Salimos un día del centro comercial Gran Estación, en Bogotá, y encontramos que había fila para coger un taxi. Empezamos a hacerla y cuando íbamos adelante nos dimos cuenta de que quien estaba organizando la fila era un hombre que parecía ser habitante de la calle. Contaba con ganarse unos pesos que le quisieran dar los taxistas o los pasajeros.
La sorpresa fue enorme porque normalmente allí, por el lado de atrás de ese centro comercial, por donde pasan muchísimos taxis, o llegan a dejar personas, los usuarios viven una verdadera batalla para coger uno de ellos. Hay quienes se hacen en la mitad de la calle, otros sobre el separador, otros sobre la acera, pero se van subiendo para quedar delante de los demás y ganarles el turno.
El hombre de la calle puso orden ese día. Pero aún así los pasajeros no dejan de sufrir a los malos taxistas, como uno de ellos que se parqueó justo frente a la fila a esperar a alguien, impidiendo que los demás taxis pararan allí. O los que arrancaban apenas el pasajero les decía por la ventanilla a dónde iban. O los que simplemente seguían de largo.
En Bogotá hay un poco más de 50.000 taxis y por esta época parecen invisibles. El alcalde levantó el Pico y Placa para ellos, con lo que habilitó a más de 14.000 de estos para prestar el servicio. Pero aún así, por teléfono no se consiguen. Por el servicio de taxi a través de una aplicación también incumplen. Los paraderos tradicionales en los sótanos de algunos centros comerciales no funcionan. ‘Es que se niegan a entrar’, dijo una mujer en Gran Estación.
El conductor de un taxi, este sí muy correcto (como son la mayoría de taxistas), me dijo con gracia que para ir al sitio al que yo iba, tenía que escoger entre tomar tres trancones, por una ruta; o dos, por la otra. Y es que ese es el gran dolor de cabeza de los taxistas: el trancón. Me contó que en toda la tarde no había podido hacer sino dos carreras, por los tacos del tráfico.
En esas vio un mensaje que le llegaba y me contó: ‘Están necesitando 1.500 taxis en el aeropuerto. ¡Já! Se quedarán esperando porque ahora no hay quién baje con semejante trancón en la 26’.
Uno entiende esas circunstancias. Pero lo que no se puede entender es a esos energúmenos que la cogen contra el pasajero, que se dan el lujo de rechazar carreras porque no quieren ir allá, que cuando les toca hacer una de estas se van manoteando, golpeando el timón, frenando y arrancando, atravesándosele a los demás carros, refunfuñando a la vez, como nos ocurrió en una ocasión.
Otro taxista nos iba a bajar del vehículo porque no quería coger el trancón de la Avenida Boyacá. Le tomé una foto a la placa interna y le dije que no se preocupara, que nos devolviera al sitio en donde nos recogió y que yo pasaba la queja, que le podía costar una multa. Prefirió entonces llevarnos.
Pero no me quedaron ganas de hacer eso otra vez cuando vi al taxista que amedrentó a la señora con el niño, o al otro que le dio una paliza a un joven y después, de manera descarada, dijo en televisión que este lo iba a robar.
En resumen, Bogotá está hecha un caos. Y en la ciudad mandan los malos taxistas, así sean más los buenos.
Las empresas de taxis, según denunció el concejal Juan Carlos Florez, se dedican a afiliar carros pero realmente no responden por ellos. Y en las calles se evidencia que no le obedecen ni a los organizadores de paraderos que tienen algunas empresas.
A eso se suma que ya ni la advertencia de que van a ser denunciados resulta, porque el pasajero se siente intimidado.
Confieso que iba a abrir un sitio en Facebook para que los usuarios suban fotos o videos de los casos en los que son agredidos, pero ahora lo estoy pensando seriamente, porque me asusta que a alguien le pase algo por estar tomando una de esas fotos o videos.
Hay una página, que se llama denunciealtaxista, y es muy buena, porque lleva el récord de quejas por placa de vehículo. Lo que buscan sus realizadores es que una persona, antes de subir a un taxi, pueda consultar la placa y saber con quién está tratando.
Pero se necesita aún más. ¿Usted qué propone como solución?
Twitter: @VargasGalvis
Lea también ¿Por qué se salió de control el servicio de taxis en Bogotá?
toca diomedizarlos, el ultimo gran recurso
Califica:
Realmente lo que necesita la ciudad es un servicio que le compita a los taxis!, pues a ellos que les va a importar el pasajero cuando ellos saben que tienen el sartén por el mango… son tan retrogrados que hicieron que UBER casi saliera de Bogotá. Yo se! muchos van a decir que pobresitos los taxistas pagando ese cupo tan grande y bla bla bla.. la verdad es que esa fue razón fue el único argumento que encontrarón para no querer competir con una empresa que tiene todo para competirles!, Así esta la cosa, los taxistas son tan buenos como los que mandan a matar al candidato de la oposición porque sabe que no puede competir con él!. Si a las empresas de taxis el govierno les pusiera su multa por cada taxista que agrede o incumple la ley ahí si prestarían atención. Si UBER se volviera legal obligaría a los taxistas a mejorar su servicio porque es por eso que muchos preferimos pagar más.
LOS TAXISTAS MERECEN MANO DURA POR PARTE DEL GOVIERNO Y POR PARTE DE LOS PASAJEROS! HAY QUE QUITARLES EL SARTÉN Y HACERLOS ROGAR PORQUE LOS COLOMBIANOS QUERRAMOS MONTARNOS EN SU CARRO!.. tal cual como lo hacen las empresas.. ellas se pelean a sus clientes porque tienen competencia!
Califica:
Lamentablemente el servicio de taxis en Colombia es un pésimo servicio, la mayoría de conductores no son educativos, llevan el radio a full volumen, hablan por celular mientras conducen, conducen de manera muy acelerada a riesgo de que ocurra un accidente por sus osadas maniobras, los vehículos son sucios, con mal olor, nos respetan las señales de transito, no respetan a los demás conductores, son imprudentes, y lo peor de todo es que son la mayoría, no la minoría. Creería que falta control de las autoridades sobre este oficio y mecanismos de educación que los sensibilicen sobre el servicio que le prestan a la ciudadanía hacen falta para que el problema en algo se solucione.
Califica:
Hay mucho por hacer, pero lo tiene que hacer el gobierno local: para ser taxista habría que hacer un curso de relaciones públicas, de servicio al cliente, de cultura básica, de normas de tráfico, de conocimiento de la ciudad, de higiene mental, etc. y pedirles antecedentes judiciales, referencias, llevarle un récord a cada uno de quejas y reclamos de los clientes y de infracciones. Estos hombres deberían tener educación continuada todo el tiempo, apoyo psicológico, deberían tener asesoría en higiene de vida y controles médicos y psiquiátricos periódicos, como cualquier trabajador de una empresa que trabaja bajo estrés. Es decir, controlarlos, vigilarlos y apoyarlos, no dejarlos a su libre voluntad ni en manos de los empresarios abusivos.
Califica:
Ya dejemos de decir que son mas los buenos que los malos, si eso fuera cierto, no habría tanta denuncia, o es que la gente solo utiliza los taxis de los malos?, no señor constantemente se denuncian casos de abusos de los taxistas en Cali, Medellín y por supuesto Bogotá, y otras ciudades, así que yo opino que por unos pocos que sirven no podemos continuar con ese servicio, yo pienso que se deben acabar y dejar solo UBER con esos excelentes autos y excelente presentación y atención qu eprestan.
Califica:
Que pena que esté en desacuerdo con usted, se ven mas los casos malos porque lo más notorio siempre será lo malo. Yo manejo taxi los fines de semana en las noches que es cuando más se presentan abusos por parte de los taxistas, pero esto pasa por culpa de los usuarios que permiten los abusos y por falta de una legislación donde el usuario sin necesidad de pelear con un taxista lo denuncie y suceda algo. Lamentablemente Uber no es la solución, ya que está diseñada para un grupo de usuario muy pequeño que puede pagar por una carrera mínima 15 o 20 mil pesos, la mayoría de los usuario no lo pueden hacer. Lo que lo invito a hacer es lo mismo que hago yo cuando soy pasajero, pido el taxi por aplicación (hay varias en el mercado). Si no lo consigo salgo a la calle, y si consigo el taxi, antes de subirme verifico que en la espalda del conductor este el tarjetón, si no lo tiene y tengo mucha prisa tomo los datos de la placa y empresa y denuncio ya que por ley debe estar visible, lo segundo es verificar que el taxímetro este encendido, si no lo tiene encendido solicito que lo encienda antes de decir mi destino y si no lo hace me bajo del taxi. Si el taxista no me quiere llevar porque eso también pasa (más cuando se vive en suba), me bajo y cojo otro. Generalmente recorro los mismos trayectos y se cuento es el valor aproximado de una carrera, si lo que marca el taxímetro es superior a 2.000 mil pesos que normalmente pago no digo nada si es mayor llamo a la empresa y denuncio. Cuando comienza el viaje en el taxi (si lo cojo en la calle) siempre escribo los datos del conductor, taxi y empresa y si el taxista no me genera confianza comienzo a hablar por celular simulando que esto con mi esposa y digo en voz alta los datos del conductor. Gracias a Dios desde hace 9 años que no tomo y con un promedio de 4 taxis en la semana solamente he tenido dos servicios en los que me bajaron, incluso cuando iba con un bebé y varios paquetes, no he tenido casos de cobros abusivos, muchos manejan horrible y llevan música fuerte, pero he pedid que le bajen un poco el volumen y lo han hecho.
Califica:
Profesionalizar a estos cerdos no va a ser suficiente el taxista debe tener cultura y respeto por las personas. Lo otro es multar o acabar a esas empresas a las que están afiliados estos taxistas por que son parte del problema del caos del servicio de taxi son la mafia despues de los transportes urbanos. y lo otro es que haya un gobernante que tenga los pantalones bien puestos para erradicar con esta maldita plaga…Qué tanto daño le hace a la ciudad y al país.
Califica: