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Maria Antonia Castiblanco 20170705_150537 (1)Hace poco le escribí a un colega periodista, a quien sigo en Twitter, que si bien valoraba su interés por destapar corruptos, no compartía el tono de sus tuits. Este señor, de unos 60 años quizá, es capaz de construir un mensaje de 140 caracteres con una carga de odio impresionante. Tiene la “habilidad” -realmente para mí no es una virtud, por eso el entrecomillado- de agregarles a sus supuestas denuncias cuanto improperio encuentra en el Diccionario de la Lengua Española. Bueno, sí, exagero. Pero, ¡qué capacidad tiene mi colega para insultar, descalificar y enviar a sus personajes al peor de los mundos!

Esperaba del señor una respuesta bárbara. Una muestra más del odio que, infortunadamente, contamina su labor periodística. No obstante, nunca me respondió el tuit que solo intentaba invitarlo a moderar su lenguaje.

Me aterra, al igual que a la gran mayoría de colombianos, cómo algunos pocos quieren convertir las redes sociales en auténticos cuadriláteros de boxeo. Peleamos por todo y por nada. No aceptamos escala de grises. O es blanco o es negro. O está de acuerdo o está en contra. Y seguimos profundizando la polarización.

En febrero pasado escribí en este mismo espacio un blog sobre el tema. Pedía no convertirnos en sparring en los tantísimos cuadriláteros que se montan todos los días, a cada hora, en cada instante, en Twitter (el sparring es ese personaje que “ayuda a un boxeador a entrenarse peleando juntos”).

¿Vale la pena pelear? Más aún, ¿vale la pena pelear sin argumentos, sino a punta de insultos? ¿Se justifica ese desgaste? ¿Es esa la imagen que quiero que prevalezca de mí en Twitter? ¿La de un peleador consumado y consumido? ¿La del sparring que atiza el fuego de enfrentamientos en Twitter?

Pues, en medio de esas reflexiones, me encontré en redes con un mensaje que veo que cada día cobra mayor fuerza no solo en Twitter, sino en distintos escenarios: #BajemosElTono. Se trata de una invitación del Ministerio de  Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) que se está moviendo desde el pasado viernes. Es una campaña no solo acertada en cuanto a su concepto, mensajes y piezas de comunicación, sino supremamente oportuna.

Me cuentan que la idea nació en aquellos tiempos previos a la votación del plebiscito por la paz, cuando el debate se encendió mucho en redes sociales y la argumentación fue remplazada por mensajes agresivos e insultos que empezaron a hacer carrera y que hoy persisten.

El MinTIC identificó que frente a cinco temas: 1. Política, 2. Fútbol, 3. Género, 4. Religión, y 5. Animales, las interacciones de nosotros los colombianos en redes sociales como Twitter “suelen estar cargadas de insultos, agresiones y violencia verbal”.

Entonces, los creativos de la campaña recrearon en videos cada una de estas interacciones con un realismo impecable y una producción gráfica bastante limpia, con la intención de promover el civismo y la convivencia en la plataforma digital.

La campaña apunta a bajarle el tono a la confrontación verbal, particularmente cuando se trata de interactuar alrededor de estos temas sensibles. Según el MinTIC, lo que se busca es “promover el civismo y la conciencia digital en torno a los efectos y consecuencias de nuestros comportamientos digitales”. Porque “el mundo virtual es real; ser agresivo en Internet implica ser agresivo también en la vida real. Lo que digo y hago en el mundo virtual, tiene efectos en la vida real; lo que digo y hago lo ven y reproducen otros”.

No solo me gusta su concepto gráfico, sino el acierto a la hora de construir los mensajes que invitan a la reflexión individual y colectiva en torno a los efectos que tienen sobre los demás nuestras palabras, expresiones y acciones en la red: “El lenguaje agresivo nos aleja de la conversación. Opina, argumenta y exprésate sin agredir a quien piensa diferente”. “La violencia en redes sociales te aleja de los demás. Bajemos el tono cuando veas comentarios agresivos”. “Más argumentos. Menos insultos”. “Si no quieres violencia en el ruedo, tampoco la uses en redes sociales”.

Si, por ejemplo, un usuario frecuente de Twitter se encuentra con personajes que alientan la agresión verbal o presiente que una discusión va a terminar en insultos, improperios, descalificaciones, groserías y etcétera, puede echar mano de la caja de herramientas de #BajemosElTono que encuentra en la página www.bajemoseltono.com

Allí le ofrecen todo un “Kit de Convivencia”: videos, audios, memes, gifs y calcomanías que pueden ser insertados en conversaciones digitales para frenar la violencia verbal.

Lo mejor es que “BajemosElTono” no solo ha impactado a los ciudadanos de a pie, sino que personajes reconocidos y famosos como cantantes, periodistas, actores y actrices, empresarios y deportistas están moviendo fuertemente el mensaje. Espacios informativos de radio y emisoras juveniles como La Equis han destacado la oportunidad de la iniciativa e, incluso, me cuentan desde el Viceministerio General del MinTIC que han llegado mensajes de tuiteros de otras latitudes que la aplauden. ¡Claro! Es que no solo los colombianos sufrimos de polarización y violencia verbal en redes. ¡Es una enfermedad universal!

Total, estas son las campañas que hacen falta cuando las ganas de derribar a punta de insultos a quien no piensa como uno amenazan con imponerse. Por eso, #BajemosElTono debería ser una iniciativa que no solamente promueva el MinTIC, sino todos los ministerios y entidades públicas, el sector privado, la academia, las escuelas, los medios de comunicación… Todos.

Por el civismo y la convivencia digital, yo me sumo. #BajemosElTono. 

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