Con lo poco que hasta ahora se conoce sobre los resultados de las elecciones de ayer, puedo decir que:

• Es triste salir de votar para encontrarse con que la mayoría de las personas no entendieron el tarjetón, no supieron cómo votar, no entendían qué les estaban preguntando ni cómo elegir…Según Vargas Lleras, unos dos millones de votos se perdieron porque los tarjetones fueron anulados debido a que las personas no votaron correctamente. Dos millones es una cifra altísima para un censo electoral como el colombiano. La gente que está participando de la vida del país se debe encontrar con una forma clara y práctica de expresar su opinión. Falta mejorar el sistema y falta educar de manera efectiva a los votantes antes de las elecciones.

• Hasta ahora Noemí le lleva una pequeña ventaja a Arias. Así sea por un voto, espero darme cuenta de que el país no está ciego y de que no permite que una persona como Andrés Felipe Arias continúe expandiendo sus ansias de poder y burlándose de los colombianos. Para quienes votaron por Noemí porque la quieren ver como Presidenta y para aquellos otros que votamos por ella para olvidarnos de una vez por todas de «Uribito», vamos ganando.

• Pienso que el equipo de Fajardo debió contar con más apoyo y que los resultados de ayer sorprendieron a todo el país. Fajardo es uno de los candidatos más valiosos y de los que más pueden hacer por este país. De todas formas, en estas letras lo dejo escrito, Sergio Fajardo será presidente de Colombia, si no en esta ocasión, en un futuro cercano. Y tendrá un excelente mandato.

• Mal por Vargas Lleras y por Cambio Radical. Este es otro gran candidato que se hubiera creído contaría con más apoyo y que considero debería tener la oportunidad de demostrar cuánto puede hacer por Colombia.

• Bien por Rafael Pardo.

• Bien por Marta Lucía Ramírez; paso por paso se va acercando a un objetivo ambicioso pero posible.

• Muy bien por Mockus. Así Peñalosa sea un candidato que bien podría ser presidente de este país -y que lo será en el futuro- la forma en que los colombianos manifestaron su apoyo a Mockus demuestra el deseo de contar con líderes honestos, intelectuales, cívicos, que trabajen por lo social, por la educación, que vayan más allá de la política y trabajen con las ideas.

• Triste y patético que un partido tan cuestionado como el PIN haya obtenido un número significativo de votos. ¿Queremos otro congreso lleno de corrupción y parapolítica?

• La demora de la Registraduría en entregar los resultados no nos produce sino temor en cuanto a la transparencia de lo que nos anunciarán casi una semana después de haber depositado nuestros votos.

• Es igualmente triste que no se haya dado la suficiente información para que los colombianos conocieran lo que es el Parlamento Andino, supieran que también hacía parte de las elecciones y tuvieran claro quiénes eran los candidatos. Por la falta de educación en este punto hay, hasta ahora y según cifras de la Registraduría, 1’445.458 votos en blanco para el Parlamento Andino, lo que significa 168.402 votos más que el Partido de la U, que fue el que más votos obtuvo. Si le hacemos difícil la tarea de votar a quienes tienen la determinación de hacerlo, le estamos poniendo trabas al buen funcionamiento de nuestra democracia.

• Muy bien por la seguridad durante el fin de semana y el día de las elecciones que hicieron de esta jornada electoral la que muchos han calificado como la más pacífica de la historia del país.

• El país quiere asegurarse de que su próximo presidente no deje retroceder en lo más mínimo lo que ha alcanzado Uribe en materia de seguridad y de confianza en el país. Muchos mencionan ejemplos de países en los que el esfuerzo que tanto ha logrado se ha perdido en un segundo por creer que ya todo estaba ganado. Creo que eso lo tienen claro los candidatos de hoy, pero no sobra recordárselo. Colombia necesita un nuevo líder que traiga nuevas ideas y proyectos en materia social, de infraestructura, de salud, de educación, pero que no se olvide por un segundo de la seguridad del país y de cada ciudadano que son, en últimas, derechos primordiales y necesidades indiscutibles para que todo lo demás sea viable. Mejor dicho, el próximo presidente de Colombia tiene que tener un ministro de defensa invencible y que, además, no se olvide de los derechos humanos, si queremos que la confianza de la comunidad internacional en el país sea completa al basarse no solo en la seguridad, sino también en la convicción de que se trata de un país democrático y respetuoso de los derechos humanos. Lo uno sin lo otro todavía nos deja lejos del punto en el que Colombia se convierta en un país con un futuro brillante. De no ser Santos el próximo presidente, sería un excelente ministro de defensa por segunda vez y podría tomar los falsos positivos como punto de partida para corregir lo que empantanó los éxitos de la Seguridad Democrática durante el gobierno de Álvaro Uribe. Uribe mismo, sería el mejor ministro, pero no lo veo en ese papel. En fin, el próximo líder de Colombia tiene el enorme reto de no decepcionar a los colombianos ni en la continuidad de todo lo positivo que hizo el gobierno de Uribe -que fue muchísimo- ni en la creación de todo eso que nos quedó faltando y que hoy Colombia necesita para dar un paso adelante.