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No voy a defender a Uber, pero sí considero que en Colombia se necesita de una empresa nueva, que le haga verdadera competencia a las actuales, con dos características: calidad y honestidad.

Ya nos dimos cuenta de que las actuales empresas de taxis no son más que unas afiliadoras, con el único propósito de obtener ganancias, y que no tienen un verdadero control sobre los automóviles que afilian, sino que se lucran de ellos.

Le pregunté a un taxista cómo funciona el asunto con las empresas afiliadoras y me contó que le cobran 45 mil pesos mensuales por el radioteléfono y otros 45.000 pesos, por una sola vez, por entregarle la planilla.

“Eso es todo. Luego cada uno trabaja por su cuenta y no tiene que rendirle cuentas a nadie”, dijo.

Ese taxista tiene, por ejemplo, tres frecuencias. Dos a través de tabletas y una, que parecía no estar utilizando, que es la del radioteléfono. Trabaja solo por carreras reservadas, no se niega a hacer una de ellas y cobra por taxímetro, según nos contó.

Taxistas como él son los que se necesitan. Y debería haber una empresa que afiliara a conductores como él, llámese como se llame, que tuviera la distinción de la honestidad; para dejar así, por fuera, a los pícaros que cobran más de la cuenta, que preguntan para dónde va, que se niegan a hacer carreras, que agreden a los usuarios, que no utilizan el taxímetro, que van a grandes velocidades, que no respetan las señales de tránsito.

Se trata de crear la empresa de los taxistas honestos, en la que desde la misma gerencia se garantice que taxista que se salga de sus parámetros sea retirado de una vez y quede proscrito, obligado a estar entre el grupo de los que no tienen cultura de servicio.

Hasta el momento los taxistas (excepción hecha de los honestos) han demostrado que hacen lo que quieren en la ciudad. Y no hay una autoridad que los ponga en cintura. Al alcalde Gustavo Petro le quedó grande esa tarea. O tal vez no le interese, porque lo que quiere es que todos vayan en cicla, SITP y TransMilenio.

Si aparece una empresa como Uber (pero que haga las cosas legalmente), bienvenida sea, siempre que se comprometa a eliminar los vicios de los malos taxistas que agreden a los ciudadanos todos los días, sin que nadie los proteja.

¿Será que hay un alcalde que se atreva a enfrentársele a esos taxistas malos?

Twitter:@VargasGalvis

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