CAPÍTULO XCVI.¿El vaso de la paz, está medio lleno o medio vacío?
CAPÍTULO XCVI
En nuestros cafés DOMINGUEROS que mantenemos parte de estos DIALOGANTES , donde algunos de estos contenidos fluyen alli y luego se CRISTALIZAN o no…
Este es el caso en el que el PADRE LUIS FERNANDO MUNERA muchas veces es abordado ; con total desparpajo por los concurrentes ; y es donde se INSPIRA para dar pie a muchos de estos verdaderos TESTIMONIALES de VIDA…que nos llevan a PENSAR…
Aqui va esta REFLEXIÓN sobre un momento particular del PAÍS y de la HISTORIA…
¿El vaso de la paz, está medio lleno o medio vacío?
Hace unas semanas tuve la oportunidad de escuchar al Profesor Juan Pablo Lederach, experto en temas de construcción de paz y conocedor a fondo del proceso colombiano, referirse a la evolución del acuerdo de paz en Colombia. El Profesor Lederach utilizó la conocida imagen del vaso medio lleno o medio vacío.
Una mirada optimista, nos diría que el vaso está medio lleno: se ha logrado un acuerdo de paz, hubo una entrega de armas que, de acuerdo con el estándar internacional de armas entregadas por combatiente fue exitoso, hay una hoja de ruta para afrontar los desafíos del campo en Colombia.
Si hemos tenido oportunidad de viajar por los municipios de Colombia, otro ambiente se respira. Las acciones violentas han disminuido y, si bien sigue habiendo viejos y nuevos conflictos, la tensión ha disminuido, se puede transitar por lugares que habían permanecido vedados por años, hay nuevas actividades económicas, como el llamado eco-turismo, que despegan en los territorios.
Desde la mirada pesimista notamos como falta mucho para construir los instrumentos legales que permitirían hacer la llamada reforma rural integral con su promesa de acceso a tres millones de hectáreas y la formalización de siete millones más. Hasta el momento el Fondo de Tierras cuenta con un poco más de un millón de hectáreas y falta avanzar mucho en la normatividad.
El sistema integral de justicia transicional ha iniciado con muchas dificultades internas y externas y el gran reto de construir una verdad, reparar a las víctimas y sobre todo no repetir nuestra tragedia humanitaria, requiere mucho más apoyo político y ciudadano del que ha tenido hasta ahora.
La violencia no ha desaparecido. Es clara la aparición de las disidencias y de las deserciones de las FARC, además, siguen operando otros grupos armados organizados. Hay muchas conflictividades presentes en las regiones: la posesión de la tierra y el uso de suelo, las discusiones sobre economía rural campesina o minería, las actividades económicas ilegales: minería y narcotráfico. La violencia contra líderes y lideresas sociales en distintas regiones del país.
La presencia del Estado colombiano es muy diferenciada a lo largo y ancho del territorio y no se han logrado “copar” aquellos territorios donde las FARC habían sido el actor dominante. Esos territorios están siendo ocupados por actores ilegales, que se siguen lucrando principalmente de las economías ilegales.
La implementación de los acuerdos de paz pasa por un momento crítico, al final del segundo año podemos estar en un punto de quiebre en que puede haber una removilización hacia una guerra cuyo escenario no sería más el campo sino las ciudades, pero todavía no se ha perdido la oportunidad de avanzar.
Por eso, siguiendo al Profesor Lederach, tenemos que decir que el vaso de la construcción de la paz está medio lleno y medio vacío. Hay muchos motivos de preocupación, pero también hay razones para estar preocupados. Después de un conflicto tan difícil y tan doloroso, con su estela de víctimas, frustraciones, venganzas y dolor, construir un país en paz nos tomará una generación de trabajo en muchas áreas.
Como en otros países que han pasado por conflictos similares, Sudáfrica, Angola, Congo, la esperanza de la paz está en la gente. Nuestra gente ha aprendido a resistir a la guerra, a adaptarse y sobrevivir en situaciones desfavorables. En las entrañas de nuestro sufrimiento han surgido las experiencias más exitosas para defender la vida, buscar escenarios de reconciliación y construir paz. Esa experiencia es el capital más importante de sabiduría que nos permitiría construir un país diferente.
Nadie dijo que la tarea sería fácil, hemos avanzado pero falta mucho camino por recorrer. ¿Qué país queremos que vivan nuestros hijos y nuestros nietos?, ¿qué podemos hacer para que eso sea posible?
Mientras buscamos sacar CONCLUSIONES al respecto les dejamos un momento de REFLEXIÓN….
https://youtu.be/Aw1lOieUVDs
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Padre LUIS FERNANDO MUNERA SJ
ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
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