Premio Calavera para Justin Bieber, en la edición 500 de Caja de Resonancia
Por su simpatía, por su cuantioso talento y porque además también canta. Este galardón, que se entrega por segunda vez en cinco años de existencia de este blog, es un homenaje al nuevo Media Monster.
Primer boceto del billete de 100.000 pesos que le propongo al Banco de la República. En la estampa, Velandia y la Tigra, en representación de los artistas independientes.
Hoy, Caja de Resonancia llega a su edición 500. En Twitter, ya somos 1.243, y contando…
En estos cinco años, hemos visto de todo. El lado tradicional del negocio de la música se ha declarado cada vez en mayor crisis, y los mecanismos para mantenerse han sido tan variados como inútiles. En cambio, Internet demostró que las canciones viven para siempre. Que no pueden estar supeditadas a lo que la radio y las discográficas creen que es el tiempo de vida útil de una canción. No porque no marque puntos de audiencia significa que ya está muerta. En algún lugar del mundo, va a haber alguien que la querrá escuchar.
Por eso, vale la pena seguir hablando de música. Porque ha encontrado su camino, fuera de los muros en los que estaba contenida hace unos años. A esas ganas de escuchar lo que está fuera de los radares de los medios están dedicadas estas 500 entradas del blog… carajo, ¡cuánta carreta!
Este fragmento de la película ‘Before The Music Dies’, que habíamos visto en este blog hace unos cuatro años, nos muestra tristemente cómo se crea una figura pop sin tener absolutamente nada musical de lo cual arrancar.
¿Qué hace falta para poner una canción en la radio? ¿Apenas un paso por el software Auto-Tune y ya? ¿Mostrarse, como cuenta Erykah Badú en este video? Esto es lo que está ocurriendo en un sinnúmero de estudios de masterización musical mientras hablamos. Lo están preparando, empaquetando y distribuyendo. Así de simple.
Sin exagerar, a mi oficina llegan a diario los demos de un montón de artistas que intentan emular el exitoso camino recorrido por Shakira. Vienen con un amplio trabajo de fotografías en estudio -no muy afortunadas, ante la obviedad de lo plástico- y con canciones en las que han estado detrás eso que llaman por ahí ‘pajazos mentales’ de creativos que creen identificarse con los públicos objetivos a los que están dirigiendo sus letras pero no tienen nada que ver con ellos. Creen entender la juventud, viéndola como una argamasa de estupidez, consumismo y deseos de vivir sus sueños frustrados a través de ídolos.
Por todo esto, el Premio Calavera, en la edición 500 de Caja de Resonancia es para: ¡Justin Bieber!
En septiembre de 2006, este blog otorgó la estatuilla a la ‘cantante’ Paris Hilton.
Es un honor para mi poder entregar ahora este galardón a la figura masculina (¿?) más sobresaliente del mercado pop mundial en el último año. Su carrera en constante ascenso -pese a su nombre de mascota- ratificando, como lo han logrado demostrar algunos de sus antecesores, que la fama y la fortuna se pueden alcanzar hasta en las situaciones más precarias de gracia y talento, es mucho más que admirable. Tanto, como su respeto y compasión por los animales, como lo demuestra esta imagen.
Para entender los alcances de su figura, hay que ver los hechos: En el 2008, Justin Bieber fue descubierto a través de este video en Youtube, en el que dejaba aflorar talvez lo único interesante que le han permitido hacer desde entonces; hoy, tiene 16 años y con su primera canción, en el 2009, llegó a 30 países; con la segunda, hizo álbum de Platino en Estados Unidos. Sus álbumes, que tituló ‘My World’ y ‘My World 2.0’ ya son Multiplatino. Es decir, venden mucho. Y ya ha aparecido en especiales televisivos y hasta en cine. Incluso, ya ha estado dos veces en Saturday Night Live, una como artista y otra como presentador invitado (y bueno, allá también estuvo Shakira):
Ya está escribiendo su libro autobiográfico, titulado ‘First Step 2 Forever: My Story’, [ reseñado aquí por la revista People ] que relata los detalles de su vida -más de 20 páginas ya sería una lectura tortuosa y extendida a las malas como ‘Betty la fea’- y que aparecerá en el mercado este octubre.
Otro factor insólito: dos presentaciones suyas ya han terminado en problemas serios. Una, porque no llegó y las adolescentes enfurecidas causaron disturbios y cerca de 30 resultaron heridas. Otra vez, por una estampida.
Su nombre parece ser sinónimo de ratings. Al menos eso considera la cadena CBS, que decidió invitarlo a actuar en un episodio de la serie ‘CSI: Crime Scene Investigation’ para explotar sus dotes dramáticos. Esta imagen de una de sus escenas lo dice todo:
El New York Times publicó en diciembre del año pasado un perfil titulado ‘Justin Bieber está viviendo el sueño’, refiriéndose a esa ilusión de cualquier adolescente de hoy.
Porque en efecto, él es cualquiera. Esta es la historia de un joven canadiense de clase media que se crió en Stratford, el mismo pueblo de Loreena McKennitt y Richard Manuel, de The Band, y que un día, luego de que sus padres cristianos se encargaran de despertar la primera chispa de atención mediática, se convirtió en un pequeño monstruo que inspira, bajo su rostro angelical, similar impresión a la que arrojaba Britney Spears en sus primeros años (de inocencia, claro, si le restamos el ingrediente pedófilo que despertaba su uniforme colegial).
El siguiente video, del super éxito ‘Baby’, que empieza graciosamente con aquel gesto estereotípico de cerrarse la chaqueta antes de cantar -¿acaso a estos artistas siempre les da frío cuando dicen ‘grabando’?- es la síntesis perfecta de lo que significa el método de la autoafirmación: en su ensoñación idílica de ser un icono de juventudes, este escuálido adolescente blanco de movimientos torpes y poco sexys -como somos todos los blancos- es admirado por su pandilla multiétnica -en la cual él es el único imberbe- y deseado por voluptuosas jóvenes latinas mientras lanza la ebonita de 10 libras hacia una chuza perfecta.
En un intento desesperado de su discográfica por hacer de esta tediosa canción un megasuceso, aparece para ayudarlo el rapero Ludacris, quien en medio de su fraseo es interrumpido por gemidos del aún insatisfecho nuevo artista pop.
Este otro video, su versión del clásico ‘Love Me’, es claramente lo que es Bieber: flotando en un mar de efectos en ProTools que crean esa voz robótica, que ya vimos como funciona, soportada en la imagen de un niño adolescente al que su mánager ha expuesto a las intensas horas de preparación en la cátedra de «actitud pop» y algo de hip hop con la gorra volteada hacia un lado, bajo la sombra del cantante y excelente bailarin Usher [ grabaron juntos Somebody To Love ], de quien Bieber se ha convertido en su caricatura blanca.
La invasión absoluta que han hecho sobre los medios de comunicación y publicitarios sus agentes y su discográfica está llegando a límites exagerados. Tanto, que están exponiendo a este joven a un escarnio público de dimensiones colosales. La gente no es tonta y se está dando cuenta de que la inoculación de su imagen en las pantallas puede llegar a ser extremadamente irritante. O si no, que lo diga esta accidentada presentación en la que alguien le manifiesta con una botella -parece un litro de agua mineral, hay que tener brazo para lanzar eso con puntería- que no está de acuerdo con lo que hace. Y no sé ustedes, pero yo veo que su DJ parece disfrutarlo:
Talvez sea injusto juzgarlo a él. El premio Calavera debería ser más para sus representantes, la gente que está promoviéndolo. Él puede no tener la culpa. De hecho, puede estar afectado por los recurrentes incidentes en los que ha expuesto su cabeza a golpes, lasceraciones y abolladuras:
¿Qué va a pasar con Justin Bieber el día obvio en el que pierda el rostro infantil e inocente y los años se le vengan encima? ¿Se cocinará en el caldero del limbo artístico de estrellas como el fugaz Macauly Culkin o la mismísima Britney Spears? ¿O encontrará el camino como Justin Timberlake, quien es a su vez la caricatura de Michael Jackson? Oh, por Dios ¿Será Bieber otro Timberlake?
¿Por qué hay que apoyar a los músicos independientes? Porque no están envueltos por todo este aparataje de lo que es la creación de un artista pop. Claro, todos, dependientes e independientes, hacen parte del mismo panorama musical y depende de nosotros discernir entre lo que nos entregan los medios y la publicidad.
PD: Gracias a ustedes, esto llegó al post 500, en cinco años desde junio de 2005. Caja de Resonancia nació en medio de blogs políticos y de fútbol de eltiempo.com. Hoy, ninguno de los políticos sobrevive y los de fútbol, que pusieron su gran cuota, si mal no estoy, fueron reemplazados por nuevas generaciones de blogueros.
Coincidió con el mismo año en que nació la emisora Radiónica. Un saludo gigante a los amigos de Radiónica que han sobrevivido a la marea de los intereses comerciales.
Ha habido días buenos, días malos, épocas en las que me ha resultado imposible actualizar el blog con constancia. Sin embargo, la música siempre vendrá al rescate, gracias a todos. Y aquí seguiremos, mientras haya alguien que lea esto.
Suerte y pulso,
Carlos Solano
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