Caminas por la CIUDAD… y entre las PROPUESTAS arquitectónicas…ESPERPENTOS urbanísticos y el SONIDO de tu MÓVIL como esa POBRE antena que me transmite como DECIR…
La ENERGIA me llama a entrar donde directamente iré a …
“Nuestro EDITORIAL de HOY… FAVILA..!
Para los griegos arcaicos el destino era casi una presencia divina que incluso manejaba las vidas de los dioses, en nuestra época pensar en algo así se convierte en una ingenuidad. Bueno, quiero partir desde allí y pensar que esa presencia divina fue la que marcó el camino de Favila.
Una tarde de agosto de 2019 nos encontramos con Adolfo, ya no recuerdo el lugar, y conversamos sobre la posibilidad de montar (como si fuese una película) una editorial. Los dos veníamos de sendas decepciones en la formación de proyectos culturales e incluso de estafas en el mundo de los libros. Así que dar a luz una editorial era una especie de venganza poética que teníamos para con nosotros mismos; sin embargo, las expectativas no iban más allá de un nuevo fracaso, pero esta vez a nuestro ritmo. Eso era, fracasaríamos a nuestro ritmo.
Arrancamos con un grupo de seis amigos, de los cuales dos se retiraron pronto, otro entró y salió como si fuese una estela de luz y finalmente volvimos a agrupar seis personas, dos mujeres y 4 hombres que hoy todavía conforman el equipo: un lingüista (Adolfo Villafuerte), una maestra en música (Adriana Pinzón), un editor (Pablo Estrada), una ingeniera electrónica (Laura Manrique), un artista visual(Javier Alarcón) y un profesor de filosofía (Andrés Pinzón).
Las primeras publicaciones fueron fanzines de filosofía que reciclamos de unos artículos preparados para una maestría. Juan Biermann (de Dósis Mínima) nos invitó a una feria que él mismo había organizado y vendimos lo necesario para nuestra primera publicación: La voz de las horas de J. M. Vargas Vila. Ese pobre libro pagó toda nuestra inexperiencia y a la vez nos mostró un camino.
El punto de encuentro donde generalmente nos reuníamos era el Café NICANOR, precisamente en su librería, Hojas de Parra. Allí tuvimos en nuestras manos un librito (por el tamaño) autogestionado de un escritor mexicano, Diego Ordaz, que nos flechó con sus primeros relatos breves. A los pocos meses ya teníamos un contrato con Diego y un segundo libro.
Decidimos abrirnos un poco y fundamos un segundo sello, Inca Negro, que tiene como directriz la coedición, y cerrando el 2019 publicamos un tercer libro: La república de los desposeídos, del colombiano Javier Rosbel. Ese diciembre empezamos a vivir el sueño, porque curiosamente antes de iniciar la editorial no teníamos ninguno…
Analícelo, recapacite y si le parecemos INTERESANTES siga leyéndonos y vea el FINAL de la NOTA …
CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFI
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