En el reciente y vibrante escenario culinario del cuarto piso del centro comercial Atlantis Plaza, hay un lugar que ha deslumbrado a los paladares más exigentes: Omnia. Este exquisito restaurante asiático, perteneciente al renombrado grupo Seratta, es liderado por el maestro Félix Jiménez, un chef estrella Michelin con dos Soles Repsol, reconocimientos que respaldan su excelencia en la cocina.
Omnia es mucho más que un restaurante; es un viaje que comienza desde el instante en que cruzas sus puertas. Te sumerge en una atmósfera asiática cautivadora, donde el Buda de la Felicidad te da la bienvenida, prometiendo una experiencia culinaria inigualable.
La propuesta gastronómica de Omnia es una oda a la diversidad de la cocina asiática, especialmente de China y Japón. A través de sus platos, los chefs sabiamente llevan a los comensales por un recorrido por las rutas culinarias más auténticas y sabrosas. Desde los clásicos sushis hasta las cocciones controladas con fuego de forma natural, pasando por las robatas y woks, cada bocado es un encuentro con la explosión de sabores característicos de la región.
Recientemente, Omnia ha añadido un toque colombiano a su propuesta, rindiendo un guiño a la gastronomía local. Así, los comensales tienen la oportunidad de deleitarse con sabores inesperados, que combinan lo mejor de Asia con los ingredientes y técnicas culinarias de Colombia.
Mi visita a Omnia fue una verdadera aventura. Comencé con los irresistibles Omnia Bites, perfectos para compartir y probar una amplia variedad de sabores. El MASAKI fue mi primera elección: Maki de mango, tartar de salmón, algas y cangrejo, coronado con un toque de anguila que elevó la experiencia a otro nivel. Luego, el China Town Tori me sorprendió con sus cubos de pollo crujiente al mejor estilo chino, una delicia que sin duda repetiré en mi próxima visita.
El postre, el Pineapple Jet Set, fue el broche de oro de esta experiencia inolvidable. Un Cake de piña y mandarina, bañado en salsa de coco, con helado y decorado con tejas de flor de Jamaica y jengibre deshidratado, que satisfizo todos mis sentidos y dejó una sonrisa en mi rostro.
Además de la espectacular comida, la ambientación de Omnia es digna de admiración. Con una pantalla en el piso que proyecta imágenes fascinantes y el Buda de la Felicidad observando silenciosamente el ritmo de los comensales, cada momento en el restaurante es único y cautivador.
En resumen, Omnia es un tesoro culinario que merece ser explorado. La maestría del chef Félix Jiménez y su pasión por la cocina asiática se reflejan en cada platillo, brindando a los comensales una experiencia sensorial que quedará grabada en sus corazones y paladares. Si buscas un viaje gastronómico épico, Omnia es el destino perfecto. ¡Prepárate para descubrir el poder de la gastronomía asiática y sumergirte en un universo de sabores inolvidables!
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