La plata está en el centro de todo y se convierte en el medio y el fin de nuestra existencia. Y eso es lo que les enseñamos a los niños desde que se empiezan a formar. Eso es lo que pasa.
El director de cine Michael Moore documentó en un video la experiencia que tuvo en Finlandia aprendiendo sobre el método de la educación en ese país, que hoy tiene los mejores estudiantes del mundo.
Resulta que hace unos años Finlandia tenía estudiantes igual de aburridos y frustrados que en muchos otros países, incluido Estados Unidos. Entonces decidieron implementar nuevas ideas hasta llegar a que hoy los niños tengan la jornada escolar más corta de cualquier país occidental (20 horas a la semana); prácticamente no tengan tareas; les den la misma importancia al arte, la música y el deporte que a las demás materias; y se les dé prioridad a los intereses particulares de los niños y al tiempo libre para que desarrollen su cerebro haciendo lo que más les gusta, además de algo más o menos importante: aprender a formarse como seres humanos.
Entonces cuentan los entrevistados que en Finlandia no existe esa obsesión desesperante por “buscar colegio”: no hay colegios mejores que otros porque no hay educación privada, sino que el estado maneja absolutamente todos los colegios, que son iguales, y, por lo tanto, el mejor colegio para cada uno es el que le queda más cerca.
Lo más importante es lo siguiente: los niños ricos y pobres estudian juntos y aprenden lo mismo, se respetan y son amigos, por lo tanto, aprenden y viven la esencia de la igualdad, y probablemente construyan relaciones, ideas y proyectos para trabajar juntos después, aprovechando el talento de todos, que no depende de cuánta plata tiene cada uno ni del color de la piel.
Así mismo, explican, los papás de los niños más ricos querrán asegurarse de que los colegios sean excelentes, en su totalidad porque todos son iguales, y así todos los niños tendrán una educación de la más alta calidad, además de tiempo para darles libertad a la mente y al alma.
Probablemente todos conocemos a alguien muy talentoso en algo que ya no pudo ser. Por la plata: o es pobre y no tiene con qué explotar ese talento ni se atreve a intentarlo, o es rico y le da miedo dedicarse a algo que no le dé más plata.
Nos hemos olvidado de la pasión, del talento, de la grandeza y la capacidad de los seres humanos, poniendo al dinero en el centro de todo: estudia en el colegio que puedas pagar, estudia con los que tienen la misma plata que tú, estudia lo que te asegure conseguir un trabajo en el que ganes suficiente plata, deja tu pasión como hobbie porque probablemente no sirve para nada, solo los que tienen igual o más dinero que tú son dignos de tu respeto.
Entonces se pierden ideas y mentes brillantes, se separan colegios, barrios, posibilidades y seres humanos, que después se matan entre ellos (probablemente por plata).
La educación es la esencia de una sociedad. Se puede hacer de un niño un monstruo o un gran ser humano con el poder de transformar positivamente su alrededor.