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Aclaración pertinente: Debo confesar que he comenzado a tomarle cierto odio al término minimalismo. Esta palabra es prostituida cada vez que un crítico de arte no sabe cómo explicar la sencillez de una obra: La llama minimalista. Lo mismo ocurre cuando alguien califica algo como ecléctico… Resulta irritante…
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Una fórmula tan clara como el cristal…

Phillip Glass sabe cómo se gana buen dinero en Hollywood. Le resulta demasiado sencillo: Posee la llave mágica de la ambientación sonora… Él sabe cómo es el maní del asunto.

Prueba de ello: The Hours, The Truman Show, Anima Mundi, Candyman, Drácula (no la que tanto les gusta… una versión más viejita, de Tod Browning), Mishima, Kundun (de Martin Scorsese), Una breve historia del tiempo, La ventana secreta, etc etc etc

Su carrera comenzó tímidamente: Transcribía las partituras y los textos del músico indio Ravi Shankar (¿se acuerdan del amigo de George Harrison?). De repente su ensamble montó una ópera llamada "Einstein on the beach" (Einstein en la playa).

Luego llegó la oportunidad de su vida, en 1982: "Koyaanisqatsi", de Geogrey Reggio, la llamada -oh Dios, ahí viene la palabrita otra vez, lo siento- obra minimalista del cine por excelencia. Una película de culto increíble pero talvez imposible de digerir si no tuviera la música… ¿Qué mejor indicio para un director de cine? A partir de ahí, todo fue diferente.

Sobre "The Truman Show", el asunto es gracioso: Se trata del reencauche de la música original de la película "Anima Mundi"… Por supuesto, nosotros nos acordamos más de las penurias existenciales de Jim Carrey, en donde Dios en un productor de un reality show. ¿Qué tal les pareció la música en esta película?

En el género del terror, Glass también la tiene clarita como el cristal: "Candyman" (1992), una película no tan exitosa -y posiblemente no tan buena- pero cuyo ambiente sonoro logra impactar en la escala de las más escalofriantes de este género cinematográfico.

El matrimonio con el Kronos Quartet

Cuando un compositor rompe esquemas en la música -Glass lo hizo para el cine- necesita intérpretes que tengan la misma visión. Ahí está el cuarteto de cuerdas del Kronos –"Requiem por un sueño"-. De ese matrimonio surgió "Dracula" en 1999, un experimento digno de reseña: Tomaron una de esas películas clásicas con Bela Lugosi -en las que se toma las manos y le dice a la víctima que le va a chupar la sangre- y le pusieron la música renovada.

El experimento dio pie para un excelente álbum, interesante para quienes quieran ampliar su conocimiento sobre este compositor, perteneciente a la escala de los grandes.

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INVITACIÓN: Hoy arrancó un nuevo blog de Cultura. Se trata de Ciudad de Plástico, del paisa Diego Guerrero. Recomendado para quienes disfrutan el arte contemporáneo, las instalaciones, el pop art y las cosas sofisticadas del diseño web.
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Suerte y pulso, amigos.

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