Como se planeaba en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), la hoja de ruta de la planificación económica del país, Colombia tuvo un impresionante crecimiento en el segundo semestre de 2021 y primero de 2022. Esto, considerando que desde el Gobierno anterior se contempló una política fiscal expansionista -esto es, de manera simple, aumentar el gasto público para lograr un efecto dinamizador en variables como el empleo, el consumo y la inversión-. Sin embargo, hoy por hoy el país se enfrenta a distintas arandelas que retan en un contexto de crisis y a su vez, paradójicamente, de reactivación económica, a la cartera de Hacienda a cargo del Ministro Jose Antonio Ocampo.
La agenda de Ocampo está apretada en comparación a la de otros Ministros de Hacienda recientes. El alto déficit fiscal y comercial aunado por unas finanzas públicas débiles con una creciente e insaciable necesidad de gasto público parece ser un catálogo de problemáticas imposible de priorizar. Sin embargo, existen tres puntos en la agenda económica nacional que el Ministro Ocampo deberá atender de manera urgente y, ojalá, constante.
Diversificar la canasta exportadora para sustituir el petróleo.
La diversificación de la canasta exportadora es un imperativo para que el nuevo Gobierno pueda cumplir su meta de campaña: abandonar la idea del petróleo como principal producto de exportación y de esta manera, avanzar hacia una transición energética. Esto será posible si se capitalizan oportunidades a través de la definición de proyectos de interés nacional.
Por ejemplo, se contempla que en los próximos 5 años, el e-commerce ocupará el 35 % del comercio mundial. Colombia debe prepararse a través de su infraestructura (aeropuertos y centros logísticos) para convertirse en el hub logístico de América Latina del comercio electrónico. Esto, sin mencionar que contamos con una de las mejores infraestructuras en materia aeroportuaria de la región -cerca del 80 % del e-commerce se moviliza por carga aérea-.
Renegociar la deuda y aliviar el déficit fiscal.
Quizás, una de las frases más interesantes del discurso de posesión de Petro fue la referente a la renegociación de la deuda externa con el FMI a partir de un cuidado por el Amazonas. Esto, a pesar de ser una medida de negociación no convencial, hace sentido por la posición geográfica que tiene Colombia y por el activo no monetizable que es el Amazonas para la humanidad.
Sin embargo, esto deberá estar acompañado de un plan que ejerza disciplina fiscal con el gasto público y, además, reestablecer la aplicación y respeto de elementos como la regla fiscal. Antes de la pandemia y desde su aplicación en 2011, todos los gobiernos habían acatado la regla establecida por el Comité Consultivo y en 2020, por motivos de la emergencia sanitaria, el Ministro Carasquilla decidió no respetarla a través de la cláusula de escape que establece la norma. Es importante que este gobierno siente precedente y se acoja a la regla fiscal para cumplir las metas de déficit y así preservar la utilidad del instrumento y enviar mensajes de seguridad a los sectores económicos.
Lucha decisiva contra la inflación
La inflación es quizás el impuesto más regresivo que paga cualquier sociedad. Actualmente, la tasa promedio mundial está cercana al 9,2 % y Colombia tiene una tasa local de 10,2 % a julio de este año. A pesar de que tanto la FED, como referente mundial, como el Banco de la República en Colombia han optado por subir las tasas de interés como política contracíclica, es importante que el Gobierno Nacional ponga su cuota en la lucha contra la inflación.
Para esto, la prudencia con los subsidios y demás subvenciones es imperativa. Esto, sin mencionar la importante negociación del salario mínimo que requerirá un alto manejo de expectativas y aplomo por parte del poder ejecutivo.
Con seguridad, la atención a estos tres puntos de la agenda nacional, le garantizarán a Ocampo buen viento en la alta marea que implica comandar el Ministerio de Hacienda en una situación de crisis mundial. Se requiere mucha astucia pero también mucha claridad, comunicación y honestidad de cara al país para que éste tenga las herramientas para digerir las disyuntivas económicas a las que se enfrentan día a día las autoridades. Es necesario, confiar plenamente en que Ocampo hará la tarea bien hecha y ojalá de manera completa. Como dijo Alejandro Gaviria hace un tiempo, en medio de tanto caos, el positivismo parece ser una obligación moral.