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Todos los jugadores de Pokémon GO son decadentes, según el autor de un artículo que compartió en su Facebook hace unos días un amigo (Luis Vélez). El artículo se llama «Pokémon GO: el reflejo de la decadencia de la sociedad actual», y allí el autor expone con todas las palabras rimbombantes que se le ocurrieron (hay personas que necesitan usar palabras raras para demostrar que saben mucho) cómo la humanidad caerá indefectiblemente en el abismo de la ignorancia y la putrefacción ¿Ven? Cuando uno usa palabras largas pareciera más inteligente. O sea, si uno conoce -y escribe- esas palabras es porque debe ser inteligentísimo. Mejor dicho, Einstein come chitos al lado mío.

Les voy a ser sincero: no leí todo el artículo con detenimiento porque habría caído dormido sobre el teclado y no me gusta babear mi computador, que bastante lo cuido. Pero sí repasé el principio y el final de cada párrafo (como aprendí en el curso de lectura rápida que nunca tomé) y me di una idea general de lo que el personaje expone. ¿La conclusión? Es alguien que no entiende los fenómenos sociales y que se cree superior para hacer el esfuerzo de comprenderlos.

Decir que Pokémon GO refleja la decadencia de la humanidad es tan retrógrado que el argumento lleva por lo menos 500 años en nuestra historia.

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Hinchas. Fuente: elmundo.es

Miren, no nos alarguemos mucho: hay montones de cosas que nos hacen comportar como tarados, pero el hecho de que no las comprendamos no necesariamente quiere decir que sean el primer trompetazo del Apocalipsis. Yo no soy fanático del fútbol (aunque lo disfruto en los mundiales y en ciertas copas internacionales) y quizás por eso no disfruto ir al estadio dos veces por semana, parar cualquier otra actividad para ver el partido de una liga que no es de mi país, y que el triunfo de cualquier equipo no me va a cambiar la vida. No me importa mucho si alguien se me atraviesa frente al televisor en medio del partido. Y tampoco entiendo cómo hay personas que pueden amargarse la semana entera porque su equipo perdió el domingo. Pero ¿qué tiene de malo? Los que se amargan son ellos. Y si lo siguen haciendo, si siguen tan apasionados por el fútbol pues algo bueno tendrá. El fútbol apasiona sanamente y le da un objetivo a sus hinchas, les da vida. Ojalá fuera igual con el ciclismo, el patinaje, baloncesto y hasta el tejo. Sí señores, el deporte hace vivir a los fans, los hace disfrutar la vida, aunque a ratos los haga sentir tristeza y frustración, díganmelo a mí que crecí siendo hincha del América.

Ahora, como con toda pasión, hay extremos. Hay hinchas que matan por su equipo, que se encienden a cuchillo en la calle porque no toleran que el otro lleve una camiseta diferente. No entiendo cómo hay hinchas que para celebrar el aniversario de su equipo se suban a los buses de Transmilenio y dañen la propiedad pública. Pero supongo que hay hinchas de bien que tampoco entienden ese comportamiento troglodita.


Decir que Pokémon GO refleja la decadencia de la humanidad es tan retrógrado que el argumento lleva por lo menos 500 años en nuestra historia, y creo que me quedo corto. Tan antiguo que diferentes seres humanos lo han dicho muchas veces en nuestros muchos siglos de historia.

omar-gamboa-marmotazos-presley_elvisEl Rock n’ Roll era la muestra de que la humanidad iba «de culo p’al estanco», o al menos eso se decía en los sesenta. O antes, por allá en los cincuenta, cuando Elvis Presley empezó a contonear cadera y enloquecer adolescentes, a los veteranos de la guerra de Corea les iba dando un patatús. Lo mismo pasó con los Beatles. Cuando se pusieron de moda los realities, no faltó el crítico de televisión sabiondo que aseguró que no habría un mañana, que la humanidad no vale nada. Nos pusimos la soga al cuello cuando se crearon los Walkman: «esos muchachitos se la pasan escuchando música y bailando en la calle, desvergonzados». No me imagino qué dirán ahora que tenemos audífonos para escuchar música en iPods o celulares a todo volumen, con tal de no escuchar al rapero en el bus pidiendo plata.

En ese orden de ideas yo he sido tarado muchas veces: cuando entré a Facebook y nadie lo entendía, cuando entré a Twitter y les parecía la perdedera de tiempo más pendeja. ¿Snapchat? Qué ridiculez. Ahora vivo de eso.

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Vía @tifis, cortesía de @elguindillas

¿Saben qué tienen en común todas esas cosas que mencioné? Que son fenómenos culturales, que son pequeñas revoluciones que cambian nuestro comportamiento. Por eso se llaman revoluciones, ¿no? Claro, siempre habrá rezagados y siempre habrá opositores. Eso se llama rechazo al cambio y está estudiado por muchas ramas de estudio, ingeniería de sistemas incluida.

Pokémon GO puede desarrollar algunas destrezas que quizás no hemos considerado, como la memoria.

Cuando en Bogotá los llamados «biyis» (y luego «triyis») se ponían a bailar breakdance en Unicentro ya no había Cristo que nos redimiera. «La humanidad no vale nada, Señor Nuestro sálvanos». ¿Con los iPad? «esos niños ni saludan por estar pegados a ese aparato». A mí me lo decían cuando me pegaba al Atari, al Nintendo y al PlayStation. Recuerdo cuando los papás decían «estos niños no salen a la calle porque viven pegados a los televisores con esos dichosos videojuegos». Cuando a uno le decían: «Mijo, salga a la calle a jugar, mire que está haciendo sol» uno solo quería poderse llevar el PlayStation al parque. Pues les tengo una noticia: Pokémon GO sí hace que los niños (y adolescentes y jóvenes y adultos) salgan a la calle a «cazar» pokemones. A jugar. En la calle. Con otros niños. ¿Quien diría, no?


De acuerdo, hay extremos. Así como hay hinchas que se hacen matar por su equipo, hay personas que se meten a las malas a un hospital para cazar pokemones. Personas cortas de pensamiento hay por todo lado. Y mejor no me hagan hablar de las religiones y cómo nos matamos porque alguien tiene un dios diferente del mío. Con cruzadas e inquisiciones incluidas.

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Entonces dejémonos de pendejadas y disfrutemos de este nuevo fenómeno. Dejemos de querer parecer «superiores» porque no jugamos algo. No somos más inteligentes porque no jugamos Pokémon GO. Es más, me atrevería a pensar que ese juego puede desarrollar algunas destrezas que no hemos considerado, como la memoria. Ya veremos noticias al respecto, se acordarán de mí.

Diana Reyes (@tifis) hace un excelente análisis: «Pokémon GO, más allá de las críticas«.

En fin, dejemos la pendejada. Entendámoslo, gocemos y disfrutemos; no es más. Como cierre, los dejo con estas frases que me compartió el buen Marito Villalobos en Facebook.

Nuevas frases maternas.

  1. Eso, siga cazando Pokemones y no estudie para el parcial…
  2. Claro, como en esta casa se la pasan cazando Pokemones, pues busquen quien les recoja ese chiquero
  3. Usted que vive tan perdido y sin rumbo en la vida ¿y sólo se le ocurre prender el GPS para andar cazando Pokemones ?
  4. Siga en la calle con ese sereno tan horrible y en vez de cazar pokemones va a cazar una gripa mocosa.
  5. Mija, usted que está solterona, ¿por qué no me caza unos pokemones?
  6. Siga creyendo que Messi come Detodito, siga creyendo que el profesor Jirafales solo entraba a tomar café, y siga cazando pokemones… Siga en esas y verá….
  7. Tanto muchacho en la vida que se defiende con una flechita ¿y usted me hace comprarle un iPhone para andar cazando Pokemones?
  8. Mire al hijo de doña Encarnación, él ya va en séptimo semestre y becado… Y usted se la pasa cazando Pokemones
  9. Claro, como ya le ofrecieron la gerencia de Ecopetrol entonces le sobra tiempo para andar cazando Pokemones
  10. Vaya me compra una bolsa de leche y dos mil de pan….y ahora es que se quede por la calle cazando Pokemones

@OmarGamboa

La banda sonora de hoy tiene un mensaje: Disfrutemos la vida, bailemos.


A los que sí disfrutan el juego, les comparto:

O esto que me compartieron por redes: «El aporte educativo de Pokémon GO«.

Se me acabaron las vacaciones. Esta semana vuelvo al Externado a las clases de Redes Sociales y Plataformas, y desde ayer estoy en la Universidad Sergio Arboleda dictando Marketing Digital. Es un halago que ambas instituciones me acepten como profesor.

Nos leemos el jueves. Y si no, ya les publiqué hoy. Ya no pueden decir nada. ¡Chau!


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Pero si quieren les recomiendo algunas entradas anteriores: “Es que el tiempo no rinde“, “¿Por qué seguimos solteros?“, «Diez señales de que simplemente no te quiere«. Y a propósito del bullying a Alejandra Azcárate «Bullying y acoso laboral«.


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