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La nueva Colombia
A partir de este 7 agosto de 2022, Colombia cambiará para siempre. Después de dos siglos de penurias e infamias, al fin los colombianos pudimos elegir nuestro destino. Terminó la horrible noche, el júbilo es inmortal.
Doscientos años de esclavitud impuesta por quienes sucedieron a los próceres de la independencia, están llegando a su fin. Doscientos años en los que el pueblo colombiano fue víctima de todo tipo de arbitrariedades e injusticias, están acabando.
Más de dos décadas en las que el neoliberalismo y el fascismo privatizaron los derechos conquistados, están culminando. Más de dos décadas en las que la sociedad estuvo envuelta en un círculo de violencia y de miseria, están concluyendo.
Después del Libertador Simón Bolívar, por fin alguien del pueblo estará sentado en la silla presidencial. Por fin la Casa de Nariño será la casa de la ciudadanía, por fin habrá quien represente a los nadies, por fin se recuperó la patria.
Los villanos huirán como ratas, pagarán escondedero. Algunos se irán del país para no responder por sus canalladas, otros se acribillarán entre sí como los maleantes que son. Nunca merecieron las dignidades que ostentaban, sólo fueron impostores que buscaban satisfacer su vulgar apetito.
El país está destrozado, la economía se encuentra arruinada y los ciudadanos padecen los infortunios de la putrefacción social. El fascismo, el neoliberalismo y el régimen saliente seguirán al acecho. Las potencias extra-regionales querrán apropiarse de nuestros recursos y traernos sus desgracias. Quieren arrastrarnos al infierno.
Las élites pro-imperialistas se arrodillarán como viles lacayos. Al carecer de poder, venderán su alma al diablo con tal de obtener una visa o alguna prerrogativa. Despreciarán a su misma gente y hablarán pestes de su propia madre, son traidores.
Quienes fueron burócratas de los viejos poderes, anunciarán el fin del mundo, dirán que todo es inviable, que nada se puede hacer, que no vale la pena intentarlo. Esos son capaces de intercambiar a sus cónyuges o a sus hijos por una prebenda.
Quienes disfrutaban de lujos y excentricidades a costa del sufrimiento de las mayorías, enloquecerán, no podrán soportar sentirse parte de una sociedad más justa. Siempre han vivido en una burbuja de privilegios que se acaba de romper. Les costará entender que también son ciudadanos.
Quienes usaban los símbolos patrios para auto-condecorarse, serán avergonzados, sus groseras pretensiones quedarán al descubierto, la multitud se burlará de ellos por carecer de méritos, sus medallas no tienen valor.
La nueva Colombia no será de los Estados Unidos ni de Europa. La nueva Colombia será del pueblo colombiano, de Hispanoamérica, de América Latina y del Caribe. Colombia volverá a ser un país libre y soberano, Colombia ha recuperado su dignidad.
A la vez que las antiguas supremacías decaen, los pueblos nobles surgirán, es ahora o nunca. Es el momento de ser más libres, de ser más soberanos y de obtener la prosperidad que tanto merecemos. Es el momento de realizar nuestros sueños más hermosos.
La humanidad entera se alegra por Colombia, porque somos su ejemplo a seguir, porque los inspiramos para luchar por un mundo mejor, porque nuestro sacrificio no fue en vano y porque ahora comprende que aún hay esperanza.
En esta nueva etapa del país, entenderemos que hay un oscuro pasado que no debemos repetir y que tendremos que esforzarnos cada día por construir los cimientos de un mejor porvenir. Vienen tiempos mejores, se aproximan acontecimientos maravillosos.
Y cuando caminemos, los colombianos miraremos hacia atrás y veremos aquella senda por la que no hay que volver a pasar. Nuestra mirada estará fija hacia el horizonte, vislumbraremos un futuro distinto, una vida más bella.
La nueva historia de Colombia que se empieza a escribir, no la redactarán los infames de siempre, esta vez será escrita por el propio pueblo y estará llena de infinita dignidad.
Volarán mariposas de colores, las aves surcarán los cielos, los caballos correrán por las verdes llanuras, los ríos fluirán con aguas más transparentes, los mares serán más azules, el viento acariciará nuestras mejillas, el rocío ungirá nuestro rostro y el sol brillará para siempre.
¡Que viva la nueva Colombia!