Los soldados son los que nos han dado la paz. Por más 50 años de conflicto, cientos de miles de soldados defendieron las instituciones y a los ciudadanos del peligro de la insurgencia, obedeciendo continuamente a diversas líneas políticas que los dirigían, y que continuamente se contradecían.
Fueron ellos, los que en el combate, en la guardia, con su presencia y disciplina permitieron que el acuerdo de La Habana haya llegado a las urnas; no fue el Plan Colombia, ni mucho menos la decisión política de atacar del gobierno anterior, ni la de negociar del presente, las que permitieron que los fusiles del enemigo del estado se callaran, fue la voluntad de cada soldado y de sus mandos, que sin importar las tensiones y preocupaciones, siempre defendieron al país y respetaron al comandante en jefe.
Muchos de ellos murieron, y sus familias los lloran cada día, porque entregaron su vida a un país que los olvida, pero no podemos darnos el lujo de olvidar a esos héroes que entregaron todo, para que millones de compatriotas pudieran salir a las urnas a definir el futuro.
El nobel de paz, se lo ha ofrecido al Presidente a las víctimas, y debemos recordar que la gran mayoría de ellas son personas de la familia de las Fuerzas Armadas, que se quedaron huérfanos, sin esposo o sin hijos. No conozco el número de militares y policías caídos en combate contra la insurgencia, ni mucho menos del número de familias afectadas por esto, pero estoy seguro que es más grande de lo que nos merecemos.
Hoy continúan en su tarea, defendiendo al país, sin saber a ciencia cierta que deben hacer, pero con la certeza de seguir las órdenes del comandante en jefe, sin importar lo que este piense, diga o en que parte del pensamiento político se ubique.
Ellos son nuestras Fuerzas Armadas, que muchos confunden con el monopolio de las armas, y realmente están es armadas de espíritu para dar la vida, para que usted tenga la suya sin problemas.
Gracias a cada soldado por dedicar su vida a mí, a mis hijos, a mi familia, a mis amigos, a mis compatriotas. Ellos son el verdadero monopolio de la paz.
Nota: desde que se firmó la paz, puse este soldado hecho por soldados heridos en combate en mi escritorio, para recordarme que ellos dan más de lo que sabemos que hacen.
Por si le interesa, ayer escribí que sobre si soy hoy lo que me propuse ser cuando niño
se equivoca EL COLUMNISTA DE PUNTA A PUNTA. en este país, y seguramente en otros, ni la paz ni la guerra, realmente, es consecuencia del actuar del ejérito. La paz o la guerra en Colombia, es y ha sido, un asunto de políticos, quienes, rara vez ponen los muertos y NUNCA LA PLATA que nos cuesta la guerra a los colombianos.
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Sin demeritar la labor de los soldados la cual ha sido muy importante, no olvide la de los Policías que ha costado igual sacrificio en vidas y huerfanos.
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Los Kafir !
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