La economía naranja es un sector que, como si se tratara de un salpicón, mezcla tecnología, creatividad, talento y colaboración… y que, además, tiene todo el futuro por delante pues es uno de los grandes motores de desarrollo mundial, y en Colombia específicamente, está siendo parte de un propósito de gobierno para el desarrollo del país, motivo por el cual crearon incentivos para quienes se suban a este bus. Así las cosas, los profesionales de marketing y comunicación tenemos un compromiso con la creatividad: ¡impulsar el salpicón naranja para aportar en el crecimiento de nuestro país!

Desde mi perspectiva, la economía naranja se presenta como una respuesta al problema de empleo actual y el auge de las tecnologías de información y comunicación han aportado a esa premisa dando lugar a la creación de trabajos adaptados al talento. Según informes de McKinsey Global Institute las tecnologías disruptivas transformarán la vida, los negocios y la economía global para el año 2025, presentan además las seis tecnologías que tienen más relación con la forma como podemos impulsar el salpicón naranja: internet móvil, internet de las cosas, tecnología de la nube, almacenamiento de energía, impresión 3D y materiales avanzados… Suenan como tecnologías ajenas a la cultura o arte, pero si lo analizamos, la historia nos ha dejado ver que siempre ha existido una necesidad intrínseca de apropiar e involucrar a los artistas y creativos con la experimentación e innovación.

Entendiendo esto nos preguntamos, ¿cómo impulsar el salpicón naranja?

El marketing y la comunicación se consideran áreas creativas por su naturaleza y misión dentro de los negocios de cualquier industria y por ello viene bien que se aplique su táctica creativa a negocios creativos. Para hacerlo se trabaja desde el cómo cambiar la percepción sobre el negocio, en lugar de pensar en cambiar la naturaleza física del mismo; en otras palabras, se trabaja desde la imaginación personal del productor y de los sentimientos personales del cliente. Las personas admiramos artistas, diseñadores e incluso grandes fabricantes que toman riesgos y aceptan ocasionalmente que fallan.  En ese sentido, sugiero tres ejes para impulsar el salpicón naranja:

  1. Replicar el modelo creativo en las actuales empresas

Esto es crear modelos de conocimiento que permitan romper los problemas de comunicación interna y estructuras demasiado piramidales que impiden que se valore el talento y su crecimiento. Aquí es fundamental trabajar la comunicación asertiva y los procesos de apropiación y orgullo, en función de la persona. En este caso me atrevo a mencionar a Netflix como ejemplo que inspira a usar modelos de economía creativa. Esta empresa crea ideas que ponen en manos de personas llenas de talento y ganas, y sus resultados son emocionantes… ¿alguien opina lo contrario?

  1. Uso de metodologías design thinking

Esta metodología promueve la innovación, que no se refiere a hacer diseños bonitos, sino que sean parte de la filosofía de la empresa. Así pues, para impulsar el salpicón naranja con este eje, visualizo como herramienta poderosa el marketing digital, para hacer fluir los productos y servicios a través de la conectividad y entender mejor las necesidades del usuario o cliente, crear soluciones innovadoras e interactuar constantemente.

  1. Storytelling

Ya había hablado del arte de contar historias en un post pasado. Solo hago énfasis para comentar que el arte y la cultura tiene mucho por decir para que los públicos objetivo obtengan buena imagen de esta industria, haciendo que se identifiquen y conecten con lo que se dice y hace. Impulsar el salpicón naranja a través de la técnica de storytelling, es lo que va a hacerlo más relevante para unos que para otros y reconocible o visible a los ojos de su audiencia para no ser uno más entre la multitud.

Es solo una propuesta resumida en tres ejes, para comenzar la acción, habrá mucho más por hacer y analizar, la coyuntura está disponible, ahora hay que desafiarla. Los que estamos inmersos en el mundo del marketing y la comunicación, tenemos una provocación más, impulsar el salpicón naranja haciendo que se convierta en un camino cierto de oportunidades para todos.