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Qué envidia les tengo. Pudieron asistir a los días de extrema convivencia en el Parque Simón Bolívar. El festival crece cada vez más y está rompiendo barreras que marcan un parámetro arrollador para anteriores debates en esta caja: "¿Existe cultura del rock en Colombia?" Si, existe. Se comporta de manera diferente a la de otros países con tradición rockera, pero existe.

Foto de UN Periódico de la banda Zona Cero...Lo que puedo decir del festival es lo que he leído por ahí y escuchado de algunos amigos: 210.000 espectadores, tres días con un atractivo cartel de bandas, un poco de lluvia pero, como es costumbre, eso no hizo que los palpitantes asistentes dejaran de cabecear las notas de Jaguares, Suicidal Tendences, Nawal, Miranda, A.N.I.M.A.L. y Apocalyptica, entre otras. Apasionada y positiva reseña del festival, de Natalia Pulido y José Rico, en este enlace.

Lo bonito: Que se siga regalando este espectáculo a los bogotanos y a los colombianos que se peguen la rodadita a la capital. Las autoridades gubernamentales están creyendo en los jóvenes. Eso es poético.

Lo feo: Volvieron los problemas de sonido, es necesario que revisen qué está ocurriendo o que traigan a gente experta para coordinar eso.

Del cartel, noto ciertas curiosidades: No trajeron a ninguna eminencia paleolítica. El año pasado vinieron The Skatalities (¡tremendo espectáculo de las raíces del Ska ORIGINAL, que es muuuuy diferente al que se escucha hoy en día!) y su majestad don Luis Alberto Spinetta, quien no atrajo ni a la tercera parte de los asistentes de Robi Draco Rosa. Este año la veteranía la puso la revitalizada Kraken, con su propuesta sinfónica, y Suicidal Tendences.

Por cierto, en los comentarios del blog pasado encontré la pregunta: ¿Por qué los medios hablaron poco de Suicidal Tendences? Natalia, no te tengo una respuesta concreta. Es una banda mítica en su movimiento underground, vivió una conversión del punk de los "skaters" de California hacia el trash metal. A veces eso depende del punto de vista del medio o de que no haya gente con corazón joven cubriendo estos eventos… No sabría darte una respuesta concreta.

Sobre The Black Cat Bone, banda colombiana que ustedes destacaron en los comentarios, coincido completamente: Ha logrado un sonido conceptual, poderoso, fundamentado en tendencias sonoras que fueron impactantes en su momento en E.U., la fortaleza de bandas de southern rock como Allman Brothers Band o Lynnyrd Skynnyrd y, últimamente, The Black Crowes y Kings of Leon. Excelente. Natalia también recomienda esta página en donde se pueden oír algunos de sus sencillos.

Sobre Apocalyptica, hombre, siempre será un espectáculo ver un montaje similar. En Colombia hay un público abierto a estas conversiones del metal, o si no vean cuántas veces ha venido Therion. En Argentina existe una banda que se llama El Club de Tobi, de cellos, que también hace versiones de bandas fuertes. Sin embargo, me extrañó el asunto de que Apocalyptica le haya metido percusión al show. Disiento de Alberto. Aunque debe ser un sonido mucho más poderoso y apegado al metal, me parece que la gracia estaba, precisamente, en la ausencia de bombos que marcaran el ritmo… Pero bueno, hay que escucharla para saber qué tal suena.

Al lector Jorge Suarez, de Orlando, FL, quien estaba algo molesto porque EL TIEMPO y la Caja de Resonancia no reseñaron el concierto de Juanes en Medellín, le respondo lo que pienso de ese tipo de críticas que se le hacen a los periodistas en todo los campos: Malo porque sí, malo porque no. Si se hubiese publicado una reseña de eso por encima de lo de Apocalyptica, EL TIEMPO se habría ganado 10.000 madrazos.

Bien, eso fue una breve mirada de alguien que ni siquiera vió el festival por televisión, así que no sé que tan confiable sea. Ustedes dejaron excelentes comentarios.

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Sobre mis vacaciones, qué puedo decir: El reggaeton ha invadido a Europa. De ello sólo puedo añadir: ¡PUAJ!

Pude comprar buenos disquitos en buenas tiendas. No muchos. Quedé endeudado hasta los tuétanos pero valió la pena. Metí mi gran nariz en algunos templos del jazz, eso fue excitante en extremo.

Shakira es un hit. En el Virgin Megastore el disco está en el primer estante que uno encuentra al entrar. Cuesta casi 20 euros, y eso que en novedad es más barato. Al lado estaba la banda sonora de la película "Broken Flowers", que es simplemente espectacular, y costaba 5 euros menos.

Suerte y pulso… es bueno estar de vuelta.

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