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La industria textil en Colombia ha sido tradicionalmente dominada por hombres, dejando a las mujeres en un segundo plano. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio significativo hacia una mayor inclusión femenina en este sector.

Durante décadas, las mujeres han enfrentado barreras para ingresar y progresar en la industria textil colombiana. La discriminación de género, los roles tradicionales asignados a las mujeres y la falta de oportunidades de capacitación y desarrollo han limitado su participación activa en este sector. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en 2020, solo el 36 % de las personas empleadas en la industria textil en Colombia eran mujeres.

A pesar de los desafíos, en los últimos años ha habido un aumento notable en la inclusión de las mujeres en la industria textil. Según la Encuesta Nacional de Desempleo del DANE, en el primer trimestre de 2023, el porcentaje de mujeres empleadas en esta industria aumentó al 45%. Esto indica que más mujeres están encontrando oportunidades laborales y están siendo reconocidas por sus habilidades y contribuciones en el ámbito textil.

Además de la inclusión en el empleo formal, un número creciente de mujeres en Colombia está optando por emprender en la industria textil. Según datos de la Cámara de Comercio de Bogotá, en 2022, el 60 % de las nuevas empresas en el sector textil eran lideradas por mujeres. Este aumento en el emprendimiento femenino ha permitido a las mujeres tener un mayor control sobre su propio destino laboral, generar ingresos y contribuir al crecimiento económico del país.

Pero, ¿qué pasaría si se unen el deseo de emprender y las ganas de generar un impacto social positivo? Aunque históricamente ha existido el mito de que lo social y la generación de ingresos no son una buena combinación, diversos estudios han demostrado los increíbles beneficios de tener empleados felices.

Si bien años atrás no era muy común que las empresas dieran prioridad a temas sociales, cada vez son más las organizaciones que se ponen como meta generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, además de obtener beneficios económicos, incorporando principios de responsabilidad social, transparencia, participación y cooperación.

Una de las dimensiones más importantes de las empresas sociales es el bienestar de los trabajadores, que se refleja en condiciones laborales dignas, salarios justos, oportunidades de desarrollo y un clima organizacional favorable. El bienestar de los trabajadores no solo mejora su calidad de vida, sino que también aumenta su compromiso, motivación y productividad. Por lo tanto, las empresas sociales contribuyen a crear una economía más humana y sostenible, que respeta los derechos humanos y el planeta, tal y como explican Lina Maria Escobar, directora de marca de Colorchain, y la Dra. Carolina Hernandez, fundadora de la compañía, quienes desde Colombia destacan cómo una startup prometedora que dio prioridad desde su inicio el bienestar de los trabajadores.

Hablando de implementaciones de la inclusión femenina en el sector textil, vale la pena mencionar lo que ha hecho Colorchain, una startup colombiana que tiene como misión revolucionar la industria del vestuario médico con prendas de alto rendimiento para los trabajadores de la salud. Con la idea de ir más allá e impactar la vida de muchas mujeres, recientemente lanzó su programa de impacto social llamado Esencia Mujer Entre Telas, en colaboración con la fundación BSocial. La iniciativa busca formar a mujeres cabeza de familia en el área de manufactura textil —un mercado que emplea a casi un millón de personas en el país (en su mayoría mujeres), con apoyo psicosocial y asesoría laboral.

Teniendo en cuenta que, según el DANE, un 40% de las mujeres colombianas son madres cabeza de familia, el programa Esencia Mujer Entre Telas busca empoderar a estas mujeres a través de la formalización de sus carreras, entrenandolas para operar maquinaria textil como primer paso para encaminarlas laboralmente. Con la ayuda de BSocial también se forjaran en habilidades blandas, como manejo de frustración, comunicación efectiva en ambientes laborales y autocuidado. 

“Los emprendedores en Colombia y el mundo tenemos que ser cada vez más conscientes de que la sostenibilidad social de nuestra fuerza laboral es lo que realmente garantiza que los comercios sean exitosos a futuro” dijo Carolina Hernández, fundadora y CEO de Colorchain. “Históricamente en la industria textil, las personas solían ser un número. Afortunadamente, eso ha venido cambiando. Actualmente, las marcas que deseen crear un impacto duradero y beneficioso en la sociedad deben enfocarse en desarrollar personas que crezcan exitosamente dentro de la empresa y se sientan orgullosas de ella.” 

Aunque los avances en la inclusión femenina en la industria textil son alentadores, todavía persisten desafíos significativos. La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad en este sector. Según el informe de género del Banco Mundial, en Colombia, las mujeres en la industria textil ganan en promedio un 16% menos que los hombres. Además, la representación de las mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones sigue siendo limitada.

Para seguir avanzando hacia una mayor inclusión femenina en la industria textil, es fundamental abordar los desafíos pendientes. Las empresas y el gobierno deben trabajar juntos para promover la igualdad de oportunidades, proporcionar capacitación y desarrollo profesional para las mujeres, y eliminar la brecha salarial de género.

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