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La HIJA de una pareja conformada por una MADRE PSICOANALISTA y un PADRE INGENIERO CIVIL que con mucho tesón creó una empresa de CONSTRUCCIONES; a quien con sus CUENTOS nocturnos, muchos LIBROS y a punta de REALIDADES de VIDA, iban CONSTRUYÉNDOLE su  formación… la que la MARCÓ prestándose los cordones de los ZAPATOS y EL ser EMPRENDEDOR gastronómico en una MAGANGUÉ; la CIUDAD de los RÍOS en el DEPARTAMENTO  de BOLIVAR dentro  del MÁGICO REALISMO de COLOMBIA … con la CIÉNAGA como testigo de la SUBIENDA más allí de la ABUNDANCIA  de sus migraciones de peces en el RÍO MAGDALENA y de  su amigo el loco DÍAZ…

Testigo del AMOR telegráfico hacia su MADRE, que se resumía en una PALABRA; para que fuese menos costoso el envío: AMOTE….!

Es parte de su NOSTÁLGICA y bonita HISTORIA familiar, de ELLA… nuestra PROTAGONISTA de HOY…

Ayudando a PESCADORES para cruzar la CIÉNAGA …La SUBIENDA es cuando van a desovar y llegando con tantos pescados regalados… que dieron pie a jugar con los multiplicación de los peces…

FOTÓGRAFIA en el LASALLE COLLEGE… y ZONA 5 para anclar en la  misteriosa HABANA de una CUBA de TABACO & RON…que le permitieron complementar la NARRATIVA visual  de su LIBRO…

NOS PRESENTA y DELEITA con su ÓPERA PRIMA de no FICCIÓNTESTIMONIAL

SUBIENDA 

Que es el resultado de un proyecto creativo de largo aliento que inició en el año 2019 en medio de un viaje para hacer fotografía documental en Nueva Venecia, Magdalena.

En un intento por homenajear a su papá, Ángela ha escrito este libro testimonial que integra fotografía y texto sobre el valor del legado que los padres les dejan a sus hijos  y la importancia de andar por la vida con certeza y esperanza, así se cuente solo con un par de zapatos que no tienen cordones.

Con él hace un homenaje a las figuras paternas, a los pescadores y al río Magdalena.

A sus veintitrés años, Javier, el protagonista de esta historia, fue a su grado universitario con un traje prestado que le quedaba grande. En buena parte de su juventud tuvo que correr por las calles de Cúcuta con sus zapatos viejos y sin cordones. Soñó durante muchas navidades con un tren de juguete que nunca tuvo…

Hasta que conoció el río grande de la Magdalena, donde hizo un pacto con unos pescadores y, años después, no solo recibió el tren, sino la recompensa a su lucha, su dedicación, su gratitud, su fe y su capacidad de entregar amor…

ÁNGELA CASTELLANOS, nació en Cúcuta, Colombia, en 1986. Creció amando el río Magdalena gracias a los cuentos infantiles que le contaba su papá, en los que cambiaba los príncipes por pescadores y los carruajes por canoas. 

A los ocho años escribió sus primeros cuentos sobre la necesidad de cuidar el río.

Es fotógrafa, amante de los libros y los boleros. Hoy vive en BOGOTÀ y nos CUENTA desde el CORAZÓN …

 

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CONTINUARÁ…

CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFIS

 

 

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