A partir de las 0:00 horas del 29 de agosto de 2016, justo algunos días después del tan esperado anuncio de la firma del acuerdo final entre el gobierno y las FARC, empieza el verdadero desafío de la paz para Colombia. El paso más representativo de cara a una paz estable y duradera ya se dio, pero este es sólo el inicio de un largo trasegar.
Desde ese momento, el cese bilateral de hostilidades entre las partes se hará efectivo, y durante 180 días se procederá con el proceso de concentración del grueso de los militantes de las FARC en 28 zonas especialmente acondicionadas para tal efecto. Allí, se espera que los miembros del grupo armado insurgente entreguen las armas y se alisten para su incorporación a la vida civil, incluyendo el inicio del encausamiento penal de quienes deben, en todo caso y a pesar de lo dispuesto en los acuerdos, responder por delitos graves y de lesa humanidad.
Estas 28 zonas -22 zonas veredales y 6 campamentos- fueron cuidadosamente seleccionadas para llevar a cabo tan delicada maniobra de DDR (desarme, desmovilización y reintegración). Y no es para menos, porque la futura implementación efectiva de lo pactado en La Habana no sólo depende de lo que los colombianos decidan en las urnas el próximo 2 de octubre. Siendo sinceros, para poder asegurar el inicio de lo que se conoce comúnmente como post-conflicto o post-acuerdo es aún más critica la exitosa concentración del grueso de las tropas de las FARC sin que haya incidentes que pudieran poner en duda la seriedad o sostenibilidad del proceso.
De forma muy acertada el gobierno decidió tomar la unidad administrativa más pequeña de nuestra organización territorial, las veredas, como la célula a partir de la cual se pudiera adelantar el proceso de dejación de armas y estabilización de las zonas más afectadas por la violencia. A pesar de la manipulación de información ofrecida por la oposición, que presentaba mapas de municipios enteros intervenidos, se trata de no más de 280 kilómetros cuadrados (28 zonas X 10 km2) que tendrán un régimen especial para tal efecto. Esto contrasta, por ejemplo, con los 42.000 kilómetros cuadrados que dispuso el gobierno de Andrés Pastrana en la época de El Caguán, o incluso con las zonas donde se produjeron las famosas desmovilizaciones de los grupos paramilitares bajo la batuta del hoy ausente Luis Carlos Restrepo.
Se espera que una vez ubicadas en estos lugares, las tropas insurgentes entreguen sus armas y las depositen en contenedores especialmente diseñados para tal efecto, sin perjuicio de que mantendrán sus armas de acompañamiento mientras se produce la desmovilización definitiva. Se ha dejado claramente establecido que no hay cambio de funciones de las autoridades públicas de los municipios donde se encuentran ubicadas estas veredas, y en todo caso, la insurgencia dispondrá de una zona del tamaño de una cancha de fútbol para poder adelantar reuniones privadas sin la injerencia de la misión de verificación del proceso de DDR.
Esta misión de verificación -coordinada por funcionarios Naciones Unidas específicamente entrenados para estos casos- es fundamental para garantizar que todo lo que ha sido dispuesto para la efectiva desmovilización de las FARC pueda llevarse a cabo sin contratiempos. Y es que, teniendo en cuenta las presiones que hay respecto a la opción tomada por las partes del conflicto, es de esperarse que los riesgos de represalias o intentos de entorpecer la llegada y establecimiento de los guerrilleros en las zonas veredales se incrementen. Más que nunca los ojos deben estar muy abiertos, y las acciones preventivas y de contingencia no deben escatimarse, pues el más pequeño error o malentendido podría ser fatal para el proceso.
Pero las zonas veredales no sólo serán testigos del proceso de desmovilización, desarme y reintegración de las FARC. También serán el escenario de una serie de acciones de contingencia que buscan plantear respuestas rápidas de parte del estado colombiano respecto de una de las causas estructurales del conflicto: la falta de presencia de autoridades públicas en el territorio. Por lo tanto, todas aquellas zonas que van dejar de tener una influencia de autoridad directa de la guerrilla serán objeto de intervenciones a nivel de infraestructura y acceso a servicios, pero también de acciones de estabilización a nivel relacional, incluyendo dinámicas de atención humanitaria y psicosocial.
Con el tiempo, y con la implementación progresiva de los acuerdos de paz, este tipo de acciones deben adelantarse en todo el territorio. Sin embargo, en este momento es fundamental que, aquellas zonas que serán escenario de la primera parte del proceso de cese de hostilidades, se constituyan en focos de acción urgente y en laboratorios de paz de cara a lo que viene durante la transición del conflicto a la concreción de un proyecto nacional estable e incluyente.
Frente a nosotros hay una gran oportunidad, pero a la vez un gran riesgo; todo lo que ocurra en estas 28 zonas, durante 180 días, será crucial para el devenir del camino hacia la culminación de la obra de la paz. Los ojos del país y del mundo estarán puestos en esos 280 kilómetros cuadrados, y hasta la caída de una hoja por el viento será debidamente registrado y masificado. Es por esto que debo insistir en que, si bien los acuerdos de la Habana son el soporte legal de 4 años de interlocución con las FARC, y los resultados del plebiscito le darán legitimidad formal a lo negociado, la sostenibilidad de todo este andamiaje llegará desde el territorio. Desde esas zonas veredales que tanto han sufrido por 60 años de conflicto y que ahora, serán protagonistas de excepción de esta nueva página en la historia de Colombia.
Zonas veredales (22):
- Antioquia: Remedios, Ituango, Dabeiba
- Cesar: La Paz
- Norte de Santander: Tibú
- Tolima: Planadas, Villarica
- Cauca: Buenos Aires, Caldono
- Nariño: Policarpa, Tumaco
- Putumayo: Puerto Asis
- Caquetá: Montañita, Cartagena del Chairá
- Arauca: Arauquita, Tame
- Meta: Macarena, Mapiripán, Mesetas, Vistahermosa
- Guaviare: San José del Guaviare, San José del Guaviare.
Campamentos (6 a seleccionar de los siguientes 8 municipios):
- Antioquia: Vigía del Fuerte
- Guajira: Fonseca
- Chocó: Riosucio
- Córdoba: Tierra Alta
- Cauca: Corinto
- Caquetá: San Vicente
- Meta: Losada, Macarena
- Guainía: Puerto Colombia
Twitter: @desmarcado1982
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