Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Grabación de un fragmento del concierto de Iron Maiden, reflexiones acerca del estigma sobre el metal que quieren revivir por ahí y un adelanto de la fiebre Kiss, para ir calentando motores. Hoy, la gigante Fania junto a Carlos Santana en el Coliseo El Campín, prometo fotos. Al final, un saludo al Mundo Mojo. Además, una invitación a que se unan a los canales Twitter, Facebook y Blip.fm de la Caja de Resonancia. 

 

kisslogo.jpg

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A partir de ahora, encontrarán este menú en el blog de Caja de Resonancia, para acceder a otros canales por los que se extiende la resonancia, Blip.fm (para encontrar algunas canciones que escucho), Facebook y Twitter, en donde hago microblogging con cierta regularidad y doy algunas noticias melómanas de última hora: 

 

 

De violencias, clichés metaleros e intolerancia a la diversidad de gustos

 

Les presento algunas memorias sonoras del concierto de Anthrax y Iron Maiden, para que las disfruten. Bruce Dickinson le demuestra su amor a Colombia y anuncia otro concierto en el 2011 y nuevo disco:

 

 

 

Después de esto ¿alguien puede creer que no estuvo bueno el concierto?

 

Rod Smallwood, mánager de giras de Iron Maiden, publicó en el foro de su página oficial una nota en la que aclaró con detalles qué fue lo que pasó en Bogotá y qué impresión tenían de eso. Acá la transcripción que hice para eltiempo.com. Me impresionó ver que ellos estaban mejor informados que el mismo público colombiano, que en su mayoría se quedó con las imágenes de unos vidrios rotos y unas señales de tránsito dobladas en la calle para luego afirmar que los conciertos son peligrosos.

 

Y es que uno ve esa energía negativa en mucha gente que no es cercana al tema de los conciertos y siente que debe reaccionar negativamente a un estigma impuesto particularmente por los medios. Resumir el concierto en la captura de 110 personas y en pérdidas materiales de dos millones de pesos, y no contar que adentro Anthrax y Iron Maiden cautivaron a 25.000 almas con un espectáculo inigualable, es algo demasiado arbitrario y cegatón. 

 

La misma Policía ayuda a sembrar el estigma: el ambiente era hostil desde horas antes, recuerdo que un policía me regañó porque camino a la entrada me detuve a saludar a alguien… «¡movilícese, muévase! No pueden estar ahí», decía… Y me acordaba de la insólita provocación del general Palomino, que dos días antes le dijo a una estación de radio que el concierto de Iron Maiden no estaba autorizado. Eso se llama ‘provocar’, y las provocaciones conducen a reacciones.

 

Pero no se trata de que lidiaban con 25.000 locos metaleros, el problema es algo mucho más fregado. Es el mismo síntoma de las barras bravas del fútbol. No todo el que va a un estadio o se pone una camiseta está pensando en cómo encaletar un cuchillo o cómo romper la silletería. Pero por unos delincuentes infiltrados, pagan todos.

 

Yo me pregunto qué pasaría si los mismos 20, 50 o 100 desadaptados que intentaron entrarse a la fuerza a Maiden sin pagar, hicieran lo mismo en el Auditorio León de Greiff para un concierto de la Filarmónica de Bogotá: ¿Acaso serían, a partir de ahí, una partida de satánicos y delincuentes todos los amantes de la música clásica? ¿Deberían verte diferente si llevas una camiseta con la cara estampada de Beethoven? «uy, esos clasiqueros son peligrosos, deberían prohibirles todo y encerrar a todos esos piojosos a los que les gustan las pelucas blancas»…

 

Imagínense si a esos 20 o 100 gatos les da por infiltrar a la comunidad del santuario del Divino Niño, ¿se convertirá la imagen sagrada en un «retrato hablado»?

 

Un metalero normal no está pensando en dañar a nadie, sino en ponerse la pinta negra. Es como emperifollarse para una fiesta, como Travolta en Saturday Night Fever… Me acuerdo del concierto de Tarja Türunen, sólo éramos unas tres personas con chaqueta de color diferente al negro. Los pelaos llegaban con chaquetones y botas cual Matrix Reloaded, con un maquillaje que uno sabe que se gastaron toda la tarde haciéndolo, perfeccionando cada detalle con una delicadeza de relojero suizo. Es una cultura estética, como lo fueron los clubs A Go-Go.

 

También recuerdo una escena un poco graciosa del primer concierto de Iron Maiden: cerca al costado oriental, por los escalones, desde donde pude ver el concierto por mis desagradecidos 1,67 metros de estatura, quedaban unos baños, y era muy interesante ver que esos metaleros estigmatizados pasaban hacia el baño diciendo «permiso, por favor», y yo respondía «siga, por supuesto»… y luego pensaba «joder, si la gente fuera así de educada en la Feria del Hogar, en Corferias, donde todos te empujan…»

 

¿Puede haber salvajismo en todo eso? Yo no creo. Yo veo un movimiento metal muy pulido en Colombia que goza el ritual de ir a ver a sus bandas favoritas, pero que se está viendo empañado por una minúscula filtración delincuencial. Y eso hay que atenderlo urgentemente, antes de que crezca.

 

¿Qué demostró Iron Maiden? Que se enamoró de este país. Que tiene un show excelente que quiere transmitirles a esos fanáticos fieles, y que por eso quiere repetir en el 2011. De ese anuncio en particular, si me preguntan mi opinión, siento que ya es exagerado y hasta arriesgado convertirse en Los Visconti o en Vilma Palma e Vampiros, que sea noticia el día que se vayan del país y no el que vienen. (La horrible comparación fue sin ánimo de ofender a los Visconti, que me gustan, y por supuesto con total respeto a los británicos).

 

Pero la mentalidad cerrada de la gente que propone en foros y en público que se acaben los conciertos tiene que cambiar. La diversidad es valiosa e importante. Si no comprendemos la diferencia del otro, estamos jodidos. No podemos solucionar todo en la vida a punta de plomo y de prohibiciones, «matemos lo que no nos gusta».

 

Y el fanático de la música tiene que velar porque no deje crecer ese fenómeno de los vándalos, tiene que hacer conciencia de una cultura de la música, de cómo asistir a conciertos y disfrutar sin dañar. Sobre todo ahora, que mucha gente va a buscar excusas para perjudicar el concierto de Kiss, algunas que pueden llegar a ser tan estúpidas como pensar que si mencionan a los fanáticos del grupo como «The Kiss Army», esa gente crea que hablan de una especie de guerrilla rockera dispuesta a voltear la ciudad patas arriba.

 

Mi consejo a la comunidad rockera: si ve esa infiltración violenta en su grupo de amigos, extírpela, sáquela de sus intereses. No deje que esa semilla le dañe esta sensación que vivimos ahora los melómanos de que nos están dando gusto con tanto concierto bueno.

 

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

 

Por fin, Kiss en Colombia

 

Para los escépticos, los melindrosos, los quejetas, los que no creían que la banda Kiss se podría presentar en Colombia, la noticia de la semana que tuve el placer de transmitirles a los fanáticos a través de Vive.in y de Twitter es que la apetecida banda viene a Colombia. Todos los detalles aquí.

 

Cierto es que el concierto no ha sido anunciado aún en la página oficial, pero ocurrirá pronto. Los organizadores, que son los mismos que trajeron a Joe Satriani, Keane y Dream Theater, garantizan que el show se hará, incluso ante los escándalos que quiera armar alguna comunidad religiosa, por aquello del 11 de abril -sábado santo- porque en el país impera la libertad de culto.

 

Por supuesto, ya están tanteando cómo rinde la venta de boletas, que comenzó anoche en tuboleta.com. Eso será determinante para que las cosas sigan su curso por buen camino.

 

Aunque hay muy buenas canciones de Kiss, yo sólo voy a traer a colación una que me encanta de sus últimas producciones, ‘Psycho Circus’. Si bien no es una de las más pulidas, el sonido que lograron ahí es impactante:

 

 

 

Otro disco que no es muy apetecido pero a mí me gusta mucho es el ‘Creatures of the night’… sé que algún radical fanático del grupo me va a decir «ese es de los más malitos»… si, pero a mí me gusta, me parece sólido y un poc más serio. Acá, en una presentación en vivo de la canción, aparece Kiss sin las máscaras:

 

 

Qué se puede decir de Kiss… algo novedoso. Realmente nada nuevo. Se trata de una de las bandas más importantes en la historia del rock, completan 35 años de carrera. Ahora está conformada por Gene Simmons, Paul Stanley y los nuevos Tommy Thayer y Eric Singer. Nuevos es un decir.

 

Para los que creen que como no vienen sino dos miembros originales de Kiss, no vale la pena el show, quiero mostrarles este solito que se hace el guitarrista Tommy Thayer, el reemplazo de Ace Frehley, y quien fue además guitarrista de la banda de Alice Cooper y temporalmente hizo parte de la alineación de Deep Purple… es decir, un pobre gato X, ¿no?
 

 

Así está sonando y se está viendo Kiss en la actualidad. Esto es en Melbourne, hace apenas un año, como parte del tour que sigue rodando por el mundo:

 

 

¿Van a ir? ¿Van a sacrificar la cena de pescado seco en casa, con su familia, por ir a ver a estos engendros del demonio? ¿Acaso son ustedes satánicos, grandísimos sinvergüenzas? Listo, pues allá nos veremos todos pintados… ¡¡¡¡You wanted the best, you got the best!!!!

 

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – 

 

El concierto de esta noche de Carlos Santana y la Fania tiene una significación muy especial. No sólo se trata de que se reúnan estos monstruos después de mucho tiempo. La muerte del empresario Ralph Mercado, que fue el promotor de toda la movida latina en Nueva York con esa imponencia que hizo de la música márginal de los trabajadores chicanos un movimiento apreciado en todo el mundo, al mercadear la salsa, le impone a la presentación un matiz impactante y sentimental, y a la vez muy polémico.

 

Johnny Pacheco, quien viene con la Fania, era el visionario musical del concepto del grupo / sello / marca. Mercado era el negociante (y Jerry Masucci, el inversionista). Pero esa relación terminó mal. Como casi todas las relaciones de Mercado, quien vivía pensando en la plata y no en la amistad o, incluso, tampoco en la música, como en alguna ocasión le dijo en confianza a Ley Martin… «a mí me mueve el color verde, yo solo creo en el Washington del dólar», decía el tipo.

 

Dicen de Mercado que fue quien le alimentó el vicio a Héctor Lavoe, aunque algunos cuestionan esa versión, que quedó medianamente documentada en la película que protagonizó Marc Anthony. Es claro que fue Mercado quien lo puso a cantar en dos ocasiones espantosas que dieron dos grabaciones históricas: el día del entierro de su mamá y luego del incidente que lo dejó casi paralítico, la presentación que sería la última. Me refiero a la siguiente grabación:

 

 

Pacheco hizo carrera, fama y plata, y luego se golpeó contra el piso, todo de la mano de Mercado, cuando eran los años de las orquestas Alegre y Tico. Y así todas las estrellas de la Fania, a quienes las agarró la muerte de Mercado estando en Bogotá.

 

Fue también ocurrencia de Mercado que la Fania tocara con Carlos Santana para la grabación de ‘El Ratón’, pero en ese entonces el principal Santana se negó, pues no necesitaba esa alianza latinoamericana, ya estaba bien casado y ubicado en el mercado estadounidense. Entonces Mercado acudió a Jorge ‘Malo’ Santana, el hermano que a veces pienso que es mejor músico que Carlos, quien hizo la histórica grabación en vivo en Kinshasa, para la pelea ‘Mumble in the Jungle’, con la voz de Cheo Feliciano, y con Larry Harlow en el piano:

 

 

 Otra grabación en vivo de ese impresionante montaje (Lavoe entre los coristas): 

 

 

Por eso, lo que se producirá hoy en el Coliseo El Campín puede ser histórico. Puede ser también grotesco, porque en medio de todo, es como si los empleados dieran un concierto después de la muerte del jefe. Algo así, obviamente llevándolo a los términos menos oscuros y más honrosos, pues hablamos de músicos de primera línea.

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – 

 

Quiero compartir con ustedes el último post del blog Mundo Mojo, escrito por Mario Rugeles, un apasionado por la música y además un lector resonante, quien mantuvo durante buen tiempo su espacio en Vive.in. Él ha reflexionado sobre la misión de mantener un sitio en el que hay que hacer una ecuación sobre lo que le interesa leer a la gente y lo que a él le gusta, y no ha sido fácil. Yo se claramente que no es fácil. Por eso, por buen tiempo compartimos impresiones sobre la tarea de sostener el blog y promover una especie de «marca» que represente lo que somos. A Mario, la mejor de las suertes, al parecer va a tener su Mundo Mojo fuera de eltiempo.com y Vive.in. Mis mejores deseos. 

 

Suerte y pulso.

Compartir post