
“El valor compartido no es filantropía, es una forma de éxito”.
Michael Porter.
En un país como Colombia, donde los desafíos nunca faltan, celebrar los logros compartidos es más que un acto simbólico: es una declaración de propósito. Por eso, este 24 de abril, que conmemora el Día Nacional del Apicultor, celebramos con orgullo el avance de un sueño que nació en medio de desencuentros y que hoy florece como un ejemplo de valor compartido.
Desde 2016, la cámara Procultivos de la ANDI apostó por conectar a agricultores y apicultores. Lo hicimos creyendo que en lo simple se esconde lo trascendente. Al activar Buenas Prácticas Agrícolas y Apícolas no solo promovemos el respeto mutuo, sino que sembramos negocios, alianzas y confianza.
Conectar la apicultura con la agricultura ha convertido actos de cooperación en cambios significativos, porque al trabajar juntos, los agricultores y los apicultores implementan las buenas prácticas de sus actividades e impulsan el rendimiento de los cultivos y otros ingresos para los apiarios. Este escenario de gana-gana es el que fortalece las relaciones y abre puertas a nuevas oportunidades de negocio, como la polinización dirigida.
Este sueño evoluciona con tres programas concretos de Procultivos: la Alianza Apicultor–Agricultor, el programa de Buenas Prácticas Agrícolas —que ya cuenta con múltiples fincas certificadas por el ICA desde 2019— y, desde 2024, el programa de Buenas Prácticas Apícolas, desarrollado junto al ICA y la ANLA.
Hoy celebramos con hechos: el primer grupo de apicultores que fueron certificados por el ICA, tras superar las tres fases de nuestro programa —formación, implementación y certificación externa—. Este resultado no es fruto del azar, sino de años de dedicación y confianza en que el desarrollo rural se construye uniendo capacidades. En Monguí, Boyacá, los apicultores certificados son muestra viva de que sí es posible generar progreso económico y social al mismo tiempo que se cuida el medio ambiente.
Hoy, más que un día conmemorativo, es un hito que confirma que cuando se trabaja con orden, visión y amor, las transformaciones profundas ocurren. Sigamos cultivando juntos el cambio, para lograr más celebraciones con propósito.
¡Feliz día, apicultores de Colombia!
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