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El campeón defensor concretó, a lo largo de la segunda semana, una correcta actuación que le deja el campeonato servido en bandeja de plata.

Foto: AFP (2020) – Primoz Roglic venciendo en el embalaje de la etapa 10 de la Vuelta a España 2020

El segmento de mayor dureza de la Vuelta a España concluyó dejando a un gran candidato para imponerse en Madrid, Primoz Roglic. Con etapas ideales para el descuento favorable para los escaladores, el esloveno sacó la casta y no dio espacio a los demás favoritos para que impusieran las condiciones en su terreno. Nuevamente, el discurso tradicional de esperar a los grandes finales en alto para ver el poderío de los trepadores quedó en nada, ya hoy en día son mejores en la montaña esos corredores versátiles cuya gran especialidad no está cuando la carretera se empina, que aquellos de los que se alardea su gran talento ahí.

Roglic afrontó con una actitud plausible esas etapas. El haber cedido un tiempo importante en Formigal, lo llevó a correr con más ofensividad y presión. Entendió que está contra un rival complejo al que no se le puede dar margen, por lo que su apuesta radicó en descontar esa brecha y hacerla lo más mínima posible. Para lograrlo hizo gala de esas virtudes que lo hacen sobresalir, como esa sangre fría y la punta de velocidad para obtener bonificaciones que facilitasen esa tarea. Aunque no esté de líder, la desventaja es escasa y eso es un motivo para estar contento, más aun tomando en cuenta su indecible sufrimiento en el Angliru. El perder poco tiempo en ese tipo de situaciones es una gran victoria. Ahora tiene una crono para ir sentenciando esto. Es cierto que la sombra del Tour sigue presente, pero honestamente es complicado que eso se repita en esta Vuelta por una razón sencilla, porque no hay ningún corredor que haya mostrado síntomas de estar en la capacidad de realizar una actuación estratosférica como la de Pogacar, ni que tampoco tenga un moldaje y características similares a él. Roglic sigue siendo el especialista, y, por ende, lo normal sería que la diferencia que tome sea significativa. El martes debe ratificarse.

Por supuesto, no lo ha tenido tan fácil con un contrincante como Richard Carapaz. Al ecuatoriano se le pueden rescatar muchas cosas, su agresividad, el atacar cuando tiene o no las piernas y el ser de esos pocos escaladores que no se meten excusas e intentan sacar provecho de su terreno, independientemente de las características del ascenso. Su rendimiento ha sido bueno, pero toda esa valentía y coraje de enfrentar a Roglic no ha proporcionado los resultados que él desea porque no es superior al esloveno. Tristemente para él la contienda ha estado muy pareja, ninguno ha llegado a dominar al otro. Su problema es que no hay casi terreno propicio para recortar lo que va a perder en la contrarreloj. Estamos hablando de que restan una jornada de alta y tres de media montaña para reducir 1:30 o 2:00 minutos, algo francamente complicado, porque ese tipo de etapas necesitan un gran aporte del equipo para tener éxito alguno y el Ineos no está al nivel de otras escuadras, además de que Primoz se defiende muy bien en esos trayectos. Son elementos que van demostrando el por qué está asegurando el título. No le quedará otra más que probar como lo ha venido haciendo. Sin embargo, es claro que si quería tener una posibilidad más cercana a ganar, debía cosechar una renta mayor a los 10 segundos actuales. De todos modos, no se le puede criticar, ha estado intentando, pero el tanque da para eso.

¿Hay otro ciclista que pueda inquietar a Roglic aparta de Carapaz? Puede haber uno y ese es Hugh Carthy. Digo ‘puede’ porque siempre se generan las dudas de cómo afronte la tercera semana. El británico ha sido de los pedalistas que más han brillado en la escalada y asimismo su rendimiento en la contrarreloj es similar al de Richard. Desde luego su conquista en el Angliru puede servir de impulso para sobresalir en las últimas etapas y mantener el formidable estado de forma, pero mientras no demuestre eso el gran duelo sigue siendo Roglic vs Carapaz. El de Carthy puede ir más centrado con Martin o Mas en la aspiración de podio.

Primoz Roglic ejecutó una grandiosa defensa en los días montañosos más exigentes que lo ha posicionado en la perspectiva ideal para repetir su triunfo en La Vuelta. Al ser el especialista en contrarreloj y estar a unos mínimos 10 segundos del liderato, tiene medio título en el bolsillo. La alternativa para que el decorado cambie debe recaer sobre una notable presentación de Richard Carapaz en la crono cediendo muy poco tiempo o, en su defecto, un hundimiento del esloveno en la última semana. De lo contrario, a pesar de la destacada combatividad de su gran rival ecuatoriano, el jefe de filas del Jumbo puede ir visualizando su segunda coronación consecutiva en Madrid, vestido de rojo.

Alejandro Matiz

@amatiz12

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