La publicidad y el mercadeo en Colombia son cada vez más mediocres. Así de tajante y de claro.
En los últimos años, las marcas no han tenido la capacidad de defender su valor agregado, ni de comunicarlo, o de explicarlo, y han terminado en una guerra de precios, descuentos y promociones sin cuartel, que parecen rogándole a la gente el favor de comprarlos.
Desde 2008, hemos visto como la calidad de la publicidad y las acciones estratégicas y tácticas del mercadeo, se quedan en informar precios y atributos, al punto de “mentirle” descaradamente a los consumidores, sobre las características de sus productos.
Hemos llegado al punto, que mucho del mercadeo está siendo tercerizado, y son agencias externas las que dicen que se debe hacer con los productos pero sin ninguna capacidad de ejecución, dejando en los computadores miles de megas llenos de brillantes ideas, muriéndose por la falta de capacidad ejecutiva de las empresas; la llegada de los hard discount es una consecuencia de todo esto.
Se nos olvidó nuestro rol y nuestra responsabilidad. Ser marketeros y publicistas, no es solo ser los custodios de la marca, sino ser los custodios de la ingenuidad de la gente.
Circula ya desde hace varios años un video de una conferencista (Kate Coope), donde de manera irresponsable dice que la ingenuidad del consumidor es una de las armas más poderosas del mercadeo hoy en día; porque los publicistas y los marketeros, mienten descaradamente a sus clientes, haciéndoles creer cosas que no son, jugando con la confianza que se deposita en las marcas.
La mentira no es un arma del mercadeo, y los precios bajos no son el mecanismo para vender más.
No podemos seguir cayendo en sofismas para autojustificar nuestra mediocridad. 2016 y 2017 fueron años muy retadores para la industria, las marcas y el comercio, no por las condiciones de la economía, sino por nuestra incapacidad de decirles a nuestros consumidores, porque nuestros valores y nuestra propuesta de valor son lo que son, y que por eso nuestros precios son como son, y por esto el mercado se ha comoditizado en muchas categorías.
Pero lo que es imperdonable, es que un entorno de incertidumbre, donde nuestros compradores están asustados por la inflación, la paz, El Niño, la reforma tributaria, la devaluación y el precio del petróleo, no hagamos nada. Dejamos abandonados a nuestros clientes, a esos que están bajo nuestra responsabilidad; esos que nos dieron la confianza para solucionar sus necesidades, y los hemos llevado a bajar sus expectativas, y a buscar lo más barato y no lo que necesitan.
¡No salimos a darles confianza, a ayudarlos, a solucionarle sus nuevas necesidades!, nos quedamos mirando como la calidad de vida de nuestros clientes, se frenaba y se convertía lentamente en un triste conformismo, cuando debíamos haber salido a decirles que ahí estábamos, que teníamos ideas, que les proponíamos cosas, que estábamos para ellos; pero preferimos quedarnos sentados en el pasado, en el ego, en la ansiedad de las metas, y esperar que ellos fueran los que nos salvarán, nos compraran y nos sacaran del hueco.
Debemos reaccionar y recordar quienes somos y para que estamos. El mercadeo es el responsable de mejorar la calidad de vida de las personas, y la publicidad tiene el deber de ayudar a transformar los comportamientos de los consumidores para mejorar su vida. No somos una industria light, somos los guardianes del bienestar de las personas, y por miedo, nos comportamos como mendigos, pidiéndole al comprador que nos elija, cuando debíamos ser los que le devolvamos la confianza y el bienestar a los consumidores.
En los últimos años, la publicidad y el mercadeo fracasaron en Colombia, no podemos darnos el lujo, que los próximos años sean igual: ¡reaccionemos!
Nota al pie: En julio salió mi libro “Pobreza & Prejuicio”, donde hablo de los fantasmas de la economía colombiana y por qué no estamos tan mal como creemos; ese libro puede ser muy útil para comprender lo que está pasando. Muy útil para saber cómo jugar en 2018, y dejar de estar asustados y recordar quienes somos.
Jajajajajajajajajajajajajajajaja es ese paternalismo tan hipócrita y utilitario el que los ha llevado a este punto. El consumidor se cansó de que lo trataran como un idiota al que debían guiar en pos del «bienestar» y la «verdad», porque no tenía criterio, ni inteligencia propia… se independizó de uds. los autodenominados guardianes, que lo son pero de marcas y empresas mentirosas, que le venden a la gente idealizaciones estúpidas mientras los engordan con sirope
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Cumplir las promesas… Premisa básica que curiosamente es la primera que se olvida.
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Totalmente identificado.Basta sentarse unos minutos frente al tv,para ver la tremenda catedral que usted bien describe.Los consumidores estan desprotejido de la avalancha de timos publicitarios.
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Que artículo más pendejo…No dice que tipo de marcas, no dice casos, no dice nada.
Si así es el libro..
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«comoditizado» bonito término para referirse a que un mercado se «P*teó», el peor de los escenarios, muy en especial en tiempos de crisis como este. Eso sucede cuando vemos al cliente sólo como la billetera
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