“Más participación de la población negra en la corriente principal de la sociedad”.
“Promover los intereses estratégicos de la población negra o afro alrededor de la igualdad y el reconocimiento, con una visión de integración a la sociedad y al desarrollo”, dice la misión.
Y les causa curiosidad el eslogan:
“No estamos repitiendo el discurso convencional sobre la cuestión afro ni haciendo lo mismo”.
Muchos perciben o intuyen que Color de Colombia es una institución moderada, y también crítica e independiente frente al gobierno, la cooperación internacional, la clase política y que no teme ir razonadamente a contracorriente.
Pero tras 10 años pareciera necesario que resumamos lo mismo con otras palabras.
Así que en la coyuntura del mes de la Afrocolombianidad, aquí van unas claridades para entender mejor a Color de Colombia.
Nuestro objetivo fundamental es “impulsar y fortalecer la participación de la población negra en la corriente principal de la sociedad”.
Es decir, creemos en la modernización y que somos más iguales que diferentes, como ha sido la aspiración desde la Independencia.
¿Con quiénes buscamos lograr esto?
En primer lugar, con un núcleo de la clase media negra (y de los pocos de clase alta), canalizando su responsabilidad social, sin pedir sacrificios, más bien agregando valor a su proyecto de progreso familiar e individual.
En alianza con instituciones y personalidades sensibles a una Colombia moderna, diversa y con equidad.
Los representantes simbólicos de esa clase media negra han venido siendo identificados a través de los 13 campos que premia Afrocolombianos del Año desde 2010.
¿Cómo vamos a conseguir avanzar en el objetivo?
Creando una capacidad de influencia propia y representativa de la población para actuar de arriba hacia abajo y al contrario, en procesos de largo plazo centrados en la educación y el empoderamiento económico de escala.
Que progresen Colombia y su población negra al tiempo, el reto que nos inspira.