«Bajo condiciones de tiranía es más fácil actuar que pensar». (Hannah Arendt)
Recuerdo que el primer año en que ingresé a la Universidad del Valle, por allá en el 2005, asesinaron a un estudiante, Jhony Silva, ante el calor de una protesta.
Gases lacrimógenos, SMAD, estudiantes heridos, infraestructura pública destruida, se repite en una y otra marcha, los resultados no son tan visibles: días sin IVA, perpetuación en el poder de los mismos de siempre y no muchos cambios en un país como Colombia.
¿La protesta como la conocemos está funcionando? ¿Tienen sentido todo lo que conlleva? ¿Cómo evitar que la manifestación social termine siendo una masa amorfa de reclamaciones que al final es aprovechada por un político oportunista? ¿Cómo evitar el desorden y encausar mejor la protesta?
Marchar por marchar es un absurdo per se. El no tener un objetivo claro y una hoja de ruta trazada es lo que motiva el descontento en la mayoría de la población con marchas que no logran más que molestias para la ciudadanía. Estudiando el tema me encontré con aportes de Eric Liu, de la Universidad de Yale, donde habla sobre cómo convertir la protesta en un cambio decisivo, tomando como ejemplo casos de cambios sociales que se dieron en Estados Unidos, la Independencia de India o la autodeterminación de la República Checa, aquí 3 claves para lograrlo:
1) En primer lugar, expandir los límites de lo posible: pregúntate: ¿y si … y si fuera posible? ¿Qué pasa si reunimos suficiente fuerza (personas, ideas, dinero, normas sociales) para lograr esto? Simplemente haciéndose esta pregunta y negándose a dar por sentado los principios políticos habituales, se da el primer paso para convertir la protesta en una fuerza, pero para ello se necesita determinar claramente qué resultará, por ejemplo, abolir una reforma tributaria inequitativa, protección de los páramos, vacunación más efectiva, etc.
2) En segundo lugar, seleccionar una tarea clave: la política se basa en contrastes. Pocas personas piensan en la vida social de manera abstracta. Consideramos las cosas en volumen, comparándolas con otra cosa. P.e.j: La eliminación de una reforma tributaria es clave y aunque eliminarla no acabará los problemas de desigualdad, si marcará un hito y será primer paso para ir por más reivindicaciones.
3) En tercer lugar, lograr una victoria temprana: una victoria temprana, aunque modesta en comparación con los planes finales, marca el ritmo y cambia las ideas de la gente acerca de lo posible. Así se originó el movimiento de Solidaridad, organizado por los trabajadores polacos durante la Guerra Fría.
Espero que estas cortas pero sustanciosas recomendaciones ayuden a los organizadores de las próximas manifestaciones en Colombia y Latinoamérica a lograr mejores resultados de sus reivindicaciones y usar toda esa fuerza social para lograr resultados y mejoras para la sociedad.
Comentarios