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Tres increíbles historias de vida para reflexionar sobre su posición acerca del matrimonio igualitario.

Mientras en varios países los proyectos de derechos igualitarios se hunden por ignorancia, prejuicios e intereses religiosos, las nuevas generaciones aplauden y reconocen la resistencia de parejas del mismo sexo que, a pesar de años de violencia, amenazas, rechazo y discriminación, salen a la luz pública para ejercer sus derechos y para probar que el amor entre dos seres humanos, sin importar el sexo, los años y las circunstancias, sí existe.

pakistanokokEste es el caso de Azra Ahmed y Lubna Jamal, dos mujeres lesbianas pakistaníes que nunca han mostrado sus rostros en público y ni siquiera comparten sus verdaderos nombres por miedo a que puedan hacerles daño o incluso asesinarlas por su orientación sexual. Pakistán está en la mira de las organizaciones de derechos humanos, no solo por los constantes atropellos a la integridad y dignidad de la mujer, sino por vulnerar al extremo los derechos de la comunidad gay.

Su historia, dada a conocer en agosto del año pasado por la BBC, aún hoy sigue siendo un callejón sin salida. Las dos únicas opciones que tienen para seguir juntas es pedir asilo en alguno de los 22 países del mundo donde el matrimonio igualitario es legal u optar por que alguna de ellas se someta a una cirugía de cambio de sexo. Sin embargo, cualquiera de estas alternativas se encuentran fuera de su alcance, pues no tienen los contactos, ni el dinero suficiente para acceder a ellas; además, corren el riesgo de ser asesinadas hasta por sus propias familias.

Ancianas okiokCon mejor suerte, pero sin evitar el víacrucis, dos mujeres estadounidenses, Vivian Boyack de 91 años y Alice Dubes de 90 años, hicieron realidad el sueño que habían estado esperando por más de 70 años. Las dos, en sillas de ruedas, con el cabello color ceniza, anteojos y con uno que otro temblor en las manos, contrajeron matrimonio el 7 de septiembre del 2014.

En la ceremonia, que tuvo lugar en Davenport, en el Estado de Iowa, Vivian y Alice entrelazaron sus dedos con una fuerza tan grande que, ni el tiempo, ni la discriminación, ni las dificultades, fueron capaces de separar. «¡Nunca es tarde para comenzar un nuevo capítulo en la vida!», aseguró Alice al diario inglés The Guardian, después de estar casada legalmente con la persona que estuvo a su lado por más de siete décadas.

ojala1okokUna historia similar dio a conocer el portal Yahoo! Parenting. El matrimonio de Norman MacArthur, de 76 años y Bill Novak, de 74 años, quienes figuraron ante la ley por más de 15 años como padre e hijo. Bill, quien era dos años mayor que Norman, tuvo que adoptarlo para poder tener un vínculo familiar que le permitiera visitarlo en el hospital y tomar decisiones sobre su salud en caso de que algo llegara a ocurrir. Sin este vínculo los dos eran unos completos extraños ante la legislación de Pensilvania, Estados Unidos.

El pasado 24 de mayo, después de más de 52 años juntos, la pareja de ancianos logró anular su estatus de “padre e hijo” y contraer matrimonio gracias a la sentencia de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la prohibición de las uniones entre parejas del mismo sexo.

Estas historias solo prueban que los SERES HUMANOS, sin importar la orientación sexual, estamos dispuestos a pasar por cualquier tipo de circunstancia para estar junto a las personas que amamos. Las parejas homosexuales han estado expuestas a todo tipo de situaciones por no contar con una protección legal e igualitaria. El matrimonio, ante los ojos del Estado, no es un sacramento, ni un ritual religioso, sino un derecho que deberían tener todos los SERES HUMANOS para legalizar un vínculo conyugal.

Por: Andrés Gutiérrez 
Río de Janeiro, Brasil.
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Corrección de estilo y ortografía: Juan Manuel Almanza

 

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