorancia y está arrodillado al poder, llámese este Julito, Uribe, o, como en este caso, Otálora.
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Es muy fácil, desde el escritorio, hablar de la famosa línea delgada, pero otra situación es de quien lo vive o padece, y máxime cuando la victima trabaja por necesidad. La presión es bárbara, día a día, minuto a minuto. Eso hay que vivirlo. El artículo está fuera de la realidad del acosador
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Toda persona tiene la libertad de proponer, sea con hecho o palabras, el sujeto del deseo puede por otra parte consentir y aceptar, ya sea por gusto o en un caso de subordinación laboral por temor a perder su trabajo, pero también es importante responder ante la insinuación de forma clara y firme la intensión de no estar interesado(a) en acceder a los requerimientos del proponente. La presión, el temor o la falta de guía en casos de acoso, se convierten en abuso cuando la víctima deja que un primer intento, pase a un segundo y avance…
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Debería existir castigo para el acoso de los medios, Es cruel e inhumano como esta gente persigue y despedaza a las personas publicas y famosas. Lo más inicúo es que se defienden diciendo que estan hacienda su trabajo. Podriamos decir que trabajo es destrozarle la vida a alguien, que como todo el mundo tiene derecho a una vida privada? Ya es hora de acabar con este abuso.
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Investigar y demás, pero mucho menos insinuar que fue algo consentido porque la denuncia no fue inmediata….
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Mi estimado Giovanni, estamos en Colombia donde se denuncia y no pasa nada, fuera en otro país tal vez se investigaba, pero aquí ni por la muerte de alguien investigan y menos a estos corruptos personajes, de la unica manera es ventilando el problema con los medios de comunicación, no me vaya a decir que esta señorita fue la que acoso a este viejo bolsón.
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Mi estimado giovanni, lamentablemente estamos en C
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La noticia tiene el aspecto sensacionalista que busca más causar daño al doctor Otalora que respaldar a la reinita, que dicho sea de paso, no pierden una, ellas ganan de una u otra forma, porque una mujer sin necesidad soporta ultrajes, porque no renuncio?
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Tiene usted mucha razón con su artículo. El problema es que en Colombia, por poner un ejemplo: todo lo que se diga contra Uribe es verdadero, pero las tendencias del pueblo a su favor son negadas por doquier.
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Esta muy bien su llamado a que antes de emitir un juicio en los medios, dejar que la justicia haga lo suyo. Aplique lo mismo cuando habla de Santos y Uribe, presente los hechos sin intepretaciones ni opinions.
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