Según el DANE en el 2014 — los del 2015 aún no se tienen— el 28 % de los colombianos vive en condiciones de pobreza. En un estudio hecho por la Brooking Institution somos ejemplo de cómo la humanidad podría superar este lastre: recurrir a la cristiana caridad o a la moderna filantropía de -le pone nombre y apellidos a la solución- Luís Carlos Sarmiento Angulo. Si el multimillonario colombiano dona la mitad de su capital para el 2030 no habría pobres en Colombia.

No nos escogieron porque seamos un ejemplo chévere. Por el contrario, nos escogieron porque los índices de desigualdad en nuestro país, que según cifras oficiales, con todo lo que ello significa, nos ubica en el puesto catorce de los países más desiguales del mundo. Así que en Suazilandia y en Georgia una sola persona, como acá, tiene la llave para mitigar el asuntito. ¡Lindo! Para aclarar, no es que esté hablando del sueño de ganarse la lotería de un millón de dólares, no, sino de superar la pobreza. Lo que en el país del Divino Rostro significa tener un poco más de doscientos mil pesos al mes. ¡¿Ah?! Sí, y sin escándalos que el DANE dice que con eso le alcanza a cualquiera para pagar la casta básica. ¿Qué contiene eso adentro? Ni idea pero ya dejás de ser pobre.

Me gustaría mucho oír las ideas del señor Sarmiento Angulo al respecto. Y si me lo permite lo pregunto directamente porque no pocos años atrás usted dijo que quería ser recordado más por el servicio que le ha prestado a gente que por el dinero que tiene.  De seguro no ha sido de poca monta ese servicio cuando uno tiene el 30 % de la banca de un país y es dueño de una de las constructoras más grandes del mismo. Pero, pues, don Luís Carlos, la verdad es que haciendo algo como lo que propone el think thank la oportunidad está más que servida para que pase a la historia por ese gran corazón del que usted hace gala. Hable con los señores de Brooking Institution que seguro ellos saben cómo es que sumercé debe proceder para que en menos de quince años hayamos dejado en el pasado la llamada pobreza.

De seguro que ellos tendrán un plan bien interesante donde sin tener que vender sus activos, y por ende perder empleos, la transacción podrá llevarse acabo y todos salir beneficiados. ¿Por qué hacerlo? Porque la verdad es que ya viene siendo hora de que nos demos cuenta que “ser pobre” no es una opción derivada de la falta de ganas, de ser un vago y mantenido, y sí más bien de la falta de ingresos que engendra una falta de capacidades que generan un circunloquio terriblemente negativo. Como el borracho irredimible en todo bar, que mañana volverá a estar allí, claro que habrá colados a la fiesta, pero también no me cabe la menor duda de que muchos lograrán sacar la cabeza del hueco y respirar. Tal vez para algunos pueda ser ése impulso para llegar a imitarlo a usted y amasar ellos mismos un capital.

Yo sé lo difícil que puede ser tomar una decisión así. ¡La mitad de su fortuna! No son pelos de gato de lo que hablamos y no es un secreto que el alma humana sufre más cuando debe compartir lo mucho que cuando debe dividir lo poco; pero en sus entrevistas usted aparece sin poses como un hombre familiar y genuinamente afanado por Colombia. Y ya ve usted, parece que esta es la única salida. También es verdad que ya es tiempo de sincerarnos y de entender que para que la gente esté bien, para que se pueda hablar de verdadero progreso hay que ir más allá de la infame dicotomía que nos mantiene entre mal pagados o no tener trabajo en cuanto que solo nos podremos desarrollar libremente con algo de dinero que nos lo permita.

Usted que lo tiene en abundancia sabe que es así. Como también sabe que después de cierta cantidad el dinero no representa más felicidad sino más cosas. Tal vez de materialidad usted ya tiene todo en tanto que de la primera nunca se tiene suficiente y con acto de esta naturaleza no dudo en cuán dichoso alguien podría llegar a ser.

Ve, ¿será que Fidel aguanta el voltaje de Mick?

 


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