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Desde los primeros días de gobierno de Gustavo Petro y el liderazgo de Alejandro Gaviria en la cabeza del Ministerio de Educación, el llamado a las instituciones de educación superior ha sido el mismo: construir para la paz. El sector educativo es entendido como un espacio en el que se forma para la reconciliación, se genera convivencia y es cimiento para la ‘paz total’, a partir de una conexión con la sociedad, siendo partícipes de la reconciliación en Colombia.

En esa tarea, el papel que cumplen las IES en propiciar un debate sobre los procesos de memoria, de lo que ha ocurrido en el país e incluso en el continente, es fundamental. “Yo creo que indudablemente la academia ocupa un lugar muy importante en los procesos de construcción de memoria, no solo porque promueve los encuentros en donde surgen narraciones y representaciones de nuestra historia, que permiten construir una memoria colectiva, sino porque además es un espacio en el que podemos pensar críticamente esos mismos procesos”, afirmó Juan Carlos Arias, docente de la Facultad de Sociedad, Cultura y Creatividad del Politécnico Grancolombiano.

Precisamente para comprender las diferentes dinámicas y conceptualizaciones de los procesos de memoria como parte de la construcción de paz, Indepaz, el Observatorio Nacional de Procesos de Memoria y diferentes Instituciones de Educación Superior entre las que se encuentra el Politécnico Grancolombiano, realizarán el Congreso «Procesos de Memoria en América Latina y el Caribe», del 28 al 30 de septiembre en la sede de la Universidad Nacional de Colombia. Con este encuentro se busca consolidar alianzas entre las organizaciones de víctimas, comunitarias y la academia para que sean protagonistas en los procesos de paz.

Y es que, a corte del 25 de enero de 2022, 9’231.426 personas han sido reconocidas como víctimas e incluidas en el Registro Único de Víctimas, de los cuales 4’644.189 son hombres, 4’692.987 son mujeres y casi 5.000 pertenecen a la comunidad LGBTI. Esta población ha sido víctima de problemáticas como el desplazamiento, masacres, secuestros, asesinatos, violencia de género, entre otros.

Ante este panorama, las instituciones de educación superior se han unido al proyecto ejecutado por el Grupo Colombiano de Análisis del Discurso Mediático, en el que se relaciona distintos procesos de producción y circulación de memorias, con el propósito de identificar historias de violencia, opresión y resistencia de pueblos, comunidades y colectivos, asociadas al conflicto armado colombiano. El gran objetivo es el diseño del Observatorio Nacional de Procesos de Memoria, ONALME, para lo cual es necesario el acopio y análisis de materiales, la formación de nuevos investigadores y la apertura del campo a nuevas formas de investigación que permitan la construcción de paz.

La academia no solo cumple con el imperativo social de generar memoria de la historia del país, en este caso de la historia violenta del país, sino que además permite encuentros, diálogos y reflexiones, distancias criticas para pensar qué tipo de memorias se construyen, qué tipo de representaciones, que construcciones narrativas y qué lenguajes se usan para construir memoria.

Por supuesto, la generación de alianzas entre las comunidades, la academia, las instituciones gubernamentales y no gubernamentales será determinante para debatir sobre las encrucijadas y potenciar la investigación sobre las memorias. Como parte de esos espacios de debate, el Politécnico Grancolombiano liderará el diálogo «Creación y violencia: voces desde las experiencias del conflicto colombiano», la mesa de conversación “Creación colectiva como productora de materialidades de la memoria» y el taller «Tejamos para la paz, entre hilos y bocetos».

Para el docente Arias, “El papel de la academia es el del pensamiento crítico, el de promover la memoria, promover la construcción de representaciones históricas, pero al mismo tiempo permitir unos espacios de reflexión que nos cuestionen por los modos en los cuales estamos construyendo esa memoria, por los lenguajes que estamos usando, por donde están circulando, por qué está quedando fuera y por qué tipos de memorias son útiles. La academia tiene también la responsabilidad de cuestionar esa misma idea extendida de la memoria, de llegar a preguntarse cuándo es necesario olvidar y qué es necesario olvidar”.

Se espera como resultado del evento la publicación sobre los estudios de las memorias en América Latina que permita actualizar el estado del arte y las tendencias de investigaciones recientes en el hemisferio.

Más información: https://www.onalme.co/

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