Todo en Roma es monumental, cualquier tiempo allí es poco, pero lo mejor de Roma son los romanos. Es un lugar en donde uno siente el orgullo de ser latino a flor de piel, en donde se encuentra uno con la mejor manera de vivir la vida. Entonces mientras el hombre alado se iba de este planeta, yo paseaba por Roma. Ahora que logré decantar un poco el paseo, del que como todos cuesta recuperarse, soy capaz de hilar estas palabras. Las de un opita perdido allá.
Los siguientes párrafos no quiero que los tomen como consejos para vivir esta ciudad, más bien como un recorderis de lo especial que puede llegar a ser al escaparnos un poquito del Lonely Planet y el Tripadvisor, que muchas veces solo logran hacernos aún más uniformes mientras vemos las
No te vayas a quedar parado afuera de Termini por cuarenta minutos esperando el bus que te llevará a tu sitio. El sistema de transporte en Roma tiene mala fama, pero acordate que andás por allá y no en Bogotá. Mejor preguntale al chofer de cualquier bus que sabrá indicarte exactamente dónde tenés que esperar el bus que te sirve.
Los italianos son románticos. Si por esas cosas terminás hablando de secreciones no tan agradables, podés enterarte de que caccolina significa moquito en su idioma. Tip: revisate la nariz antes de salir de tu estancia.
Superado el anterior fracaso, ni por asomo se te ocurra hacerle la misma pregunta al barman pensando que con él te irá mejor, te dedicará una mirada digna de colombiano, no dirá nada y se emputará. Mejor déjate guiar por el olfato. Los romanos no te convidaran, pero no te negaran la información que precisás.
Si tuviste éxito y lograste joderte la cabeza un poco, evitá confundir los cilindros que rematan las barreras separadoras de las avenidas con baños. Mucho menos cagarte allí. Que lo que metiste no te haga olvidar que es mejor ir al baño —así resbalés en él como tu nuevo «amigo»— en el bar, que tener algún tipo de problema policial.
Si lograste llegar indemne a casa, no te dejés llevar por las ganas del último trago. ¡Craso error! La estulticia hará que te quedés las restantes horas de la noche analizando los nuevos comportamientos de los jovencitos y te hará sentir tu propio olor a rancio. Teniendo en cuenta que vos no llegarás a Jep Gambardella, si te recuerdo que podés tener tu estilo y que envejecer se puede hacer con algo de dignidad.
Si ya entrados en gastos, te ves envuelto en un rifi rafe a cerca de la estatura física de los romanos que, ¡oh dios! Te arrastra hasta la imagen indecorosa y dantesca de un reality show de un partido de fútbol entre ellos contra colombianos para sacudirse el mote de «culibajito». Por favor, no perdás de vista que ellos han sido cuatro veces campeones del mundo. Lo que dice tu abuela de escupir pa’rriba.
Si después de caminar por la vía Appia Antica das con el restaurante Qvi nvn se more mai; si allí
Por último, dejame decirte que no te vayás a la Fontana de Trevi en tanto que ahora esta cerrada por reparaciones. Sí, yo sé que querés montar la fotito en en el feis pa’ chicaniar, pero el tiempo siempre es poco allí. Si seguís con ese ánimo, pues tomale una buena foto a una postal, para fotochopearla en casa. Además guardá este como uno de los sitios que te quedarán pendientes pa’ cuando volvás. Nosotros no tenemos esa capacidad temporal de Roma, así que el que puede fallar a la cita sos vos.
Ve, te dije ya lo de la Vespa, ¿no? Pues es urgente que te perdás con ella por Roma.
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