¿Se imagina un mundo donde las mujeres sean como los hombres?, ¿Donde por buscar la igualdad pierdan partes fundamentales de su feminidad?, ¿Donde las cosas que las definen como ellas, las escondan para ser como nosotros?, ¡NO!, yo no quiero un mundo donde seamos iguales.
Sin duda hay cosas donde las hemos minimizado y eso es imperdonable, pero no podemos pensar que un hombre y una mujer son iguales. Este día que hoy se celebra, recuerda la muerte de muchas mujeres en una planta de confecciones en un incendio, porque la puerta estaba mal hecha, y esto desembocó la lucha por la igualdad laboral, la cual sin duda debe ser tenida en cuenta en el momento de un cargo al que apliquen hombre y mujeres, pero sin duda hay roles laborales que las mujeres hacen mucho mejor que los hombres; pero si hace el mismo trabajo que otra persona, debe ganar lo mismo. Sin discusión.
La mujer es la mujer y el hombre es el hombre, y punto. No le pidan al uno ser como el otro, porque se pierde la magia de miles de años de evolución y de las soluciones que hemos logrado.
No me meto el tema de la maternidad, porque ese es una decisión diferente y siempre la usamos como excusa para decir por qué las cosas se hacen o no, por nuestras hormonas e hijos, y no por el tema de fondo: somos diferentes y hacemos las cosas de maneras diferentes.
Nos hemos equivocado mucho en el trato a la mujer. La consideramos ama de casa, cuando es un ser humano con un proyecto de vida, que no debe estar en función de hogar o sus hijos, a menos que sea su decisión. Si ella quiere ser una ejecutiva internacional y tener hijos, debe establecer un proyecto de vida con su pareja para que esto pueda funcionar, o hacerlo sola, no por el egoísmo de seguir sus sueños (como algunos dicen), sino por la necesidad de su realización personal.
Por eso les pido a todas la mujeres, que sean mujeres; y a los hombres que aprendamos a respertarlas como mujeres, que eso no significa meterlas en una cajita de cristal y mantenerlas protegidas de todo peligro: no somos príncipes azules ni ellas damiselas en apuros. Son mujeres, fuertes, sólidas, inteligentes, seguras, productivas, activas, proactivas y líderes, y nuestro rol como hombre es simple: dejarlas ser mujeres.
Nota al pie: siempre me ha llamado la atención el error del lenguaje que hay entre machismo y feminismo, porque el primero es considerado como negativo y el segundo como positivo…
Me llama la atención que usted diga que «la mujer es la mujer y el hombre es el hombre» y se preocupe porque las mujeres «pierdan partes fundamentales de su feminidad» sin siquiera definir qué es ser hombre y qué es ser mujer.
Y otra cosa: el término equivalente al machismo es «hembrismo».
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y es que muchos hombres aún creen que a la mujer le gusta estar en la casa lavando, planchando y cocinando mientras ellos hacen y deshacen por fuera. Lo cierto es que a nosotras no nos gusta nada de eso y sí queremos tener nuestro dinero, nuestro empleo, nuestro tiempo y nuestra autonomía en nuestras decisiones.
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Me encanta! Así es, es MUY DIFERENTE decir que la mujer tiene que ser igual al hombre, a decir que debe haber igualdad de condiciones; al parecer muchos están confundidos con eso, y por eso tanto extremismo. Muy buen escrito.
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Don Camilo, ud está acertado en gran parte y como buen colombiador se explaya en lo sentimental y lo de forma más que de contenido.
Se trata simple y de forma sencilla, que la mujer es igual frente al hombre, ante la ley, ante el estado, ante la iglesia (cualquiera sea la fe) en lo laboral y en el pago y cumplimiento de deberes y recibo de derechos…lo demás es de colombiadores y temario de blogs, que se olvidarán mañana.
Cordial saludo desde Toronto.
R.Perez T.
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