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Las Misfits fueron nuestra introducción a Courtney Love y Siouxie and the BansheesSi usted era, como yo, un niño en la década de los ochenta, seguramente tuvo dos acercamientos INSENSATOS a los Misfits: Las Misfits, que eran las chicas malvadas que competían contra Jem and the Holograms (foto de la derecha) y por quien usted peleó con sus hermanitos para tener el control remoto del televisor, o Misfits of Science, la serie de televisión sobre científicos mutantes en la que surgió Courteney Cox (foto de la izquierda).

Pero no, estos son otros Misfits… ¡los originales! Los de la calaverita sonriente que patentaron por todo el mundo y hasta hicieron aparecer en una escena de "Batman forever"  (¿recuerdan a la pandilla que quería patearle el trasero a Robin por andar vagabundeando en la calle? Observen el maquillaje, todo fue un trato con Misfits).

Los reales Misfits llegaron a Bogotá para ponerla a punkear hoy, miércoles, en Theatrón, y mañana, jueves, a Cali, en el Alterno Bar. Anoche -en rueda de Rueda de prensa: Bonito espectáculo...prensa- se sentaron, hablaron y encantaron con su carisma a jóvenes periodistas y rockeros colombianos que oían atentos los evangelios del punk.

Me pareció muy simpático que durante la rueda de prensa ocurrió, en silencio, una asombrosa recreación de AQUELLA EXPRESIÓN VISCERAL del punk que fue tan necesaria en los setenta para liberar a gringos y británicos del yugo conservador de sus sociedades acartonadas: El bajista Jerry Only tomó unos marcadores y comenzó a dibujar sobre uno de los manteles de la mesa una enorme imagen. En ese momento un guardia de seguridad del hotel (ahí lo ven en la foto, amigos lectores) se acercó a Jerry y, con actitud fiscalizadora, se asomó sobre su hombro para ver qué le estaba haciendo a la mesa y luego comenzó a hacer caras.

Me causó gracia porque si fuéramos un entorno punk en todo su esplendor, seguramente alguno de nosotros le habría gritado "¡PIG!" -como hacían en otras épocas los punkeros británicos cuando llegaba la autoridad con sus macanas-. Por supuesto, son otros tiempos y esto es Colombia, donde somos más buenas papas. Al final, al guardia también le pareció gracioso el asunto (yo lo ví sonriendo ¡que no diga que no!).

Terminado el dibujo -para Misfits siempre han sido clave las ilustraciones- Jerry cortó el pedazo del mantel con unas tijeras y lo arrojó al público. Una niña de Canal Capital fue la ilustre ganadora, en medio de los gritos afeminados que hicimos los demás sin notar que parecíamos "groopies" o fanáticas de los Beatles.

El otro detalle cautivador fue oír hablar a "Robo", el baterista: Este tipo es un caleño "mamador de gallo", hombre dedicado a su familia, aunque no le ha contado a su mamá lo que hace en la vida (le ha dicho que hace rockandroll -lo cual es "medianamente cierto" pero no le ha mostrado un solo disco o una foto de él con sus shorts, su collar de colmillos y su cabeza maquillada de calavera… mañana, en Cali, lo hará).

Sobre lo que van a presentar en el concierto, en realidad es muy interesante: Además de tocar algunos clásicos de la banda, van a presentar el material de su último álbum en el mercado, "Project 1950", que es, básicamente, un tributo punk al legado que les dio el Rockandroll… ¿Por qué? Porque la estructura musical del punk es muy similar a la música de Elvis y de Chuck Berry: 3/4. Si usted toma un disco de punk y logra bajarle la velocidad -¡y el volumen!- se encontrará con un formato de rockandroll.

Entonces este disco tiene covers como "Great Balls of fire", "Donna", incluso "You belong to me" (de Bob Dylan) y su principal éxito, "This magic moment". Bonito disco.

En la rueda de prensa también estuvo la escuela del punk clásico colombiano, las bandas Nadie e IRA, que han dado de qué hablar desde las primeras ediciones de Rock al Parque. Además estaba una banda más joven, Caso Perdido. Las tres van a ser teloneras de los conciertos de Misfits.

Pero sin duda, lo más bonito que transmite Misfits ("¿¿¿¿bonito???? ¿Qué tiene de bonito esa calavera hedionda? ¿Qué demonios está diciendo este tipo?") es que la música realmente no tiene género: El punkero se puede gozar plenamente una canción de metal, de folk, de blues o de rockandroll, porque la esencia de la rebeldía está, basicamente, en ser felices a toda costa… y seguir manteniendo la visceralidad aún con un poco de maquillaje sobre las arrugas.

Les recomiendo la entrevista privada a estos "muchachos". Suerte y pulso.

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