Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Por: Andia Chaves Fonnegra

Estimados lectores de Biogenic nuestra nueva temporada es sobre genética humana. He titulado el artículo “Nuestros genes contra el racismo”, y los invito a que desmitifiquen el color de la piel y las razas, y descubran qué es lo que hace que tengamos diferentes colores de piel.

Más de una vez en los cuestionarios de inmigración de Estados Unidos se me ha preguntado de qué color es mi piel. La primera vez, mi hermano y yo pusimos blancos-ario. Elegimos esta opción porque nuestra piel tiende a ser mas blanca que negra. Sin embargo, el oficial de inmigración en su momento nos dijo que estábamos marcando la casilla equivocada y que debíamos era marcar hispano-latino. Para nuestra sorpresa, pues no identificamos hispano o latino como un color o raza, sino lo relacionamos con nuestro lenguaje, el español. Desde entonces a la hora de llenar formularios para aplicaciones de inmigración, educación y trabajo me he preguntado qué tanto tengo de cada color o raza, me identifico como una mezcla, un popurrí que probablemente en épocas coloniales habría sido definido como criolla o mestiza. La curiosidad para llenar de manera más precisa los cuestionarios me llevó a hacer una prueba de ADN, en mi caso por Ancestry DNA (Si quieres saber mas acerca de esta prueba lee uno de nuestros previos artículos https://www.biogeniccolombia.org/nuestros-artiacuteculos-de-temporada/archives/07-2017). De acuerdo con los resultados de esta prueba de ADN, hoy en día si me piden la raza marco: europeo blanco (75%), indígena americano (19%), africano (5%), y medio oriente/asia (1%). Si piden mi color de piel marco blanco, negro y café o marrón.

La mayoría de colombianos tenemos esta mezcla europea, indígena y africana de la que nuestras familias y la historia nos cuentan. Somos una mezcla de diferentes poblaciones humanas, que socialmente se ha definido como razas. Sin embargo las razas como tal no necesariamente se asocian con una población ancestral genética específica, al contrario son una definición arbitraria establecida por las ciencias sociales y antropología (si estás interesado en este aspecto, te invito a leer nuestro blog sobre razas http://biogenic-colombia.blogspot.com/2010/05/razas-humanassomos-en-realidad-tan_4175.html). La historia colombiana, es una historia de inmigrantes conquistadores y esclavos mezclados con indígenas, y sus genes están en la mayoría de nosotros en alguna proporción (Ossa et al., 2016, Rishishwar et al., 2015). En cada región de Colombia estas proporciones varían, por ejemplo, la Región Andina tiende a tener una mayor contribución ancestral genética europea (57.9%) que indígena (34.6%) o africana (7.4%), mientras que la Región del Pacífico tiene una mayor contribución africana (63.3%) que europea (22.7%) o indígena (14.1%) (Ossa et al., 2016). En la figura 1 se muestran las regiones en Colombia y sus proporciones de genética ancestral. Pero como menciono anteriormente, esta contribución ancestral no necesariamente está relaciona con un color de piel o raza. Sin embargo, si a usted colombiano le preguntan su raza, y no ha hecho un test de ADN, simplemente puede marcar blanco europeo, africano e indígena americano. La probabilidad es que sus genes tengan alguna mezcla de estas tres “razas”. Sin embargo, la opción de hispano o latino, que literalmente se refiere a países donde la influencia de la lengua y la cultura española son notables, incluida España (Wikipedia, 2018), es una opción que puede marcar, sin necesidad de marcar las otras. En el contexto de inmigración y diversidad en Estados Unidos, hispano o latino representa la mezcla de raza con europeos españoles, y es la opción que prefieren para personas provenientes de países latinoamericanos y España. Recuerde, esta definición es totalmente arbitraria y no tiene ningún fundamento genético.

 

fig 1proporciones de ancestry Colombia

Figura 1. Proporciones genéticas ancestrales europea, indígena americano y africana en colombianos de las cinco regiones continentales de Colombia. Figura tomada de Ossa et al., (2016). N= número de personas, AFR= África, EUR= Europa, NAM= Indígena Americano.

 

Históricamente los humanos, y más específicamente los colonos blancos europeos, han contribuido por medio de la esclavitud y el racismo al empobrecimiento de poblaciones africanas e indígenas. Este empobrecimiento es en relación a su desarrollo cultural y económico, y a menores oportunidades de educación y trabajo tanto en Colombia como en el resto del mundo (Rich, 1999). Aunque en Colombia y en el continente americano seamos una mezcla de poblaciones y culturas, el racismo aún existe. El hecho de que unos tengamos la piel más clara o más oscura es un carácter que aún muchos humanos usan para establecer barreras sociales, culturales y raciales (Rich, 1999). Aspecto que genera desigualdad, violencia y que hace de este mundo uno dónde muchos niños crecen pensando que, como la ropa o los carros, los humanos también deben ser categorizados por su color de piel. Esta manera de pensar es artificial, en general el establecimiento de razas lo es (Rich, 1999). Sin embargo, la ciencia cada día nos permiten ver que a pesar de las barreras mentales y sociales, la genética humana nos dice que somos mas similares de lo que creemos y que la definición de raza con base en color de piel, cultura y capacidad intelectual, nada tiene que ver con nuestro aspecto.

 

¿Qué define nuestro color de piel? Por qué los africanos que llegaron a nuestras tierras eran negros, por qué los europeos blancos, por qué los indígenas marrones? ¿Qué hace estas diferencias?

Para responder a estas preguntas tenemos que hablar un poco de evolución de los Homínidos (Familia Biológica: Hominidae, que agrupa grandes simios incluidos el hombre, orangután y gorila, entre otros). La pérdida de pelo en las especies de Homínidos está relacionada con la evolución del bipedalismo en humanos (pasar de apoyarse con manos y pies para movilizarse, a solo pies), y con una sequía extrema en el ambiente que forzó a los humanos a vivir en condiciones más áridas (Deng &  Xu, 2018, Elias et al., 2010). Se considera que el pelo desapareció para permitir una mejor regulación del calor en el cuerpo por medio de glándulas de sudor (Elias et al., 2010, Jablonski, 2004). Al suceder esto, la piel humana fue expuesta a un exceso de radiación ultravioleta (Jablonski & Chaplin, 2010, Jablonski &  Chaplin, 2017), lo que favoreció la producción de pigmentos (melanina) en la piel hace cerca de 1.2 millones de años. La melanina surgió con el fin de proteger la piel a la exposición de la luz solar (Jablonski &  Chaplin, 2010). La pérdida de pelo, y aparición de glándulas de sudor y de pigmentos de melanina en la piel permitió a los humanos buscar comida por períodos de tiempo mas largos bajo temperaturas altas y sin daño cerebral debido a sobrecalentamiento. Lo que les dio una ventaja sobre otras especies de Homínidos (Jablonski, 2004).

Desde hace 1.2 millones de años y hasta hace menos de 100.000 años los humanos arcaicos incluyendo el Homo sapiens arcaico, tenían piel oscura. Sin embargo, cuando los humanos comenzaron a migrar de las latitudes ecuatoriales africanas hacia el norte (aprox. 6.500-4.000 años), ocurrió selección natural de los genes determinantes del color de piel. Esta selección de genotipos cambió la cantidad y tipo de melanina en las poblaciones de humanos, experimentando a su vez un cambio en el color de la piel de oscura a clara en zonas de Europa y Asia (McEvoy et al., 2006). La pérdida de color se dio como resultado de una menor intensidad del sol (rayos ultravioleta) debido a la localización geográfica (latitud) y probablemente también como resultado del uso de ropa para protegerse del clima frío (Deng &  Xu, 2018, Jablonski, 2004, Jablonski &  Chaplin, 2017). Puedes ver en la Figura 2 el modelo evolutivo de color de piel para tres poblaciones humanas: oeste de África, norte de Europa y este de Asia (McEvoy et al., 2006).

Estudios genéticos han encontrado que el color de piel en humanos esta determinado por al menos 15 genes (Deng &  Xu, 2018). La combinación, presencia e interacción de estos genes determinan nuestro color de piel. Los mecanismos específicos de cómo estos genes interactúan hasta ahora comienzan a ser identificados (Deng &  Xu, 2018). Por ejemplo, el color blanco de piel con pecas típico de personas pelirrojas, esta asociado con grandes cantidades de feomelanina (un tipo de melanina) y bajas cantidades de eumelanina (otro tipo de melanina). Y esto es producido por la pérdida de la función en los alelos de un solo gen llamado Melanocortin1 (Rees, 2000, Sturm et al., 1998). Los alelos son las formas alternativas de un gen, se diferencian en su secuencia de ADN y pueden producir características específicas, por ejemplo, cambio en el color de piel.

tree fig 2

Figura 2. El árbol invertido a la izquierda superior de la figura representa el modelo evolutivo de pigmentación en tres poblaciones humanas: oeste de África, norte de Europa y este de Asia (McEvoy et al., 2006). El color en las ramas representa el nivel de pigmentación de la piel (café oscuro a amarillo). Los tres mapas representan la frecuencia de los alelos para tres genes KITLG, OCA2 y MC1R, en azul son los alelos ancestrales y en rojo los derivados. Puedes ver que para cada gen los alelos ancestros y derivados son diferentes entre África, Europa y Asia. Las interacciones de diferentes genes y sus alelos definen el color de piel.

 

El color de piel, como muchas otras características que nos hacen humanos, están determinados por nuestros genes, y por el ambiente que nos rodea y que ejerce una fuerza selectiva sobre los genes, que a su vez han permitido adaptarnos a las condiciones climáticas en el planeta tierra. El color de nuestra piel permite protegernos de los rayos ultravioletas y permite la producción de mayor o menor vitamina D. Específicamente la producción de vitamina D3 ocurre en la piel cuando los rayos ultravioleta (UV) penetran la piel y son absorbidos por moléculas de 7-dehidrocolesterol, esta reacción solamente ocurre en la presencia de longitud de onda entre 290-310nm en el rango de UVB. La fotosíntesis de vitamina D3 en la piel depende del ángulo del sol, que cambia con las estaciones, la latitud y la hora del día y a su vez es controlado por la cantidad de pigmentación y grosor de la piel (Jablonski & Chaplin, 2010).  La vitamina D esta involucrada en la regulación  de muchos procesos como el metabolismo de los huesos, la respuesta inmunológica, fertilidad, absorción de calcio, funcionamiento del páncreas, del cerebro y el corazón (Jablonski and Chaplin, 2010).

En vez de ver el color de piel de las personas como algo que debe ser clasificado y asociado a un contexto social, económico, cultural o de capacidad intelectual, deberíamos ver los colores de piel y nuestra caracterización social de razas como una respuesta a la diversidad de los climas de nuestro planeta a través de la evolución (Mira la figura 3). Porque la intensidad del sol no es igual en todas las regiones, y porque los humanos y nuestro color seguirá evolucionando y cambiando. Como todo en la vida, nada es estático, y es probable que generaciones a futuro no tengan ni el mismo color que los humanos de nuestras generaciones. Por lo que hacerse barreras mentales respecto al color de piel, es algo artificial que solo contribuye a la discriminación, por ejemplo, poblaciones que viven en el ecuador tienden a tener un color similar de piel debido a la cantidad de luz que se recibe en estas zonas del planeta. Sin embargo, las poblaciones en estás áreas no pertenecen a una sola raza. Por el contrario, pertenecen a una mezcla de diferentes poblaciones genéticas ancestrales, y bajo la definición social y antropológica de raza, probablemente a más de una raza (caucásico, negroide, mongoloide).

El color de ojos, estatura, masa muscular o cantidad de pelo son características que varían en cada población sin importar el color de piel o cultura. Todos sabemos que el color de ojos, como la estatura, o cantidad de pelo pueden ser diferente en nuestros hijos y nietos, y esto dependerá de la mezcla genética de sus padres. Así como todas las poblaciones tienen variaciones en estas características físicas, todas las poblaciones pueden tener melanina de diferente tipo y en diferente cantidad, lo que da un color diferente a nuestra piel y permite la producción necesaria de vitamina D en nuestro cuerpo. Por tanto, la cantidad y tipo de melanina es importante para cada ser humano, así como lo son sus ojos o cantidad de pelo, sin importar de que color estos sean.

 

Fig 3Adaptation of human skin color in various populations

Figura 3. a) Mapa de correlación del color de piel y latitud según Barsh(2003), y b) reflectancia de la piel en relación a la latitud. Los colores en el mapa representan diferentes colores de piel, no necesariamente diferentes razas o poblaciones genéticas.

Compartir post