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Cuando estaba en el colegio ser «ñoño» era un karma. En la infancia y adolescencia los más estudiosos no son precisamente los más populares, al menos en mi época. Los populares, los exitosos socialmente, son los más grandes del curso, los goleadores del equipo de fútbol o los que más puntos hicieran en los partidos de baloncesto. Nosotros, los chiquitos del salón (yo era de los menores del curso), no éramos populares, excepto en los exámenes de cálculo o los laboratorios de química. Creo que ni ahí.

En el colegio yo no era muy sociable, nunca pertenecí a grupos de nada. Iba, estudiaba y me iba. Bueno, en bachillerato empecé a jugar «fútbol» en el patio, con una tapa de plástico como balón y las banquitas eran los arcos. Tal vez medio me reconocían por ser bueno dibujando y porque hacía las carteleras oficiales del colegio. Bueno, era de los mejores estudiantes y saqué uno de los mejores ICFES del colegio (soy del Santo Tomás de Aquino).

Casualmente los más populares del curso son los más montadores, y casualmente sus víctimas suelen ser los ñoños del curso, los estudiosos, los que prefieren ver un documental a hacer barras en el pasamanos. Si bien no fui víctima de acoso, o de lo que hoy llaman «bullying» o matoneo, me identifico con los que sí lo fueron. OK, sí he sido víctima de eso, pero ya de viejo, en redes sociales, donde los «trolls» son felices burlándose de todo lo que les genere inseguridades, aprovechando el anonimato que les da Twitter. Nunca falta el pendejo.

Cuando uno es víctima de este tipo de acoso siente que el mundo se va a acabar. Siente que todos lo señalan y dicen «allá va el pobre idiota que [inserte acá la razón por la que se la montan]». Pierde uno el apetito y las ganas de socializar por temor a que lo sigan ridiculizando. En algunos casos se pierden hasta las ganas de vivir. Hablo en serio y por eso creo que hay que prestarle más atención a esas situaciones. En el mejor de los casos se refugia uno en los grupos familiares (si tiene primos buena gente), o en los libros, los videojuegos y la televisión. Supongo que ahora también se usan Youtube y redes sociales. Lo que sea que te haga sentir aceptado.

Marmotazos-Omar_Gamboa-Geek_Power

Personalmente repudio visceralmente a cualquiera que haga bullying, al troll de redes sociales, al abusador del colegio o la universidad. Como me dijo mi amiga CataG esta mañana, la gente que dice que el «matoneo» forma el carácter no puede estar más equivocada. Si ustedes lo han pensado, piénsenlo de nuevo y no subestimen el daño que eso puede causar en alguien, sobretodo si está en etapas de formación de la personalidad. Por otro lado, si alguno de ustedes es o ha sido víctima de abusadores, no se sienta solo. Somos muchos los que nos identificamos o hemos pasado por eso. Escríbanme con confianza y charlamos. Los invito a tomar tinto en la oficina (que está bien bonita, por cierto). Por supuesto, sentir que no soy el único no me hará sentir mejor, pero sí el poder hablar con alguien que ya pasó por ahí y quizás lo superó.

En el colegio uno siente morir, porque ese es su universo. Cuando se acaba y uno se gradúa, se da cuenta que el mundo es más grande y que hay vida más allá de las rejas del colegio. Y con el tiempo uno deja atrás esas experiencias, incluyendo las malas. En la universidad la cosa cambia un poquito. No mucho, pero algo es algo. Ahí se valora un poco más el intelecto y el físico pierde algo de protagonismo.

Ahora ser «geek» está de moda. Ahora la gente se pone camisetas ñoñas para demostrar que son inteligentes (o al menos parecerlo), porque el nerd ahora es cool. Supongo que todo empezó con personas como Bill Gates creando Microsoft y volviéndose el hombre más rico del planeta por varios años. Ahora ser geek te trae éxito y dinero. Ahora eres el que más sabe de algo en la empresa, y al que todos acuden para que les expliques algo. O también para aquellos geek que se deciden a explotar sus conocimientos y se aventuran a emprender. Ser geek también se puso de moda gracias a series como The Big Bang Theory, Scorpion y sus comentarios ultra ñoños.

Todo esto lo escribo porque vengo de SOFA, donde tuve la oportunidad de ir con Cata, una de las amigas más pilas y ñoñas que tengo, y donde hicimos un tour exclusivo gracias a otra de las amigas más ñoñas que tengo en la vida. Lina Parra es una de estas personas que saben mucho de muchos temas, una mujer que vive la ñoñez por cada poro y le dan estatus. SOFA le da estatus a la ñoñez, y me encanta.

Aclaro, para mi la ñoñez no es ponerse una camiseta de Flash. Ser geek no es ponerte gafas de aumento con marco grueso. No por parecerte a Jason Momoa e irte a SOFA disfrazado de Aquaman eres geek. La ñoñez, la de verdad, es una vaina innata. Es chorrear la baba pasando frente a una librería y no resistir la tentación de comprar la nueva publicación de Ann Rice. Es preferir ir a la biblioteca durante el recreo. Obvio me quedo cortico en la descripción de ñoñez, sobretodo porque hay muchas maneras. Y yo no soy muy geek tampoco, creo que vengo siendo un ñoño/pop.

Marmotazos-Omar_Gamboa-Harry_Potter-Lumos

Hoy debo agradecerle mucho a SOFA porque nos deja ser a los ñoños. Porque ir allá es poderse tomar una foto con una representación de Cthulhu (aunque no falta el que quería selfie con «ese pulpo tan bacano que está ahí, vea»). Ñoños del mundo, no están solos. Ñoños de corazón, levanten sus varitas y lancen un Lumos juntos. Y vayan a SOFA el otro año que está brutal.

@OmarGamboa


Aquí hablando de SOFA, ¿sabían que una de las mejores maquilladoras de efectos especiales de Hollywood es colombiana? Y empezó como cosplayer en SOFA, hoy es admirada por allá (la entrevista completa a ella y a uno de los maquilladores de The Walking Dead la encuentran en mi canal de Instagram – IGTV, y creo que la subiré también a YouTube). En el evento pude ver comunidades muy bacanas, como Survival Zombie de Santiago Uribe, o comunidades de ilustradores, de cosplayers, de creadores de juegos como Azahar y Free 2 Play. La verdad quedé gratamente sorprendido del nivel tan alto que ha alcanzado el evento. Hoy son parte de Marca País y de Marca Ciudad, a la altura de eventos como la Feria del Libro y el Festival de Teatro. Mis más sinceras felicitaciones a Mafe, Zantiago, Lina y el resto del equipo. Admiración total.

Otra recomendación: vayan a ver «Matar o Morir», la película en la que actúa Juan Pablo Raba, haciendo el antagónico. Hace sentir mucho orgullo que artistas colombianos estén llegando tan lejos. Juan Pablo ha estado en series como Marvel’s Agents of Shield, varias series de Netflix y películas de Hollywood. Ahora llega como uno de los protagonistas junto a Jennifer Gartner. Vayan a verla (y procuren no odiar mucho a Juan Pablo que es un bacán). Gracias a Diamond Films por invitarme a verla y permitirme contarles a ustedes qué tal es.


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Un abrazo para todos, como siempre gracias por leer, comentar y sobretodo compartir. ¡Chau!


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Algunas entradas anteriores: «Colombia podría ser potencia mundial en 30 años«, «El país de la doble moral«, «¿71 millones de pesos por un tweet?«.

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