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CAPÍTULO CLV

Nada es CASUAL, creemos que todo es CAUSAL..!  Es ahí donde el APORTE que con BASE a su inspiración DIVINA nos trae a el PADRE LUIS FERNANDO MUNERA SJ; HOY una IMPORTANTE figura dentro de la COMPAÑÍA. de JESÚS en su querida COLOMBIA; y con ÉL sus verdaderos RELATOS de ACTUALIDAD con ánimos de REFLEXIÓN como lo insta su fuente ORIGINAL bien valida; con los VIENTOS que SOPLAN en los TIEMPOS de HOY; con VACUNACIONES de por medio y los CAMBIOS efectuados en UNO de los IMPORTANTES y PROTAGONISTA de la POLÍTICA mundial, que ojalá sea BUENA…

Él NOS trae; fiel a su espíritu ACADÉMICO este documento REFLEXIVO en el que se hace GALA de una bonita ESCRITURA digna de un PENSAMIENTO acorde a los TIEMPOS, requeridos de PAUSAS que nos generan los CAMBIOS de RITMO que todos SUFRIMOS…

Aquí va este…

¨La buena política…

En el capítulo V de la Encíclica Fratelli Tutti (todos hermanos), el Papa Francisco nos abre a una reflexión sobre la buena política, aquella que se dirige al servicio del bien común. En un tiempo de tanta crisis y confusión, ¿puede esta reflexión iluminar lo que estamos viviendo en las democracias y en nuestra política?

La política fue inventada por los griegos para la vida en la ciudad y la ciudad misma se concebía como un lugar educativo, el lugar de la formación de los ciudadanos.Cuando Aristóteles habla de Ética, se refiere a ella como la “ciencia política”. Nuestra manera de entender la política es heredera de esta y de otras tradiciones, entre ellas la formación del estado norteamericano, con la constitución de la Unión Americana y su sistema democrático.

El terrible espectáculo de un grupo de personas entrando violentamente al Capitolio de Estados Unidos para boicotear la proclamación del presidente electo ha dado la vuelta al mundo. Se trata una democracia bicentenaria que enfrenta la crisis de un mandatario que, con el apoyo de unas bases recalcitrantes y bajo el lema de hacer grande de nuevo a Norteamérica, se niega a aceptar una derrota electoral y parece dispuesto a explorar todos los caminos para seguir en el poder. Al final parecen haber ido demasiado lejos y la sociedad ha reaccionado.

¿Son tan frágiles las democracias?, ¿cuáles son los sentimientos y las pasiones que mueven estos ciudadanos a rechazar el libre juego democrático, aun a riesgo de su integridad.

El Papa insiste en que estamos ante una profunda crisis, ecológica y social que toca, por supuesto, el corazón de la vida democrática. Lo que hemos presenciado con estupefacción tiene que ver con un populismo que exalta los valores individuales y el sentimiento de nación promoviendo el rechazo al otro que se ve como enemigo. La mala política manipula los sentimientos de los ciudadanos, moviendo al miedo, a la ira, a la desesperanza. ¿Por qué este discurso no cae en el vacío, sino que encuentra eco en gente dispuesta a todo?

Los partidarios de los nacionalismos cerrados, del rechazo a los extranjeros, se ven a sí mismos de alguna manera como los perdedores de la globalización. En una política sometida a la economía y al discurso eficientista de la tecnocracia (FT, n. 177), muchos ciudadanos se han visto amenazados por el desempleo en países que deslocalizan su industria y, sobre todo, se sienten heridos en su identidad y autoestima profunda, han perdido sus fuentes de reconocimiento y sin fuentes de trabajo parecen estar de más en el mundo. Ese dolor y ese resentimiento no han sido escuchados y los discursos populistas de volver a ser grandes”, pero solo entre nosotros, encuentran eco y mueven incluso a la violencia.

El discurso del Papa, por el contrario, está llamando a una fraternidad universal, pero él quiere construir esta fraternidad desde abajo, desde la gente, reconociendo que los seres humanos requieren identidad y sueños colectivos para proyectar cosas grandes. De allí el Papa vuelve a la noción de pueblo, “una identidad común, hecha de lazos sociales y culturales” (FT, n. 158). Lo auténticamente popular es lo que promueve el bien del pueblo y el bien común se construye cuando todos encuentran un aporte significativo a la sociedad gracias a su trabajo; la falta de trabajo es fuente de desesperanza y resentimiento. (FT. 152)

El criterio de autenticidad de la acción política, el examen para saber si está dirigida al bien común o respondiendo a intereses egoístas, lo pone el Papa en el lugar de los pobres, una política no solo para los pobres sino construida con ellos, animando las estructuras de gobierno “con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común”. (FT., n.169)

Construir desde los pueblos y, al interior de los pueblos, desde los pobres y los excluidos es lo que puede revitalizar la vida política y la democracia, según la pluma del Papa: “hay que tener la valentía de reconocer que sin ellos [los pobres] la democracia se atrofia, se convierte en un nominalismo, una formalidad, pierde representatividad, se va desencarnando porque deja afuera al pueblo en su lucha cotidiana por la dignidad, en la construcción de un destino” (FT n. 169).

A pesar de la aspereza de la realidad, no podemos perder la esperanza. Al contrario del miedo que paraliza, la esperanza mueve a la acción, a la capacidad que tenemos los seres humanos de tener gestos y acciones que hagan un poco más bello nuestro frágil mundo. El Papa sigue manifestando su confianza en las personas y en lo que somos capaces de lograr cuando nos dejamos tocar con compasión por las vidas de otros y cuando permitimos que el amor fluya en acciones y gestos de caridad: “la buena política une al amor la esperanza, la confianza en las reservas que hay en el corazón del pueblo, a pesar de todo” (FT, n.196).

La política es una noble actividad humana, necesaria para la vida en sociedad, sin política y sin políticos caeríamos en la anarquía y la disgregación. Como toda actividad humana está sometida a las fragilidades y egoísmos del corazón humano, pero también a su capacidad de dejarse tocar e inspirar. Sin un cambio en los corazones, la política se degrada, como ya lo advertía lúcidamente Maquiavelo, como una mera técnica para conseguir y mantener el poder con el miedo como el único instrumento capaz de lograr cierta cohesión en nuestras fracturadas sociedades.

El llamado de Francisco a una fraternidad universal, que se une al llamado a cuidar nuestra casa común es para cada uno de nosotros y pasa por el corazón: “todo está colgado de alfileres, si perdemos la capacidad de advertir la necesidad de un cambio en los corazones humanos, en los hábitos y estilos de vida” (FT 166).¨

Una FORMA distinta de PRESENTAR instancias que MUEVEN a PENSAR en la FRECUENCIA de los ESCRITOS por el PADRE LUIS FERNANDO…Y si a ello le agregamos una NOTA MUSICAL URBANA la EXPERIENCIA es completa…

https://youtu.be/QsHuF9ndfM8

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LOS DIALOGANTES DE HOY

Padre LUIS FERNANDO MUNERA SJ.

 

ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.

FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE

Y NO SE OLVIDE QUE LO MAS IMPORTANTE PARA EL MOMENTO ACTUAL ES…

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NO COMO PILATOS..! CON JABÓN…

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