Hace rato escribí una entrada en este blog sobre cómo robarse una bicicleta con lo que denominé La Técnica Milenaria. Creo que es el único meme que he creado en mi vida, y a veces hasta me da como rabia haberme gastado los quince minutos de fama que me concedió Andy Warhol con semejante pendejada.
Para afrontarlo, decidí entonces expandir los tips para robarse una bicicleta y hablar de otras formas de robarse una bicicleta. No porque sea un ladrón de bicicletas, sino porque he sido víctima de más de un robo y ya me las sé de memoria…
La segunda modalidad de robarse una bicicleta no es tan elaborada como la que dije la otra vez. No hay que hacer robos con inteligencia social (como «el Ciclista» y «el primo» que aplicaron la Técnica Milenaria), ni tampoco hay que ser particularmente inteligente. Simplemente hay que ser un hampón burdo que sepa usar unas tenazas.
Para comenzar a describir la segunda modalidad de robo, hay que decir, y repetir hasta el cansancio, la regla de oro del ciclista astuto:
Regla de oro del ciclista: «Amigo ciclista: gaste en su candado más de lo que gastaría en sus almuerzos de esta semana sumados.»
Todos los que tienen un candado de bicicleta, les voy a recordar con una historieta ilustrada el día que lo fueron a comprar:
1- Persona preocupada por su bienestar ciclístico: «oiga, viejo, y su candado? No va a ser que le roben la cicla» (cara con mandíbula dislocada, mano abierta moviéndose enérgicamente).
2- Usted: «uy, sí… toca» (repite el gesto de la mano moviéndose enérgicamente).
(pasan los días… pasan a veces semanas…)
3- Persona preocupada por su bienestar ciclístico (en adelante, PPPSBC), que lo vuelve a ver: «OIGA VIEJO, no compró el candado! USTED QUIERE QUE LO ROBEN O QUEEEE?» (mandíbula, mano)
3- Usted: «uy, si… toca» (ahora también hace lo de la mandíbula y además la mano).
4- PPSBC: «Vamos, amigo: te invito a una bicicletería»
(música alegre de «vamos a una bicicletería»… pasan solo unos minutos mientras llegan a Su Almacén de Bicicletas de Cabecera)
5- Vendedor de Ciclas: «pues sí, hay de estos…» (señala a su izquierda mostrando candados baratos) «…y de estos» (a su derecha señala candados máaas baratos) «…esos valen a cinco, esos a diez»
6- Usted: «uy, si… toca» (compra uno de esos candados de pacotilla…)
…Si usted solo ha llegado hasta esta parte de la historia, espérese unas semanas que lo van a tumbar enestico. La historia ilustrada sigue más o menos así:
7- usted (minutos antes de ser robado): «pues la dejo aquí amarrada untico» (para los no-bogotanos: «untico» = «un momentico»)
(pasa «untico»)
8- usted (cuando llega y ve su candado roto, y su bicicleta por ningún lugar en el horizonte): «aaahh…» (pasa ese escalofrío por la espalda, ese dolor de estómago profuuundo, después el mareito, después el madrazo) «…vida triplehijodelagranp*t*, si seré bien gü********vón» – y la agarra contra el primero que se encuentra «pero maaaan, la dejé aquí, al lado, no la vio?» (él man nunca, pero nuuunca, la vio, y es en serio… a veces dicen «perustesmásgu***v*n dejando su cicla ahí, si aquí roban es hoy sí y mañana también» – y algún cretino que lo oye dice «jaja, hoy sí y mañana también, buena, buena»).
Y después lo de siempre, que en resumen y en cualquier orden va más o menos así:
– llama a la novia y le cuenta
– llama al PPSBC y le cuenta, y de paso lo madrea por no haberle aconsejado completo: «y por qué p***s me llevó a ese sitioooo a comprarlo si eran malos los candados! Qué amigo… no, no, fresco, quéee amiiigo. chao»
– piensa en ir a la policía a poner una denuncia
– si es la segunda vez que le pasa, da muchos más madrazos mientras bruxa los dientes
… y lo demás es lo normal: duelo por su amada bicicleta, terapia de varias semanas para elaborar el duelo, rifa para recuperar la plata y comprar una bicicleta, compra de la nueva bicicleta, reunión de inauguración de su nueva bicicleta, la novia le termina porque solo piensa en bicicletas (sí, esas cosas pasan, pero otro día cuento ese)…
Ahora, he aquí el punto más importante de un robo: ahí, justo ese día que lo roben, acuérdese de la segunda regla para evitar que le roben su bicicleta: siempre va a pensar que solo es untico y siempre lo van a robar en untico. Yo perdí tres bicicletas y todas fueron en untico. Pero desde la tercerca vez me armé de candados como loco.
Y ese día (o mejor, hoy) vaya y siga la primera regla para evitar un robo: compre un bendito candado que le duela la panza cuando lo pague. Porque ese dolor de panza no se va a comparar con el que le va a dar (o le dio) cuando se la roben… y otro día hablamos sobre cómo se debe amarrar la bicicleta…