Este país está vuelto un ocho. Al fiscal el importa un pepino irse de paseo con su familia en un viaje oficial porque dice que es primero papá que fiscal, hay una investigación que vincula a la vicepresidenta con un narcotraficante, la campaña presidencial de Duque está acusada de recibir dineros de la mafia, no se detiene el asesinato de líderes sociales, el desempleo aumenta y, con todo esto, lo único que se le ocurre proponer a Gustavo Petro, que espera ser presidente de este país, es desconocer a Duque, que los niños no vayan al colegio (cosa que ya están haciendo) y que la gente no pague los servicios públicos.
Tiene que estar muy desesperado para salir con esta babosada en este momento. ¿Esto de qué le sirve al país? ¿Armar más desorden? ¿Enfurecer más a la gente? ¿Dejar a más personas en la pobreza? ¿Crear revueltas en plena pandemia?
Esa es la ceguera de nuestros dirigentes políticos, plantear discusiones pendejas en vez de proponer alternativas que realmente los hagan ver como alternativa. Me parece increíble que un hombre que quiere ser presidente abra la boca para hacer semejante propuesta y no para plantear soluciones. Podría estar en este momento capitalizando seguidores, pero no, él sigue creyendo que con armar alborotos y cazar peleas puede ganarse la presidencia.
Es igualito a Uribe, ya lo había escrito en otra entrada de este blog, no es capaz de dar una discusión sobre los asuntos serios que necesita el país sin encontrar un enemigo, solo puede definirse a sí mismo en función de un otro malo, perverso y peligroso.
Qué tristeza que no seamos capaces de producir en este país verdaderos líderes políticos que se preocupen por lo que realmente nos sucede, que no busquen ganarse los votos a toda costa para luego repartirse el botín, y que tampoco hayamos logrado elegir a los pocos que han aparecido.
A pesar de todo lo que nos sucede, los ciudadanos no hemos sido capaces de entender el valor de un voto y seguimos creyendo que es mejor que los mismos de siempre nos gobiernen y tanto ha criticado Petro a los dirigentes de este país que ya está igualito a ellos. Ahora resultamos tan de malas en Colombia que de pronto, precisamente por ser como todos los demás, a Petro lo tengamos algún día de presidente.