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“Strangers in the night, two lonely people, we were strangers in the night”. Escucho esa vieja canción en la profunda y melancólica voz de Frank Sinatra que me recuerda que muchas veces el amor puede provenir de un extraño, porque ¿cuántas veces no nos ha salvado del miedo o del vacío un rostro desconocido, cuya existencia hasta ese momento ni siquiera presentíamos?
Charlotte, personaje de la película Lost in translation de Sofia Coppola, está casada con un joven fotógrafo. En un viaje a Tokio conoce a Bob Harris, un actor, con quien tiene una corta, pero significativa relación.
Se han preguntado en medio de una soledad absoluta o de una vida bulliciosamente acompañada, por un extraño, una persona que aún no conocen, pero saben que esperan en sus vidas. Seguramente todos lo hemos hecho y es que el amor, con sus múltiples formas, conforme avanza la vida, me demuestra que muchas veces un saludo amable, una sonrisa imprevista o el consejo de un ser desconocido pueden ser realmente fortalecedores.
Un poco de Sinatra para animar más la lectura:
Muchas familias viven en armonía perfecta, otras no, muchos cuentan con amigos de verdad, otros no, pero allí en el territorio de lo desconocido es donde podemos encontrar la fuerza para creer en la vida. Justo en el último momento, en el que estábamos a punto de perder la esperanza en los otros y en nosotros mismos, aparece en nuestras vidas un chispazo de amabilidad o de ayuda de un extraño o alguien a quien conocemos muy poco. Puede que usted también haya sido ese salvavidas en la vida de alguien, recuerde bien. Es muchas veces el verdadero rostro del amor, como digo, porque ¿cuántas veces no hemos amado extraños por años o por horas?
Si han conocido en un desconocido al amor que los acompaña, al amor que perdieron, o a un amor que recuerdan con gratitud, sabrán mirar hacia el mundo con asombro y fantasía. Seguro que así nos sentiremos un poco menos solos o un poco menos atosigados de nuestros círculo de personas, un poco menos a la deriva.
Como en la canción de Sinatra allí sentado a nuestro lado puede seguir aquel extraño…“Ever since that night we’ve been together. Lovers at first sight, in love forever. It turned out so right. For strangers in the night”…
El escrito aplica en especial para quien ha vivido o viajado sólo. Hace años con un amigo esperamos en una cafetería a alguien que no llegó. En la mesa vecina había una tímida joven recién llegada a Bogotá, con una valija, sin tener donde alojarse y sin mayor plata, a la que tampoco le cumplieron la cita. Hoy es la esposa de mi amigo y sus hijos ya van a la universidad.
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practicamente está autojustificandose por algunos momentos de promiscuidad y / o cachos que le ha puesto a la pareja
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Como me gustaría leer a esta dama refiriéndose en los mismos términos tan románticos sobre la música colombiana y en español, que es nuestro idioma. A qué punto hemos llegado. Señores de El Tiempo denle un lugarcito a nuestro folclor, que se lo merece.
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Juanita picaronaa
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